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| sábado abril 20, 2024

Mirada al 2012 – No todo es negro


Ron Ben Yishai

4/1/2012

No cabe duda que, la ola de levantamientos que azotó al mundo árabe en 2011, modificó las reglas del juego en la región y generó potenciales amenazas nuevas-viejas sobre Israel. Con la mayoría ya nos enfrentamos en el pasado con un éxito no menor –por ejemplo el ingreso del ejército egipcio a Sinaí- o el terrorismo en las fronteras con Jordania y Siria.

Junto a las amenazas reales y potenciales que se apilan con el inicio del 2012, en especial al corto plazo, es posible distinguir no pocos acontecimientos positivos que mejorarían la situación de seguridad y estratégica en el medio a largo plazo, por ejemplo, el golpe que sufrirá el “eje del mal iraní” si se desmorona el régimen de Assad en Siria o la determinación de reaccionar con hechos, por parte de los países del Golfo árabes sunitas a enfrentar con todos los esfuerzos –políticos, económicos y militares- la amenaza estratégica de Irán. Incluso el despegue político de los movimientos islámicos, como consecuencia de la ola de levantamientos, es mucho menos amenazante y riesgosa para Israel que lo que parece.

Los Hermanos Musulmanes en Egipto, Túnez y Jordania representan lo que es llamado por los expertos “Islam Híbrido”, que combina una identidad nacional-social con la identidad islámica. En oposición a los movimientos de la Jihad más destacados (como Al Qaeda y la Jihad Islámica Palestina), Los Hermanos Musulmanes otorgan preferencia clara al bienestar económico y social de sus pueblos por sobre los preceptos de la Jihad.  Es por ello que cabe suponer que adoptarán una política pragmática y se esforzarán por  auto – asilarse e, incluso,  luchar contra los salafíes fundamentalistas. No aman  a Israel y lo dañarán en cualquier oportunidad pero cuidarán de no anular los acuerdos de paz con Egipto y con Jordania. Asimismo se abstendrán de desembocar en una guerra masiva que sumergirá a sus pueblos en la miseria. Eso es cierto también con respecto al régimen de Siria después de Assad.

El tan recientemente popular cliché de la “Primavera Árabe no es más que el Invierno Árabe”  requiere de una nueva evaluación. Aparece un buen motivo para creer que, los triunfos políticos de los partidos islámicos, no continuarán por siempre. Los movimientos triunfan dado que constituyen la fuerza única, organizada y disciplinada alrededor de las mezquitas y, por eso, podría haberse producido un vacío político creado con el estallido de los incidentes y la caída de los regímenes. Es muy probable que a continuación, incluso en no muchos años, crezcan en el mundo árabe los jóvenes que aspirarán a mejorar su situación económica que, mientras tanto,  continúa deteriorándose- por medio de la democratización, apertura y liberalización verdadera y separación de la religión del estado. Ello tomará tiempo. Los resultados no se verán en 2012 y, quizás tampoco, en dos o tres años después. Un largo proceso parecido ocurrió después de la Revolución Francesa hasta que nació la verdadera democracia.

No deja de ser considerable que eso es lo que ocurra en el mundo árabe en el siglo XXI, a un ritmo mucho más acelerado que el acontecido en el siglo  XVIII en Francia –gracias a la revolución mediática y las redes sociales. 

Desde el punto de vista militar es posible registrar como positivo en el equilibrio estratégico de Israel que, en el 2011,  no se vio sometido a  un significativo desgaste de retroceso abarcador ya  sea hacia los elementos de amenaza en el círculo próximo como en los  círculos lejanos. Testimonio de ello es la calma relativa en la frontera con Siria, Líbano y Jordania; la  quietud en Cisjordania; el retroceso de Hamas de un enfrentamiento amplio; el nerviosismo en Irán a partir de los rumores de ataque israelí y el hecho que, el régimen sirio, no se apura en  hacer uso del arsenal en misiles y cohetes en su poder contra Israel, a pesar de la seducción que le provoca  para salvarse de su situación interna, que crece y se agrava.

Mientras  tanto no se revela, ante nosotros, ninguna amenaza verdadera. El retroceso no es el único motivo pero es un factor importante para esos fenómenos.  Más allá de ello, las capacidades y disposiciones de Israel a enfrentarse militarmente con amenazas, mejoraron y continuaran haciéndolo   con el tiempo. En la actualidad, la capacidad es muy alta,  en especial en el área de ataque (y según publicaciones extranjeras, incluyen las posibilidades de retroceso de Irán al uso de armas atómicas a través  de la amenaza por un “segundo golpe”).

A nivel de ataque, Israel es capaz de sorprender a sus enemigos (lejanos y cercanos). En el área defensiva, la capacidad  se encuentra en situación de inicio (el sistema multi-etapa de anti-misiles y cohetes aún está en etapa de comienzo y el sistema de defensa terrestre y su capacidad de enfrentar misiles es escasa). En la línea  inferior: si Israel invierte los recursos necesarios tiene una buena probabilidad,  en algunos años,  a enfrentar con éxito las amenazas y fortalecer el retroceso.

¿Y qué hay de la bomba en camino? Aquí también es posible encontrar relativos puntos positivos. A pesar de los avances logrados por los científicos, la conducción iraní  – encabezada por Khamenei-  aún no decidió producir  armas nucleares. Las principales causas  se refieren al temor a la supervivencia política (bajo las sanciones económicas)  y el temor a un golpe militar. Según parece, en  marzo 2012,  será  el punto de decisión próximo. En ese contexto, señalan los expertos y los agentes de inteligencia que,  las sanciones que ya fueron impuestas sobre Irán, influyen en el régimen y lo obligan a tomar medidas discretas. Por ello retrocedería, en el corto plazo (un año ó  dos) de pasos drásticos y en especial de la decisión de romper los recursos con el mundo y producir la bomba o un artefacto explosivo.

Además de todo eso, los movimientos en el mundo árabe ocasionaron un número de fenómenos adicionales con potencial positivo desde el punto de vista israelí:

1-      La guerra civil debilita al ejército sirio y lo desgrana. Si el régimen actual en Damasco cae, Hezbollah perderá un aliado militar y su retaguardia logística  además de las dificultades que tendrá Irán para establecer relación física con la organización y suministrarle material y guía de la Guardia Revolucionaria. En otras palabras, Hezbollah se convertirá en un objetivo más fácil no solo para Israel sino,  también,  un enemigo más débil para las otras comunidades en Líbano. Por ese motivo, Nasrallah se cuida mucho, en la actualidad,  de no tomar iniciativas aventureras que puedan complicarlo en una guerra que sea destructiva para su país. Cabe suponer  que,  el día después de Assad, Hezbollah no apurará el lanzamiento de misiles y cohetes hacia Israel en cualquier caso. Incluso si Estados Unidos o Israel atacan Irán, los ayatollahs exigirán venganza a cambio de su inversión. El interés de supervivencia de Hezbollah y la comunidad chiita es lo que decidirá.

2-      Siria es actualmente uno de los frentes más importantes de enfrentamiento entre el  Irán chiita y los países del Golfo árabes sunitas y, en especial, Arabia Saudita y Qatar. Los países del Golfo árabe y también Turquía sunita  saben que, la caída del régimen de Assad, afectará en mucho la capacidad estratégica de Irán. Por eso, promueven un agresivo accionar –por móviles humanitarios- de la Liga Árabe contra Assad. Teherán no queda comprometido y frena el apoyo económico a Hamas (sunita), cercano a Los Hermanos  Musulmanes,  negándose a expresar apoyo al presidente sirio mientras, su conducción, huye de Damasco.

3-      Hamas pertenece al modelo de Los Hermanos Musulmanes de los movimientos islámicos, es decir a la corriente moderada del bienestar del pueblo en la prioridad de sus preferencias. El gobierno de Hamas en Gaza se encuentra, en el último año,  preocupado  por la posibilidad que la oscilación en el mundo árabe llegue, también,  a las calles de la Franja e interpele a su gobierno, al mismo tiempo que, la miseria económica por las reducciones iraníes. Es por ello que Hamas está muy  interesado en una conciliación con la Autoridad Palestina y la OLP, encabezada por Abu Mazen y, en la misma medida, busca la calma con Israel para obtener legitimación en el mundo (y dinero). Así surgió la posibilidad de un diálogo indirecto entre Hamas e Israel con mediación egipcia. El acuerdo de paz no saldrá de ahí  pero el orden y la calma por un largo período se encuentran en el límite de la posibilidad real.

4-      La Suprema Asamblea Militar egipcia  revela disposición a continuar siendo el factor político líder y dominante. Tiene  un importante interés en mantener las relaciones cercanas con Estados Unidos. Está  interesada en restituir, para sí, el control de seguridad en Sinaí (para impedir un suceso más de grupos terroristas de la Jihad Mundial que ponen en riesgo el régimen y sus intereses económicos) y evitar un enfrentamiento masivo entre Israel y los organismos terroristas en Gaza (que encenderá la calle egipcia). Por eso, si la Asamblea logra doblegar la voluntad de los otros organismos políticos, incluido Los Hermanos Musulmanes, hay una buena probabilidad que, el acuerdo de paz con Israel,  se mantenga y quizás se encuentre solución intermedia a la encendida situación en Gaza y frustre la amenaza desde Sinaí.

5-      Esas evidencias y evaluaciones son una buena causa para el cauto optimismo y, por supuesto, que equilibran el cuadro que se perfila de los sucesos del año. Junto a ello existen dos iniciativas que el gobierno puede tomar y que cuentan con la fuerza de cambiar, para bien y de manera inmediata,  la situación de seguridad-estratégica:

A – Una, es la iniciativa que llevará a la reanudación de la negociación directa con los palestinos.

B – Otra  es la decisión de atacar a Irán (con la condición que haya una alta probabilidad que esa embestida  logre sus objetivos).

6-      Ambos temas se vinculan entre sí: la reanudación del proceso político, a pesar de las maniobras por parte de Abu Mazen de eludirlo, puede colaborar a rescatar del aislamiento internacional y defenderse ante una reacción mundial frente al ataque a Irán. Por tanto es conveniente que,  la iniciativa en el tema palestino,  anticipe a la iniciativa de ataque.  Netanyahu Y Barak y,  como ellos,  los ministros del gabinete saben eso muy bien. La pregunta es solo si contarán con la  valentía personal y el poder político en el 2012 para actuar en ambos ejes, como compromiso con los intereses estratégicos de Israel.

 

 

Att. CIDIPAL

 
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