En abril de 2009, Dalia Mogahed fue nombrada por el presidente Barack Hussein Obama para desempeñarse en el Consejo Consultivo de Religiones, Fe Religiosa y Asociaciones Vecinales. A partir de esa designación, la recién citada, asesora en asuntos del Islam al flamante y controvertido ganador del premio Nobel de la Paz, sobre las opiniones, valores, percepciones, actitudes y deseos de más de mil millones de musulmanes en todo el mundo.
Dalia Mogahed, nacida en 1974 en El Cairo, emigró a los Estados Unidos a los cinco años. Naturalizada americana, posee una licenciatura en ingeniería química, y una Maestría en Administración de Empresas (MBA) de la Universidad de Pittsburg.
Antes de lograr el cargo de asesora de la Casa Blanca, Mogahed fue Analista Senior en Gallup y Directora Ejecutiva del Centro de Estudios Musulmanes Gallup. Desde esa función, organizó las encuestas mundiales de investigación para examinar el rol de los musulmanes en «creencias relativas a la educación, la religión, la democracia, la cultura, la prosperidad económica, y los medios de comunicación».
La señora Mogahed, quien vive en el área de Washington D.C, junto a su marido y dos hijos, y ha publicado sus análisis a través de artículos en The Wall Street Journal, en la revista Harvard International Rewiew y otras publicaciones, es también coautora con John Esposito del libro «¿Quién habla por el Islam?
La elección de Dalia Mohgahed como asesora en los temas concernientes al Islam fue. en su momento, objeto de diversas críticas y cuestionamientos.
En un artículo publicado en el portal liberal metransparent, el periodista reformista yemenita Dr. Elham Mane’a se manifestó en contra del nombramiento de Dalia Mogahed en la Junta Consultiva que promovió Obama. Mane’a afirmó que ella pretendía representar a todos los musulmanes, pero en rigor, sólo representa una limitada visión extremista del Islam. Esto, dijo, se reflejó en la declaración del mandatario de EE.UU. en su discurso de El Cairo, donde Obama, aseveró que» la libertad en Estados Unidos es indivisible de la libertad religiosa. Por eso, hay una mezquita en todos los estados de nuestro país y más de 1,200 mezquitas dentro de nuestras fronteras. Por eso el gobierno de Estados Unidos recurrió a los tribunales para proteger el derecho de las mujeres y niñas a llevar el jihab, y castigar a quienes se lo negaban».
Según el Dr.Mane’a, Obama hace caso omiso de la diversidad de opiniones de los musulmanes, y adhiere a la postura de su asesora, quien también se rige por la Sharia y usa la jihab como indumentaria.
«La decisión del gobierno de EE.UU. de recurrir a la corte para proteger el derecho de las niñas a llevar el jihab es un acto incomprensible, por no decir repulsivo, ya que no es un acto de protección de los derechos humanos. Más bien, es equivalente a la participación en la violación de los derechos de estas mujeres jóvenes».
Recientemente, Dalia Mogahed, participó en un debate de 45 minutos, emitido en un canal de la televisión británica, dirigido por Nazreen Nawaz, quien pertenece a Hizb ut- Tahrir, (en árabe Partido de la Liberación) red mundial sunita a la que se le atribuyen vínculos con el confeso autor intelectual del 9/11 Khalid Sheikh Mohammed y con el otrora líder de Al Qaeda en Irak Abu Musab al- Zarkawi.
Durante el transcurso de la emisión, del canal del Islam Muslimah Dilema, los disertantes se refirieron a Occidente como un cóctel letal de libertad y capitalismo y pidieron que la Sharia, la ley Coránica, sea la fuente de la legislación. Refiriéndose a las mujeres, se dijo sin desparpajo en el programa, que a éstas, no se les debe permitir mantener una posición de liderazgo en el gobierno.
La asesora de Asuntos de Islam de Obama, se mostró imperturbable ante esas discriminadoras afirmaciones y acotó que la «promiscuidad y la ruptura de los valores tradicionales» se observan en Occidente. Ella agregó: «Creo que la razón por la que muchas mujeres dan apoyo a la Sharia es porque tienen una comprensión muy diferente de ella, que la percepción común en los medios de comunicación occidentales.
«La mayoría de las mujeres musulmanas de todo el mundo, han asociado la justicia de género, o la justicia para las mujeres, con el cumplimiento de la Sharia.
«El retrato de la Sharia se ha simplificado en muchos casos.»
Dalia Mogahed omite, en su concepción lírica, que la Sharia en su sentido más amplio es un código religioso para vivir, que trasciende los decretos tales como el ayuno y vestirse con modestia. También es interpretada como el requisito de la separación de hombres y mujeres y que incluye los controvertidos «delitos de hadd», con sanciones específicas establecidas por el Corán y los dichos del profeta Mahoma. Estos incluyen la muerte por lapidación por adulterio y homosexualidad y la amputación de una mano por robo, entre otras atrocidades.
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