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| viernes abril 19, 2024

Un chip de fábula


Mario Satz

chipTargum-385Algunas noticias llueven, otras se desparraman, otras más afloran de improviso y muchas-como las cigarras-tardan décadas en aparecer sobre la superficie de la tierra. Cuando por fin  afloran son tan transparentes que hasta se pueden leer a través. Unas son prematuras y otras anacrónicas. Unas son buenas y otras malas según sea el receptor. Para el mundo es bueno que el chip  Targum-385 ensayado con éxito en algún lugar de Israel y también en el Silicon Valley, haya concluido la traducción de un libro de cien páginas a diez lenguas simultáneamente. Al parecer este chip de fábula se basa en ecuaciones matemático- lingüísticas y en algunas de las ideas de Chomsky sobre las estructuras profundas del lenguaje humano. Chomsky, el descendiente de un famoso hebraísta que se pasó al bando de los enemigos de Israel por puro romanticismo, así como también y por puro romanticismo odia cordialmente a su país, los Estados Unidos, que no son lo que eran ni tampoco quieren ser lo que desea el profesor, un abnegado benefactor de la Humanidad entera.

Para los iraníes es mala, en cambio, esta noticia, porque una copia del Targum-358 ha sido programada para  convertir el farsi en hebreo bíblico y ya empiezan a fluir los ríos del pánico en Teherán, Shiraz y otras grandes ciudades iraníes, para no mencionar  el temor que se respira en las inmediaciones de las bien custodiadas centrales nucleares. Pero esta vez la culpa no parece del Mosad, más faltaría, sino ( se sospecha ) de un grupúsculo de profesores del país contrarios a la política opresora y vergonzosa de los ayatollás de turno. No se sabe, de hecho, quien agregó el hebreo a las operaciones de traducción que el chip de fábula –en su versión local-es capaz de hacer, ni tampoco quien fijó el programa que hizo que el farsi se convirtiera en la lengua de los profetas. Muchos sospechan de los Bahai, un grupo perseguido en el país, y también de los kurdos o los pocos y perseguidos cristianos que aún moran entre millones de chiíes. La hebraización masiva de los programas informáticos en los ordenadores de universidades, colegios y grandes empresas no sólo se considera el efecto de un virus muy nocivo sino que muchos la ven como una señal apocalíptica que anuncia que lo próximo serán los nombres y apellidos de muchas personas allegadas al poder. Nadie osa imaginar siquiera lo que podría pasar sin los más reputados políticos iraníes vieran de pronto hebraizados sus patronímicos.

Naturalmente que ni Israel ni los científicos de Silicon Valley se alegran por el asunto,  más bien están preocupados porque el virus es lo bastante imprevisible como para mutar y volver a sus fuentes convirtiendo al farsi todo lo que toquen sus claves. Cosas de la aldea global, supongo, detalles secundarios de Internet en los que  no hemos reparado aún.

Es probable que todas las grandes guerras futuras se libren, al principio, de este modo, envenenando las fuentes de información y apelando a la caricatura. Ya sabemos lo que provocó hace unos años la de Mahoma, un fuego que aún propaga chispas peligrosas. Pocos, empero, sostienen que el Targum-358 es un mero pretexto, una fantasía creada por los técnicos del régimen para mantener su política de odio hacia los judíos e Israel, pero es difícil que un invento de esas proporciones se gestase bajo el chador o la espesa barba de los muchos espejos de Alláh que condenan a mujeres inocentes y engordan con el esfuerzo ajeno. Lo cierto es que si uno se convierte de algún modo en su enemigo comenzando por asumir su lengua, no tarda mucho en volverse loco y reprimir aún más la libertad de expresión de sus compatriotas mientras imagina conspiraciones bajo cualquier piedra y teme su propia sombra. Así que habrá que esperar a que Wikileaks nos ofrezca una versión más ajustada de este tema  para acceder a un criterio objetivo de los hechos. Por otra parte, a Israel no le molestaría que el hebreo se expandiera en la universidades iraníes, después de todo miles de judíos de origen iraní hablan con naturalidad el farsi en Jerusalén, Haifa o Tel Aviv. El renacido país de la Biblia ama a sus iraníes mucho más de lo que los iraníes quieren a Israel.

Difusion: www.porisrael.org

 
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