Maximiliano Borches
Desde Buenos Aires
Revistahorizonte.org
03/08/2011
No sólo la represión continúa siendo un hostigamiento cotidiano en la ciudad de Hama, y otros poblados sirios, sino que además, opera con el amparo silencioso del mundo. Según datos del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, desde mediados de marzo del corriente año, y hasta el momento, la cruenta represión se ha cobrado las vidas de más de 1.700 civiles y 360 soldados, tomando un impulso aún más violento, al iniciarse el mes sagrado, musulmán, del Ramadán ¿Y la ONU?, ¿y su Consejo de Seguridad?, ¿y las grandes potencias?, ¿dónde están para intentar terminar con esta práctica homicida, que apunta a disciplinar con los tanques y las balas de fusil, a sectores de la sociedad civil, que piden el final de un régimen brutal que lleva más de cuarenta años en el poder?
Lejos de imponer sanciones reales, para que el gobierno de Bashar Al-Assad, ponga fin a esta brutal orgía de crímenes, represión y muerte, dan a conocer al mundo tibias resoluciones, como la anunciada por la Unión Europea el pasado 1º de agosto, que dan cuenta de sanciones de tipo económica, que afectan a distintos miembros del gobierno sirio. En concreto, la medida negociada por los Veintisiete miembros de la Unión Europea (UE), apuntan al congelamiento de bienes depositados en bancos europeos y la prohibición de viajar a cualquiera de los países integrantes de la UE, a 35 ciudadanos sirios, entre ellos el presidente Bashar Al-Assad, el ministro de Defensa, General Ali Habib Mahmoud y el jefe de la inteligencia militar de la ciudad de Hama, Mohamed Mufleh…
Por su parte, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, advirtió a las autoridades de Damasco que «el mundo entero está siendo testigo de la violencia con la que se está respondiendo a las protestas civiles» y les urgió a poner fin a ese «baño de sangre».
La falta de sanciones juega a favor de la muerte
Comparativamente, por mucho menos de lo actuado por el ejército sirio en la ciudad de Hama, el Consejo de Seguridad y algunas de las principales potencias del planeta, decidieron que la OTAN cambie la faz de Trípoli y de otras poblaciones libias, tras la caída de cientos de toneladas de bombas; que han producido más muertes entre la población civil, que las producidas bajo el propio régimen de Kadafi. Es por este motivo que en el caso sirio, estas mismas potencias vuelven a actuar bajo una «doble moral», según como vean afectados sus intereses (Ver:www.revistahorizonte.org/leeart.asp?art=33212)
Desde lo formal, ni siquiera el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, ha pedido públicamente la renuncia de Bashar Al-Assad, como suele ocurrir en casos como éstos.
El régimen sirio acelera la represión
Dos hechos de la actualidad política mundial juegan a favor del régimen sirio, para evitar la cobertura de los principales medios de comunicación ante la inusitada represión a su propio pueblo: las crisis económicas europea y estadounidense, y sus inevitables consecuencias sociales, y el comienzo del juicio al ex presidente egipcio, Hosni Mubarak, en El Cairo. Ambos hechos concitan la atención de buena parte de la prensa mundial.
Mientras tanto, al cierre de esta nota, soldados sirios cortaron todas las comunicaciones entre la ciudad de Hama y el resto del país, y tras un intenso bombardeo nocturno, los tanques del régimen comenzaron a tomar posiciones estratégicas, ocupando la principal plaza de la ciudad: Orontes.
La represión ha creado nuevos temores de que estalle la violencia sectaria en Siria. La mayoría de los 700.000 habitantes de Hama, ciudad ubicada a unos 210 Km. al norte de Damasco, son musulmanes suníes, la religión mayoritaria en el país (74%). También se han registrado choques en áreas kurdas (como Qamishli, Amuda y El Darbasiyah) y drusas.
La ciudad de Hama, es conocida como un histórico bastión contra el régimen de Al-Assad, y su antecedente directo en su amarga historia de represión, data de febrero de 1982, cuando el tío del actual presidente sirio, Rifaat Al-Assad, ordenó un intenso bombardeo contra aquella ciudad, que en pocos días causó la muerte de aproximadamente 20.000 personas, según diversas fuentes.
Ojalá la historia no vuelva a repetirse como una nueva tragedia, ya que las muertes de las poblaciones civiles, no son ninguna farsa.
Me gustaria saber, que pinta la ONU, la OTAN,y las pocas naciones importantes que existen en los cinco continentes:para que sirven,para nada,sólo para lo que les interesa.La ONU,sabe que Siria o su Presidente que una vez juzgado lo ahocará el pueblo de Siria.Que está haciendo la famosa ONU,gastar muchos dólares y no hacer absolutamente nada,que Siria (El oftálmologo) está cometiendo crímenes diariamente con su pueblo, la ONU gira la cabeza para no ver nada.El mundo está muy harto de la ONU,cuanto antes desaparezca mejor para todos.