Las Naciones Unidas y el Abuso de Derechos Humanos
Waffa Sultan
13 de octubre de 2011
http://www.hudson-ny.org/2485/united-nations-human-rights-abuse
Cuando emigré a Estados Unidos de América desde Siria, otro país árabe que hoy está atravesando por un terremoto político turbulento, nunca me imaginé que un día iba a estar afuera de las Naciones Unidas para oponerme a su pervertida conferencia, oponiéndome a su malicioso intento de distinguir a Israel – un país al que me enseñaron a odiar.
Pero aquí estoy hoy, orgullosa de defender la luz en medio de la oscuridad. Esta oscuridad provocada por los múltiples países musulmanes y sus posibilitadores internacionales, que han deshonrado el objetivo inicial de las Naciones Unidas, sólo para vilipendiar y, finalmente, destruir a Israel – un país, y el único, libre y democrático en todo Medio Oriente.
Durante los últimos 1.400 años, desde su creación, la ideología islámica ha tratado de privar a los judíos de sus tres posesiones más preciadas – su Biblia, sus vidas y su Tierra de Israel.
Durante mis años escolares, oí a mis maestros, familiares, vecinos y todos los medios de comunicación, bombardeándonos todos los días, en todo el mundo árabe. Nosotros, como niños pequeños y adultos jóvenes, fuimos adoctrinados para compartir la virulencia antisemita – para despreciar y denigrar a los judíos.
-Dios condenó a los judíos porque falsificaron la Torá. ¿Cómo lo supe? Eso es lo que me enseñaron.
-Dado que los judíos falsificaron la Biblia, son despreciados y representados como cerdos y monos. ¿Cómo lo supe? Eso es lo que me enseñaron.
-Los judíos mataron a nuestros profetas y son los enemigos de Allah. ¿Cómo lo supe? Eso es lo que me enseñaron.
-Por lo tanto, los judíos representan un peligro existencial para toda la humanidad, por lo que su aniquilación, como individuos y como pueblo, fue y sería un legítimo servicio a Dios y a la humanidad. ¿Cómo lo supe? Eso es lo que me enseñaron.
Sí, matar a los judíos siempre se nos presentó, a mí y a mis compañeros de clase, como una obligación religiosa. Absorbimos esta diabólica propaganda con nuestros alimentos y agua, y con nuestros libros escolares, todos y cada uno de los días.
Como psiquiatra calificada, afirmo que las semillas del odio sembradas en la mente de un niño, llevan a un inmenso odio cuando el niño crece hacia la edad adulta. Trágicamente, este odio genera acciones peligrosas e, incluso, la muerte.
Y así, Durban III es el producto final de exactamente este permanente odio. Seamos honestos, Durban III alberga profundos sentimientos antisemitas – los mismos sentimientos con los que fue envenenada mi mente; sentimientos que se les sigue enseñando a cientos de millones de niños árabes en todo Medio Oriente.
Yo creo que cualquier nación que otorga igualdad de oportunidades a todos los ciudadanos, sin distinción de raza, religión, afiliación política o género, por ello, establece su legitimidad moral.
De acuerdo con este principio, Israel se encuentra solo, en la región de Medio Oriente, como una nación con legitimidad moral: garantiza a todos los ciudadanos igualdad de derechos, tanto a hombres como a mujeres, libertad de religión y libertad de expresión y de prensa. Ni un solo país árabe o musulmán, en la región circundante, hace lo mismo. Ninguna de las naciones árabes y musulmanas permite a sus ciudadanos la libertad personal, o el derecho de mantener y expresar puntos de vista opuestos.
Estas cualidades esenciales de la vida proporcionan oxígeno al alma humana; son la clase de alimento básico que desesperadamente falta en todos los vecinos musulmanes de Israel.
Sin embargo, las así llamadas organizaciones de ayuda humanitaria en las Naciones Unidas dirigen todas sus energías para actuar en contra de cualquier cosa y de todo lo que hace Israel.
Permítanme preguntar: ya que todo ser humano merece vivir con dignidad, ¿por qué, una porción enormemente desequilibrada de la ayuda internacional, ha ido mayormente a los palestinos, mientras que millones de personas desfavorecidas en todo el mundo sufren privación genuina, que amenaza la vida?
He aquí por qué: Naciones Unidas, una y otra vez, concentra su poder en la fabricación permanente de falsas acusaciones contra Israel. Pintar a los palestinos como perennes desvalidos ofrece la cobertura perfecta para sus esfuerzos subversivos.
Sin duda, esta tendencia alienta el odio y la violencia contra el pueblo judío, en Israel y en todas partes. Y ese es exactamente su punto.
Por lo tanto, como una mujer de antecedentes árabes e islámicos, con esa perspectiva, me uno a todos ustedes hoy para destacar la hipocresía de la ONU. Desafío a la ONU por desatender su misión fundamental. Lo hace bajo la presión de los regímenes totalitarios musulmanes que ponen toda su fe y el crédito de su riqueza petrolera detrás de esta campaña anti-Israel.
Estoy aquí para exigir que las Naciones Unidas retornen a sus objetivos, que apliquen el derecho internacional, la justicia y la imparcialidad por igual, a todas las naciones, independientemente de su tamaño, condiciones económicas o influencia global.
Mientras Naciones Unidas ataque obsesivamente a Israel, sólo revela su propio pésimo historial de derechos humanos – descuidar los derechos de las mujeres musulmanas; ignorar las libertades de religión y conciencia; hacer la vista gorda frente al destino de los apóstatas musulmanes condenados a muerte; no enfrentar el brutal tratamiento a los cristianos y otros ciudadanos de las naciones islámicas, y por ignorar los derechos de los extranjeros no musulmanes que viven o trabajan en los países musulmanes.
Una organización de mujeres palestinas informó que hombres musulmanes perpetraron unos 40 asesinatos por honor al año, sólo en la Margen Occidental, sin incluir la gran mayoría de muertes por honor y violación de mujeres que no se denuncian – ya que la sociedad islámica mantiene el secreto manteniendo la creencia popular que, aquellos «malditos por un pecado, [deberían] ocultarlo».
¿Dónde está la protesta de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la epidemia de muertes por honor del mundo musulmán? ¿La ONU ha adoptado la misma filosofía islámica, esconder un pecado de la sociedad para proteger el honor musulmán?
¿Dónde está la condena de la ONU de la ley Sharia que perdona a los hombres abusivos y criminales que suponen a sus esposas pecadoras? ¿Qué ha hecho la ONU para detener y prohibir esta terrible tendencia?
Sr. Ban Ki-moon, por favor, tenga en cuenta que nosotros, musulmanes iluminados y liberados, tomamos nota. Y estamos furiosos. Al igual que con Israel, la ONU margina a los musulmanes iluminados y liberados, y los trata como parias. Líderes de las elites de los gobiernos, deliberadamente enceguecen a los medios de comunicación occidentales, arrogantes estudios y académicos de Medio Oriente e insensatos representantes de la ONU siguen el ejemplo. Todos estos supuestamente progresistas, líderes librepensadores, les han dado su pleno apoyo a los países islámicos totalitarios y se unen detrás de sus objetivos de deshumanización en la ONU.
Recibo un sinnúmero de cartas de lectores árabes de todo Medio Oriente, expresando su desesperado deseo de vivir como personas libres con los mismos derechos humanos que disfrutamos en Occidente – y, sobre todo, ¡liberarse de la Sharia!
Una joven árabe, una estudiante, me escribió el mes pasado:
«Se nos priva de cualquier derecho a pensar, y… nos recuerdan a cada momento, cómo arderemos en el infierno. Nos aterrorizan, y hacen lo mismo con los niños. Me gustaría que eso se detenga. Trato muy trabajosamente de cambiar las cosas. He creado un pequeño grupo contra el sexismo. Y espero ser capaz, algún día, de defender a las mujeres árabes».
Dígame, Sr. Ban Ki-moon, ¿Quien defenderá a esta joven estudiante y a su pequeño grupo que lucha contra el sexismo árabe y las atrocidades cometidas contra las mujeres árabes?
En cuanto a la violencia islámica y árabe, la ONU se mantiene trágicamente ciega y muda. La ONU reitera su denuncia de Israel, la única nación de Medio Oriente que garantiza a todos los ciudadanos los derechos humanos básicos que esta joven mujer árabe quiere que su pueblo tenga.
Aquí hay información importante para exponer la charada de la conferencia Durban III: De acuerdo con recientes encuestas cara a cara de destacados encuestadores internacionales, más palestinos, en Jerusalem Oriental, prefieren ser ciudadanos de Israel que ciudadanos de un nuevo estado palestino – y el 40 %, probable o seguramente, se mudaría para evitar estar bajo gobierno palestino. Ésto sólo demuestra la hipocresía de la ONU y su foro Durban III.
Para añadir sal a la herida, la ONU ha degenerado en un títere de las fuerzas árabes e islámicas que operan libremente en sus propios pasillos y oficinas. Se ha convertido en una herramienta de la Organización de la Conferencia Islámica – las 56 naciones islámicas que buscan, a través de la ONU, imponer leyes internacionales contra la blasfemia, supuestamente etiquetadas «Difamación de religión».
Consideramos que ésto criminalizaría a cualquiera que critique al Islam. Para ser más específicos, la ONU tiene como objetivo suprimir la libertad de expresión a nivel mundial – y en especial la libertad de oponerse a muchos principios duros de la ley Sharia del Islam. Sin lugar a dudas, este plan de criminalizar un discurso genuino y necesario sobre el Islam, es sedicioso y muy peligroso.
Pero a pesar de su intento de silenciar las voces disidentes, seamos francos: Desde el punto de vista islámico, el así llamado conflicto árabe-palestino-israelí no es más que una Jihad Islámica, dirigida específicamente contra los infieles judíos, cultivada por textos sagrados, que datan de los tiempos de Mahoma.
Aun cuando la supuesta crisis árabe-palestina fuera «resuelta», los jihadistas continuarían cumpliendo su deber islámico de someter al mundo entero bajo el Islam y la Sharia.
Así que ahora, estoy aquí de pie con todos aquellos que están en la lucha para preservar nuestra libertad. Hago un llamamiento a todas las naciones y los pueblos a boicotear la conferencia Durban III de las Naciones Unidas, contra la discriminación racial.
Aquellos que aman la libertad y la vida fortalecerán sus lazos y cálidas relaciones con Israel, y estarán con él. Israel continuará iluminando con su luz entre las naciones.
Originalmente presentado en forma algo diferente, como un discurso ante la conferencia titulada Los Peligros de la Intolerancia Global, en Nueva York, el 22 de septiembre de 2011.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusión: www.porisrael.org
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