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| lunes diciembre 23, 2024

Los zigzagueos de Obama


El 1 de octubre de 2009, la administración Obama en forma conjunta con el gobierno egipcio, contrariando «la ley suprema del país» como explicita la Constitución de EE.UU., presentó en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDDH) una iniciativa violatoria de la libertad de expresión que fue aprobada el día siguiente sin votación.

Estados Unidos, que decidió no unirse al consejo en sus inicios en 2006, comenzó participando como observador en marzo para empezar a tratar las violaciones de derechos humanos en todo el mundo.

Susan Rice, embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas e Hillary Rodham Clinton, la secretaria de Estado, expresaron oportunamente que «Estados Unidos ayudó a financiar las Naciones Unidas y retiene un interés vital en el avance del auténtico compromiso de la organización con los valores de los derechos humanos que compartimos con otros países miembros y trabajar dentro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU es la mejor forma de mejorar la meta del mismo, que consiste en eliminar los abusos de derechos humanos en el mundo.

La secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton y Susan Rice, anunciaron el 31 de marzo que Estados Unidos trataría ser miembro del consejo este año.

Rice cree que trabajar dentro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU es la mejor forma de mejorar la meta del mismo que consiste en eliminar los abusos de derechos humanos en el mundo, y es asimismo la manera más efectiva de promover y proteger los derechos humanos.

«Aquellos que sufren de abuso y opresión en el mundo así como aquellos que dedican sus vidas al avance de los derechos humanos, necesitan que el Consejo sea equilibrado y que tenga credibilidad», afirmó.

«Los derechos humanos son un elemento esencial de la política exterior estadounidense», dijo Clinton. «Junto con otros podemos participar en el trabajo de mejorar el sistema de derechos humanos de la ONU para avanzar la visión de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas».

El 29 de septiembre del corriente año, Norteamérica, ya miembro pleno del CDDH, cuerpo gubernamental del sistema de las Naciones Unidas compuesto por 47 miembros elegidos, rechazó de plano el informe presentado por la misión investigadora de la ONU sobre la ofensiva de Israel contra el grupo terrorista Hamas en Gaza y lo tildó de parcial y antiisraelí.

El informe, que determinó que Israel y Hamas cometieron crímenes de guerra durante la ofensiva militar israelí del pasado enero en Gaza, presentado en esa fecha ante los miembros del CDH por su presidente, el juez sudafricano Richard Goldstone, fue también descalificado por el secretario de Estado adjunto para la Democracia, Derechos Humanos y Trabajo de EEUU, Michael Posner, quien lo definió como «profundamente parcial y débil en su metodología».

«No se puede hacer una equivalencia moral entre Israel, un estado democrático con derecho a la autodefensa, y el grupo terrorista Hamas, que respondió a la retirada israelí de Gaza aterrorizando a los civiles en el sur de Israel», dijo el representante de EEUU acerca del informe, que constata que durante la ofensiva «Plomo fundido» murieron 1.400 civiles palestinos, tres civiles israelíes y 10 soldados de este país.

Posner aseguró, en relación al llamamiento del informe para que los culpables de las violaciones del derecho internacional paguen por sus crímenes, que «estamos seguros de que Israel tiene la capacidad de investigar» por sí mismo.

El rechazo frontal de EEUU al informe Goldstone se produjo a pesar de los llamamientos de numerosas ONGs, entre ellas Human Rights Watch, a Barack Obama para que aceptara el documento como forma de hacer avanzar la paz en la región.

La administración del presidente Barack Obama, en la resolución engañosa que presentó junto con Egipto, llamada «La libertad de opinión y expresión», pide a las Naciones «medidas efectivas para abordar y combatir «toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad y violencia. Expresa también su preocupación y condena de los «estereotipos negativos de religiones y grupos raciales». Además, los intentos de interpretar esto como un derecho internacional de los derechos humanos y una obligación. En segundo lugar, se reconoce «responsabilidades morales y sociales de los medios» y la «importancia» de que su código de conducta voluntario potencial podría desempeñar en la lucha contra la intolerancia.

Es llamativa la semejanza de la resolución «La libertad opinión y expresión» con la de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) que prohíbe en forma absoluta la «difamación de las religiones, el discurso crítico de las mismas, aunque fuesen exactas y la discusión abierta sobre las consecuencias negativas, surgidas de la aplicación de las creencias religiosas, como por ejemplo, la Sharia, la ley islámica.

No obstante que en ambas resoluciones, se menciona las «religiones» en general, el contexto y las referencias de las resoluciones la hacen aplicables, sólo al Islam. Prueba de ello, es que la OCI, se ha negado enfáticamente a reducir la incitación al odio contra los judíos e Israel.

La libertad de expresión es un derecho inalienable de las democracias. Los países que no tienen posibilidad de ejercer esa prerrogativa, festejaron la resolución.

Por ejemplo, el embajador de Egipto ante la CDDH, Hisham Badr, en medio de la satisfacción que lo embargaba, declaró que la «libertad de expresión, a veces ha sido usurpada y que los medios de comunicación que no cumplen con las limitaciones de la libertad de expresión, no son éticos.

Zamir Akram, embajador de Pakistán, hablando en nombre de la OCI, confirmó que la resolución permite la libre expresión para ser superada por la represión a quien «difama» la religión o expresa un estereotipo negativo de la misma. Afirmó que «la libertad de expresión es importante pero este derecho entraña deberes y responsabilidades» «, incluida la necesidad de luchar contra la incitación al odio.

En definitiva, el derecho a la libre expresión, puede ser sancionado absurdamente, como una violación a los derechos humanos

En disidencia, Jean-Baptiste Mettei de Francia, hablando en nombre de la Unión Europea, parece estar en desacuerdo acerca del significado y el impacto de esta resolución. El Embajador de Francia declaró que las leyes de derechos humanos protegen a los individuos en la libertad de expresión y la libertad de religión y no protege a los sistemas de creencias. La UE rechazó sumariamente el concepto de difamación de la religión, y la denuncia expresa de la noción de que los medios de comunicación tienen una responsabilidad moral y social para restringir el discurso. Argumentó que los estados no deben interferir con el trabajo de los periodistas, y reconoció su derecho a la independencia editorial. Por consiguiente, la UE no puede apoyar las restricciones en el discurso periodístico consagrado en la resolución.

Recientemente, en una declaración escrita, el presidente Obama sorprendió al decir que Estados Unidos cambiará su política con Sudán, cuyo presidente, Omar al-Bashir ha sido acusado por la Corte Penal Internacional de cometer crímenes de guerra en Darfur.

La violencia en Darfur estalló en 2003 después que los rebeldes iniciaron un levantamiento contra el gobierno sudanés. Para hacer frente a los rebeldes, las milicias árabes con vínculos con el gobierno pasaron de pueblo en pueblo, matando, torturando y violando a los residentes, según organizaciones de derechos humanos.

El 15 de octubre, en la Cuarta Gala Anual de la Fuerza de Tarea de América en Palestina, el General James L. Jones de la National Security Advisor, reiteró el compromiso de la Administración a establecer un Estado palestino y la determinación de proseguir las conversaciones de paz. «Somos claros, inequívocos y coherentes», dijo el general Jones, «Ha llegado el momento para reanudar las negociaciones sin condiciones previas para llegar a un acuerdo sobre el estatuto final de dos Estados».

Negociar con los criminales de Sudán, pretender establecer un Estado palestino, sin condiciones previas y renunciar a una de las libertades más fundamentales de los Estados Unidos, sugiere que Obama , vuelve a inclinarse ante el mundo musulmán.

http://www.rkpress.com.ar/

 
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