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| miércoles abril 24, 2024

Lo que la Autoridad Palestina compra con dinero estadounidense


Al financiar a la Autoridad Palestina, EE.UU. contraviene sus propias leyes; la mayoría de la ayuda a la Autoridad Palestina ha sido usada para apuntalar a Fayyad.

Hace dos semanas, un palestino de Belén fue arrestado por las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina, financiadas y entrenadas por EE.UU. Fue acusado de «llevar a cabo transacciones comerciales con residentes de un estado hostil».

No, no estaba comprando uranio de Irán. Su supuesto crimen fue comprarle productos de madera a una comunidad israelí situada más allá de la línea de armisticio de 1949.

El magistrado de la corte de Belén, financiada por Estados Unidos, le negó la libertad bajo fianza  y fue remitido a prisión, en espera de la conclusión de su juicio.

La detención de este hombre es parte de lo que el primer ministro palestino Salam Fayyad, no elegido y apoyado por Estados Unidos, ha promocionado como su «Fondo Nacional de Honor.» El objetivo de este proyecto es prohibir todo contacto económico entre palestinos y judíos que vivan y trabajen más allá de la línea de armisticio de 1949. En lo que se refiere al supuestamente moderado Fayyad, esos judíos e Israel, en general, conforman el «estado hostil» que los palestinos bajo el liderazgo de Fayyad se ven obligados a boicotear.

En declaraciones a The Jerusalem Post, el Ministro de Trabajo Palestino, Ahmed Majdalani, dijo que la AP espera que para finales de año todos los miles de palestinos que trabajan en las comunidades israelíes en Judea y Samaria renuncien a sus trabajos. Lo que no mencionó es que si no lo hacen, serán arrestados.

Según el Ministro de Economía de la AP, Hassan Abu Libdeh, desde el comienzo de la campaña de Fayyad, la AP ha confiscado, de comercios palestinos, productos israelíes por valor de un millón de dólares, incluyendo alimentos, cosméticos y productos de ferretería.

Las medidas de Fayyad se suman a las medidas promulgadas con anterioridad por la AP, como la imposición de la pena de muerte a los palestinos que vendan tierras a judíos. Hace menos de dos meses, la AP reafirmó que continuará ejecutando a cualquier palestino que cometa este «crimen».

No hay forma de alegar, de forma creíble, que estas acciones hacen avanzar la causa de la coexistencia pacífica o de la prosperidad económica palestina. Sin embargo, es precisamente con la esperanza de avanzar en estos objetivos, que el gobierno de EE.UU. financia a la AP.

A pesar de su campaña de boicot a Israel y del castigo a los palestinos con vínculos económicos con el estado judío, Fayyad es el palestino favorito de EE.UU. Desde que el Presidente de la AP, Mahmoud Abbas, designó a Fayyad para dirigir el retaceado gobierno de Fatah en Judea y Samaria, después de que Hamas se apoderó de la Franja de Gaza, la ayuda de EE.UU. a la AP se ha incrementado en más del 700 por ciento. La mayor parte de esta ayuda ha sido usada para apuntalar a Fayyad.

EE.UU. financia directamente su presupuesto. Financia y entrena a los militares palestinos. Y subvenciona sus programas para construir las instituciones gubernamentales que, lealmente, llevan a cabo sus políticas antiisraelíes.

 

El miércoles pasado, durante una conferencia de prensa conjunta con Fayyad, la Secretaria de Estado Hillary Clinton anunció que EE.UU. le dará a la AP $150 millones adicionales en ayuda para suplementar los $400 millones en ayuda financiera que el Presidente Barack Obama prometió en junio. Este suplemento viene en respuesta a la demanda de Fayyad que necesita $500 millones para cerrar su déficit presupuestario.

De acuerdo al Servicio de Investigación del Congreso, la AP es el mayor receptor de ayuda exterior en el mundo. De acuerdo con Bloomberg, recibió $1.200 millones en 2009 y recibirá $1.800 millones para finales de año.

EE.UU. proporcionó a la AP $500,9 millones en 2009 y, antes del anuncio de Clinton, estaba programado darle $550 millones en 2011. Esta ayuda no incluye el apoyo financiero de EE.UU. a UNRWA, una agencia dedicada exclusivamente a proporcionar beneficios sociales a los palestinos,

subordinándose a una agenda política palestina. EE.UU. es el mayor donante de la UNRWA. El año pasado los $268 millones que los contribuyentes de EE.UU. le dieron a la agencia de la ONU constituyeron el 27 por ciento del presupuesto de UNRWA.

La congresista Ileana Ros-Lehtinen, quien se espera se convierta en la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, respondió negativamente a la anunciada expansión de Clinton de la ayuda de EE.UU. a la Autoridad Palestina. En una declaración difundida por su oficina el jueves pasado, Ros-Lehtinen se burló de la asistencia calificándola como un «rescate».

Comentó además: «Es profundamente inquietante que la administración continúe rescatando al liderazgo palestino, cuando siguen sin cumplir sus compromisos, en virtud de acuerdos internacionales y de los requisitos establecidos en la ley de EE.UU., incluyendo el desmantelamiento de la infraestructura terrorista palestina, la lucha contra la corrupción, frenar la incitación antiisraelí y antisemita y reconocer el derecho de Israel a existir como estado judío».

Ros-Lehtinen es la autora de la Ley Antiterrorista Palestina de 2006, que condicionaba la ayuda de EE.UU. a la AP a, entre otras cosas, «reconocer públicamente el derecho a existir del estado judío de Israel».

Aunque correcta, la declaración de Ros-Lehtinen sólo roza la superficie de cuan contraria a la ley de EE.UU. y a los objetivos del desarrollo económico palestino y a la paz, es realmente la ayuda financiera de EE.UU.  a los palestinos.

Tomemos la asistencia de seguridad de EE.UU. a los palestinos. EE.UU. respondió a la toma del poder de Hamas en Gaza con un incremento masivo de su ayuda militar a Al Fatah. De acuerdo al CRS, entre 2007 y agosto de 2010, la ayuda de EE.UU. a los servicios de seguridad de la AP fue de $400 millones. Recibieron $100 millones en 2010 y se establece que recibirán $150 millones en 2011. Esta ayuda ha pagado por la formación y equipamiento de 400 Guardias Presidenciales y 2.700 soldados de las Fuerzas de Seguridad Nacional. EE.UU. tiene planeado entrenar otros cinco batallones de 500 hombres de las FSN.

El informe del CRS reconoce que estas fuerzas han mejorado la situación de la ley y el orden en Judea y Samaria. Pero también afirmó que «persiste la incertidumbre sobre la durabilidad de estas mejoras y su relación con un mayor desarrollo económico y de la sociedad civil palestinos y con el progreso en las negociaciones palestino-israelíes, así como también sobre la voluntad y la capacidad de las fuerzas para inhabilitar a los militantes».

Realmente, hay pocas razones para creer que estas fuerzas, entrenadas por EE.UU. no unirán fuerzas con Hamas y dirigirán sus armas contra Israel en el futuro. Desde 1996, los servicios de seguridad de la AP han asumido un papel de liderazgo en la guerra terrorista contra Israel.

Preocupado por la amenaza que representan estas fuerzas, en particular a la luz del rechazo de Fayyad del derecho de Israel a existir, a principios de este año, el Comandante del Comando Central, General de División. Avi Mizrahi, advirtió que estas fuerzas, entrenadas por EE.UU., constituyen un salto cualitativo en la capacidad de combate de los palestinos contra Israel.

Como él mismo dijo, «Esta es una fuerza bien entrenada, mejor equipada que sus predecesoras y entrenada por EE.UU. La importancia de esto es que en el inicio de una nueva batalla [con los palestinos], el precio que pagaremos será mayor. Una fuerza como ésta puede bloquear un área construida con cuatro francotiradores. Ésto es mortal. Éstos no son los combatientes que enfrentamos en Jenin [en 2002]. Ésta es una fuerza de infantería que nos combatirá y debemos tener esto en cuenta. Tienen capacidades ofensivas y no esperamos que se rindan.»

Luego está la asistencia directa de EE.UU. al presupuesto operativo de la AP. EE.UU. ha proporcionado $350 millones en ayuda presupuestaria directa a la AP en los últimos dos años. Hay tres problemas con esta ayuda.

Primero, no está nada claro que la AP necesite esta ayuda. De acuerdo el Fondo Monetario Internacional y la Oficina Central de Estadística Palestina, en 2009 el PBI real en Judea y Samaria y la Franja de Gaza aumentó en un 6,8 por ciento, (8,5% en Judea y Samaria). El informe también afirma que el desempleo se redujo. Así que si las cosas van tan bien, ¿Por qué es necesario que los países donantes extranjeros aumenten su ayuda directa al presupuesto de Fayyad?

Segundo, dado el rechazo de Fayyad a los principios de libre comercio, particularmente en lo que respecta a Israel, el mayor socio comercial de la AP, es difícil ver cómo su liderazgo económico sea creíble. Como lo han demostrado claramente los paquetes de estímulo en EE.UU., las burocracias gubernamentales no crean puestos de trabajo. Ese es el trabajo del sector privado. Y, sin embargo, Fayyad prohíbe a los palestinos tener vínculos comerciales con sus socios y mercados comerciales más importantes. Este no es el comportamiento de un líder que esté interesado en facilitar un crecimiento económico sostenible.

Por último, la simple verdad es que es imposible evitar que la ayuda presupuestaria de EE.UU. a la AP financie a Hamas, en contravención con la ley de EE.UU. Cada mes, Fayyad transfiere fondos a Gaza, controlada por Hamas, para pagar los sueldos de los empleados de la AP que están allí. Fayyad ha argumentado que esta ayuda no puede considerarse una ayuda material a Hamas, ya que los empleados son empleados por la AP. Pero esto es un disparate.

Estos empleados actúan bajo las órdenes de Hamas. Pagar sus salarios contraviene la ley de EE.UU., así como el derecho internacional, que prohíbe a los estados suministrar cualquier tipo de asistencia a las zonas controladas por terroristas. Esto es cierto incluso si el dinero real que transfiere a Gaza proviene de otras fuentes de ingresos. Sin la ayuda presupuestaria directa de EE.UU., no sería capaz de canalizar dinero a Gaza.

Proporcionando ayuda presupuestaria directa a Fayyad no es la única manera en que EE.UU. financia a Hamas. También contribuye con Hamas financiando a UNRWA. La ayuda de EE.UU. a UNWRA se ha duplicado en los últimos cuatro años, en gran medida como una forma de evitar la prestación de ayuda directa a Hamas. Sin embargo, señala el informe de CRS, «En Gaza, la mayoría de los observadores reconocen que el papel de UNWRA en la prestación de servicios básicos (es decir, alimentación, salud, educación) asume gran parte de la responsabilidad de Hamas».

En defensa de su asistencia a UNWRA, el Departamento de Estado le dijo al Congreso que la ayuda «contribuye directamente a los intereses estratégicos de EE.UU. de satisfacer las necesidades humanitarias de los palestinos, así como fomentar su autosuficiencia. UNWRA desempeña un papel estabilizador en Medio Oriente, a través de sus programas de asistencia, actuando como un importante contrapeso para los extremistas».

Pero el hecho es que los empleados de UNRWA son miembros y simpatizantes de Hamas. Y pese a la afirmación del Departamento de Estado de que ha adoptado salvaguardas para garantizar que la asistencia de EE.UU. no se transfiera a los individuos y grupos con vínculos con Hamas y otros grupos terroristas, los controles de UNWRA contra el terrorismo se limitan a verificar en una lista de las NU de grupos terroristas prohibidos que incluye sólo a Al-Qaida y a los talibanes. Como el informe del CRS ha señalado, la lista de detección terrorista de UNRWA «no incluye a Hamas, Hezbollah o a la mayoría de otros grupos militantes que operan en el entorno de UNRWA». En otras palabras, UNWRA sigue empleando terroristas, y sus procedimientos actuales no hacen nada para impedirlo.

Un acuerdo marco de cooperación firmado este año entre UNWRA y EE.UU. establece 15 pasos para que UNWRA amplíe su investigación de antecedentes terroristas. Pero el acuerdo no es vinculante. Además, sus disposiciones de ninguna manera bloquean a individuos o grupos vinculados con el terrorismo, que reciben ayuda de UNRWA.

En verdad, dada la negativa de la AP de reconocer el derecho de Israel a existir o de tomar una acción sostenida y decisiva contra el terrorismo, no hay realmente ninguna manera de que EE.UU. continúe con el financiamiento sin romper sus propias leyes. Pero reconocer esta situación implicaría admitir que el proceso de paz es una mentira y que cualquier Estado Palestino que se forme hoy sería un estado terrorista en guerra con Israel.

El Congreso entrante debería considerar estas verdades básicas antes de aprobar una nueva ayuda a Fayyad y a su gobierno moderado.

http://www.jpost.com/Opinion/Columnists/Article.aspx?id=195474

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

Difusion: www.porisrael.org

 
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