«Es un informe muy grave que da al mundo, y EEUU a la cabeza, la oportunidad para actuar. Las conclusiones no son nuevas para Israel pero sirven para desenmascarar las verdades intenciones y planes de Irán», ha declarado el jefe de la Comisión de Defensa y Exteriores del Parlamento israelí, Shaul Mofaz, tras la publicación del informe del OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) sobre el programa nuclear iraní.
¿El nuevo documento oficial, el más duro contra Irán en la última década, acerca a Israel a la dramática y arriesgada decisión de atacar sus instalaciones nucleares?
«Hay que endurecer de forma significativa las sanciones económicas contra Irán para evitar que finalmente posea la bomba atómica. Un ataque militar, y más si es israelí en solitario, es la peor de las opciones pero debe seguir sobre la mesa. Lo que está muy claro es que Israel no puede permitirse que un régimen como el de Irán tenga armas nucleares», contesta Mofaz, ex ministro de Defensa y actual dirigente del partido Kadima.
Expertos locales estiman que el plazo de tiempo «para actuar» no supera los 12 meses. Israel -potencia nuclear- fue uno de los diez países que proporcionó datos e imágenes a la OIEA antes de redactar el informe que copa todas las portadas de los diarios israelíes.
Aún bajo el eco de las últimas filtraciones y especulaciones sobre un ataque israelí contra Irán, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha ordenado a sus ministros que tengan «un perfil bajo» y no reaccionar en público ante un informe que es recibido por los israelíes con sentimientos encontrados.
Por un lado, sienten preocupación ante las conclusiones sobre los fines militares del plan iraní. Por otro, cierto alivio y satisfacción porque el documento de la OIEA confirma, según ellos, lo que advierten desde hace años.
«En el 2009, el jefe de la Inteligencia militar israelí, Amos Yaldin alertó a sus homólogos occidentales así como a la OIEA sobre el plan nuclear militar de Irán. Sus advertencias, basadas en informaciones de los servicios secretos, no fueron tenidas en cuenta», indica el analista militar Roni Daniel.
Dejar que otros países actúen
Ante el silencio ordenado desde arriba, fuentes israelíes han reconocido a ELMUNDO.ES que «no conviene reaccionar oficialmente al informe y sí dejar que otros países actúen».
«Estamos sólo satisfechos porque ahora el mundo concluye sobre algo que nosotros veníamos diciendo desde hace mucho. Ahora el mundo debe por fin tomar en serio la amenaza que Irán con armas nucleares supone para el mundo y no solo para Israel».
En otras palabras -se entiende del mensaje israelí- sólo «sanciones paralizantes» podrían evitar en última instancia un ataque militar.
Todas las miradas enfurecidas de Israel se centran en el ex director general de la OIEA, el egipcio Mohamed El Baradei. «El payaso egipcio, que estuvo al frente de la OIEA antes del japonés Yukiya Amano, fue un colaboracionista del régimen de los ayatolas. Su equipo técnico le proporcionó todas las conclusiones necesarias pero Baradaei simplemente las borró o retocó dando un tiempo precioso a Irán», escribe hoy el columnista Ben Caspit en el diario ‘Maariv’, mientras que una fuente del Gobierno añadía al diario ‘Yediot Ajaronot’: «Quizás la historia le juzgue como la persona que por su culpa Irán tiene la bomba atómica».
La previsión es que Netanyahu espera ahora con mucha expectación la decisión de Washington, Paris y Londres teniendo en cuenta que Moscú y Pekin (más favorables a Irán) hacen de contrapeso a la hora de aplicar nuevas sanciones. El mensaje israelí será cada vez más discreto pero recordando por si acaso su eslogan: «Todas las opciones están sobre la mesa».
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