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| viernes noviembre 22, 2024

El Dia de la Independencia, el Dia de la Recordación y un soldado valiente


Marcelo Sneh

Porisrael.org

YomHazikaronNo puedo ser original.

 

Hoy también es sábado y ya han transcurrido casi dos meses desde que Gustavo se alistó en Tzahal, el Ejército de Israel, embarcándose en un largo camino de tres años… ya hubo fines de semana en casa, fines de semana en el cuartel, ya fuimos invitados a visitar el lugar donde presta servicios, en el agreste, tórrido y alejado Valle del Jordán…

 

 

Hoy Gustavo está en casa. Le tocó en suerte un permiso de cinco días y lo vamos a disfrutar juntos… y ya empezamos a disfrutarlo desde el viernes a la noche,  reunidos frente a la cálida y opípara cena de Shabat preparada por la madre orgullosa. Por supuesto que el tema central de la charla familiar son las primeras experiencias del chico como recluta: las corridas, las flexiones, las sesiones de tiro, los compañeros… pero la charla va girando lentamente a otras experiencias vividas por un casi adolescente que de repente se nos está transformando en un hombre y no sólo por el aspecto físico: discurriendo con entusiasmo, con calor, con una pasión que le brilla en la mirada, el chico desgrana su experiencia, comparte con nosotros su entusiasmo, pero por sobre todas las cosas nos transmite algo que va más allá de la madurez: la profunda motivación que lo guía por los avatares del servicio militar: la pasión con que nos cuenta lo que siente cuando están en formación frente a la bandera, el orgullo con que comparte con nosotros la sensación que tiene de estar haciendo lo correcto… y como si nada nos cuenta que el lunes tiene que ir a un acto en un cementerio militar, uno de los miles que ese día tendrán lugar, porque el lunes, como todos nosotros sabemos, es el Día en Memoria de los Soldados Caídos del Ejército de Israel. Fue liberado de participar de los actos, pero él quiere ir… y nos cuenta la historia de un oficial de su regimiento, que cayó salvando la vida de sus tres soldados en un puesto fronterizo al enfrentarse con terroristas suicidas, evitando que lleguen al lugar donde iban a cometer su atentado y salvando así seguramente cientos de vidas más. Tres soldados le deben la vida porque los protegió con su propio cuerpo durante el ataque terrorista… y el lunes Gustavo va a ir a rendirle homenaje. Sin obligación, sólo porque él quiere ir.

 

 

Un acto de recordación entre los más de 27.000 que se llevarán a cabo el lunes, en todas las parcelas militares de todos los cementerios del país.  Cada lápida es una historia, cada inscripción es un mundo…. cada vida segada es un sacrificio ofrecido a un altar que es el de estar aquí y poder seguir estando, viviendo, existiendo…  Y la historia de cada familia de estos héroes, como dije antes, es un mundo. Un mundo angustioso, terrible, a veces tenebroso e insoportable, donde reinan el dolor de lo irreparable, la angustia de lo inacabable, el indescriptible peso de la ausencia… Todas y cada una de esas historias tienen un momento terrible para las familias, quizá el peor, que es el momento en que llaman a la puerta para anunciar lo peor, lo irreparable, lo que nadie quiere oír, los uniformados que nadie quiere ver en el vano de su puerta…

 

Y uno de esos uniformados es el coronel Yair Ben Shalom, el oficial a cargo de la Dirección de Víctimas y Oficiales Urbanos. Una de sus principales responsabilidades es ir a la casa de la familia de un soldado muerto en cumplimiento del deber para anunciar la Noticia de Job, para decir lo peor, lo que nadie espera ni quiere escuchar. El Coronel Ben Shalom es el rostro de Tzahal ante quienes se niegan a aceptar lo inevitable, es quien debe resistir el embate del dolor que desgarra a una madre, de la angustia que atenaza la garganta de un padre…

 

En vísperas del Día en Memoria de los Soldados Caídos del Ejército de Israel, este oficial tan valeroso como el más aguerrido de los combatientes comparte con nosotros una parte de sus experiencias y nos explica el profundo significado de la difícil misión que le toca cumplir en el Ejército de Israel.

 

«Ser Oficial de Víctimas es viajar por todo el país e identificar las ciudades, los pueblos y las aldeas… por las familias que allí viven, aún cuando estás disfrutando de un paseo con tu familia: «aquí vive una familia…»  «allí tuve que visitar a otra…»

 

«Ser Oficial de Víctimas es ser un experto en dividir equitativamente el tiempo, la atención y las pocas horas de los días viernes, antes que entre el Shabat,  entre las ceremonias en los cementerios y las compras para el fin de semana».

 

«Ser Oficial de Víctimas es poder enfrentarse a duras penas con el dilema de «qué nombre le pondré a mi hijo que está por nacer» y saber que no importa cuál sea el nombre elegido, ese nombre SIEMPRE será un nombre que te recordará a alguien.»

 

«Ser Oficial de Víctimas es vivir en la rutina cotidiana teniendo plena conciencia que en cualquier momento dado, todo puede cambiar.»

 

«Ser Oficial de Víctimas es vivir el eterno conflicto entre la necesidad de meterse profundamente en el alma de las familias y el intenso deseo me mantenerse lejos del dolor. El conflicto entre empatía, imagen y capacidad y la puesta de límites.»

 

«Ser Oficial de Víctimas es experimentar el abismo que existe entre una buena visita a una familia y el terrible sentimiento de frustración por aquellos a cuyas almas nunca podremos llegar. Saber encontrar la línea divisoria entre nuestro ferviente deseo de llegar a más y más familias y entre la necesidad de hacer algo también por nosotros mismos y por nuestras propias familias.»

 

«Ser Oficial de Víctimas es vivir el proceso constante de intentar disfrutar al máximo de nuestras pequeñas alegrías, tratando de no pensar que para muchas familias, cada alegría es un evento sumamente difícil.»

 

«Ser Oficial de Víctimas es reírse de chistes que a otros les retorcerían el estómago y disfrutar del humor «gris oscuro», porque parte de todo este asunto es compartir constantemente la vida con la sensación de seguridad, el beneficio de la duda y  el miedo.»

 

Pero la reflexión que más me tocó el alma, que más me llevó a identificarme con este héroe de Tzahal, con este varón que en  vísperas del día más doloroso del año me demuestra que a veces no hace falta ser combatiente para probar la más templada de las valentías, y que me llevó a abrir esta nota contándoles sobre Gustavo y su aún tierna e incipiente experiencia militar, es ésta:

 

«Ser Oficial de Víctimas es saber ser mucho mejor padre y madre que antes, más concentrados en el aquí y el ahora, en las pequeñas alegrías momentáneas, en el beso y el abrazo de la despedida matinal… en la sonrisa de nuestro hijo… en saber ser agradecido por todo lo bueno que está al alcance de nuestras manos.»

 

Vaya desde aquí mi admiración por este hombre que tiene una de las peores responsabilidades en nuestra querida Medinah y mi homenaje a todos aquellos que nos dejaron sacrificándose para que todos nosotros podamos disfrutar no sólo del día de la Independencia, sino de todos los días en nuestro país, en NUESTRA tierra.

 

YEHI ZIJRAM BARUJ

BENDITAS SEAN SUS MEMORIAS

 

MARCELO SNEH

BEER SHEVA, ISRAEL


Fuente y difusion: www.porisrael.org

 
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