Obama, el sionista

El presidente estadounidense adoptó la esencia de la narrativa israelí-sionista en su último discurso

Sever Plocker

Ynetnews

20.05. 11 / Israel Opinion

Hace dos años, el presidente Barack Obama pronunció un histórico discurso en la Universidad de El Cairo. En su discurso, clara e inequívocamente, llamó a la plena democratización del Medio Oriente musulmán. Su llamado, que en ese momento fue percibido como una declaración ingenua que enfureció a sus anfitriones, sembró las semillas de las revoluciones democráticas que actualmente barren Medio Oriente. Obama habló acerca de honrar los derechos humanos y las libertades civiles. Como puede verse, los ciudadanos árabes lo escucharon.

El jueves, Obama pronunció un nuevo discurso sobre Medio Oriente. Amplió, profundizó y reforzó su visión democrática y la complementó con un pilar económico muy importante. En el último tercio de su discurso, se refirió al conflicto palestino-israelí. Netanyahu y otros, que la otra noche le dieron un portazo a las palabras del presidente, deberían examinar de cerca sus palabras.

Obama, un presidente afro-americano considerado un «izquierdista», adoptó, inequívocamente, la esencia de la narrativa israelí-sionista en su discurso. Dudo que vayamos a encontrar algún político palestino, en función pública, que esté dispuesto a aceptar el texto brindado por Obama.

Así que ¿qué dijo el presidente? Entre otras cosas, dijo lo siguiente:

– «Las fronteras de Israel y Palestina deben basarse en las líneas de 1967 con los intercambios de mutuo acuerdo». Netanyahu, si se hubiera conducido con prudencia, no habría tenido ningún problema en aprobar este texto, siempre y cuando el tamaño y la ubicación de los territorios a ser intercambiados no estén pre-determinados.

– «La paz duradera implica dos estados para dos pueblos: Israel como un estado judío y la patria para el pueblo judío, y el Estado de Palestina como la patria para el pueblo palestino». De acuerdo a Obama, los palestinos deben reconocer a Israel como el Estado judío y renunciar, en la práctica, al derecho de retorno. Ningún anterior presidente de EE.UU., incluyendo amigos incondicionales de Israel, ha expresado abiertamente la posición estadunidense de una manera que esté tan de acuerdo con la posición nacional sionista-judía.

En la parte económica de su discurso, Obama se comprometió a liberar a un Egipto democrático (con énfasis en «democrático») de $1 mil millones de deuda y proporcionar otros $1 mil millones en garantías de préstamos. Sin embargo, inmediatamente agregó que la ayuda no era el elemento más importante: El modelo económico deseable para los Estados árabes, según Obama, «se basa en garantizar la estabilidad financiera, promover la reforma y la integración de los mercados competitivos entre sí y con la economía mundial. «Habló de una economía moderna que fomente las exportaciones, los acuerdos de libre comercio y el espíritu empresarial.

¿Qué podemos decir acerca de este ideal? El ministro de Finanzas de Israel, Yuval Steinitz, no podría haberlo dicho mejor.

Hay elementos y sectores que, desde hace dos años, han estado tratando de retratar a Obama como un enemigo de Israel y que favorece a los árabes, disfrazando sus tendencias comunistas. Sin embargo, nada de lo anterior es cierto, y el último discurso del presidente lo demostró una vez más. Fue un discurso pronunciado por un pensador de gran alcance, un demócrata liberal, un líder con principios y un hincha de Israel.

http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4071431,00.html

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld