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| viernes abril 19, 2024

Nidal Malik Hassan, la Jihad en Fort Hood


La presunción que el ataque del Mayor del Ejército de EE.UU. Nidal Malik Hassan contra sus camaradas de armas en el cuartel militar de Fort Hood, Texas, fue un acto inspirado en la Jihad islámica, se torna cada vez más una certeza.

El doctor Nidal Malik Hassan, un musulmán devoto, nacido y criado en Virginia, de 39 años y soltero, se desempeñaba como psiquiatra en el Centro Médico Darnall, perteneciente a la gigantesca base castrense de Fort Hood. Su labor, consistía en atender la salud mental de las tropas estadounidenses, afectadas por problemas de conducta y severos traumas, causados por los sucesivos combates llevados a cabo por ellas en diferentes destinos, en retaliación por los crueles atentados del 11 de septiembre del 2001.

El día jueves 5 de noviembre último, munido de una pistola, un arma automática y abundante munición, Malik Hassan, gritando en árabe «Allahu Akbar» (Alá es grande) intempestivamente y a sangre fría, comenzó a disparar sorpresivamente contra sus compañeros, asesinando a 13 de ellos y herido a otros 29. La heroica acción de una pareja de policías civiles, encabezada por la sargento Kimberley Munley, -a la sazón herida en el enfrentamiento- que repelió al homicida, evitó que la masacre fuera mayor. Por su parte, Malik Hassan, contrariando las informaciones iniciales que lo daban por muerto, resultó herido por cuatro balas y fue hospitalizado con respiración asistida, y desde el sábado está consciente y recuperándose en un hospital de San Antonio, Texas.

Fuentes militares confirmaron que Hassan había sido destinado a Afganistán, destino que había rechazado, para auxiliar en la asistencia médica al actual contingente de 68.000 tropas del Pentágono. Superada la perplejidad y el espanto, el FBI comenzó a investigar las razones que llevaron al psiquiatra Hassan a cometer tan brutales crímenes.

La pesquisa preliminar que se basó en interrogatorios a familiares, conocidos y vecinos, incluyó el registro minucioso de su departamento de la localidad de Killeen. En su vivienda, fue incautado material informático y surgieron pistas de armas militares no utilizadas para perpetrar la matanza. Los sabuesos del Federal Bureau of Investigation, tardía y negligentemente, descubrieron que hacía unos meses, había llamado la atención policial, que una persona, utilizando el nombre de usuario «Nidal Hassan», subió a un sitio de Internet comentarios laudatorios y favorables al terrorismo islámico. En uno de ellos, comparaba a los terroristas suicidas con los pilotos kamikaze de Japón durante la Segunda Guerra Mundial; «Decir que ese soldado se suicidó es inapropiado. Es más correcto decir que es un héroe valiente que sacrificó su vida por una causa noble».

Increíblemente, además del FBI, tampoco la Central Intelligence Agency, la mítica CIA, registró que Nilad Malik Hassan había criticado públicamente las guerras de Irak y Afganistán haciendo una apología de la resistencia armada de los musulmanes contra lo que calificaba como fuerzas agresoras, ni que éste permitiese nunca ser fotografiado en compañía de mujeres.

La considerada por muchos, paranoia estadounidense para sospechar de toda ligazón con el terrorismo, menguó sugestivamente con la asunción como presidente de Barack Hussein Obama. Los servicios de inteligencia e investigaciones norteamericanos, por impericia, tal vez por los orígenes del primer mandatario, o por instrucciones recibidas, morigeraron los controles sobre los potenciales extremistas islámicos, hasta hacerlos llamativamente laxos. Esa desidia, motivó que pasara inadvertido que horas antes de consumar el atentado terrorista, Malik Hassan, sorprendiese a sus vecinos, que lo vieron vistiendo una tradicional túnica árabe de color blanco, limpiando su departamento y regalando objetos personales, enseres, muebles y copias del Corán. Estos datos, aún para el más desprevenido, certifican que Hassan pensaba que iba a ser abatido, en un acto cuasi suicida, tras ultimar a la mayor cantidad de soldados posible.

Una de las primeras reacciones fue la del senador Joe Lieberman, quien pidió el domingo al Ejército de EE.UU. que investigara si no habían reparado en signos de extremismo islámico en Hassan. En declaraciones a la cadena de noticias Fox, el parlamentario dijo que «Hay señales de advertencia muy fuertes que indican que el doctor Hassan se había convertido en un extremista islamista, por consiguiente, el suyo, fue un acto terrorista».

Apoyado en fuertes indicios que Hassan intentaba vincularse con Al Qaeda, Peter Hoekstra, el republicano de más alto rango en el Comité de Inteligencia de la Cámara, pidió a la CIA y otras agencias de inteligencia que informasen sobre lo que conocen acerca del autor de los asesinatos y solicitó que se preservaran los documentos existentes.

Mientras EE.UU. advierte y se preocupa para que no haya una reacción contra los musulmanes, en el sitio web de Anwar al Awlaki, un imán que ahora vive en Yemen, pero nació en Nuevo México, Estados Unidos y que oficiaba en una mezquita en Virginia a la que asistieron Hassan y tres terroristas del 11 de septiembre, alabó a Nidal Malik Hassan por ser «un hombre de conciencia» y hacer lo «correcto».

«Nidal Hassan es un héroe. Él es un hombre de conciencia que no podía soportar vivir la contradicción de ser un musulmán y servir en un ejército que está luchando contra su propio pueblo. Esta es una contradicción que muchos musulmanes dejan de lado y es justo pretender que no existe. Cualquier musulmán decente no puede vivir, comprender adecuadamente sus deberes para con su Creador y sus compañeros musulmanes, y sin embargo servir como un soldado de EE.UU. que es líder en la guerra contra el terrorismo pero en realidad, es una guerra contra el Islam».

Siguen sucediéndose las señales intranquilizantes que emanan del gobierno de EE.UU. Hoy, los azorados ciudadanos de Nueva York, fueron testigos de la celebración pública de la muerte de los estadounidenses en Fort Hood, llevada a cabo en sus calles, por compatriotas que profesan el Islam, la llamada religión de la «paz».

Rubén Kaplan

http://www.rkpress.com.ar/

 
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