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| viernes noviembre 22, 2024

No rehabilitar al culpable


Efraim Zuroff

Director de SWC Israel

Haaretz

13 de enero de 2012

hlocausto-poema

Recientes acontecimientos en cuatro diferentes países de Europa Oriental han destacado, una vez más, ataques en curso contra la aceptada narrativa del Holocausto, en el mundo post-comunista. Tres atrajeron considerable atención, mientras el cuarto, que, tal vez, nos da la mejor información sobre el fenómeno de los intentos, en Europa Oriental, de reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial, fue prácticamente ignorado hasta que despertó una solitaria protesta judía.

En Kiev, Odessa y Lvov, el 1 de enero, cientos de personas marcharon para conmemorar el cumpleaños del héroe nacionalista ucraniano Stepan Bandera, que encabezó la Organización de Nacionalistas Ucranianos (ONU), la que colaboró con los nazis y participó activamente en el asesinato masivo de judíos, después de la ocupación alemana de Ucrania en 1941. Unos días más tarde, el consejo regional de la región administrativa Ivano-Frankivsk de Ucrania, declaró a 2012 el año de la UPA, el ala militar de la ONU.

Desde Estonia se informó, el 27 de diciembre, que el ministerio de defensa del país planeaba presentar un proyecto de ley al parlamento que reconocería a los estonios que sirvieron en la 20a División de Granaderos Waffen-SS, que lucharon junto a las tropas alemanas como «luchadores por la libertad» para la independencia del país – a pesar del hecho que la Alemania nazi no tenía ninguna intención de concederle la libertad a Estonia. Aunque la división de las Waffen-SS no participó en los crímenes del Holocausto (para el momento en que se estableció los judíos de Estonia ya habían sido asesinados), sus miembros incluían hombres que habían participado, anteriormente, en el asesinato de judíos y gitanos.

El 28 de diciembre, En Zagreb y Split, Croacia, se celebraron misas conmemorativas en honor a Ante Pavelic, su jefe de estado durante la Segunda Guerra Mundial, que carga con la responsabilidad por el asesinato masivo de cientos de miles de serbios, 30.000 judíos y varios miles de gitanos. Pavelic, que fue instalado por los alemanes, creó uno de los regímenes más letales y brutales en la Europa dominada por el Eje.

El cuarto evento involucró al ex ministro de relaciones exteriores lituano Vygaudas Usackas, actualmente Representante Especial de la UE en Afganistán, que escribió un artículo de opinión en el Wall Street Journal, en la que caracteriza a la ocupación nazi de su patria, durante los años 1941-1945, como «unos pocos años de respiro de los comunistas”.

En vista del hecho que el 96,4 por ciento de los 220.000 judíos lituanos que vivían allí, bajo la ocupación alemana, fueron asesinados (junto con otros miles de judíos deportados de Europa Occidental y Central), muchos por colaboracionistas nazis locales, la descripción de Usackas fue groseramente insensible, si no directamente atroz. Sin embargo, en respuesta a mi crítica, Usackas emitió una declaración pública en la que justificó su texto original, señalando la desigualdad de trato, en la opinión pública occidental, de «los crímenes del régimen de Stalin… y la tragedia de sus víctimas», que sólo recientemente recibió el debido reconocimiento legal, «en contraste con los crímenes nazis que han sido condenados universalmente por toda la humanidad civilizada». Y, aunque repitió una condena anterior a los crímenes del Holocausto en general, sus comentarios no mencionaron una sola palabra sobre la trágica situación de los judíos lituanos o los horribles crímenes cometidos por lituanos durante el «respiro» de la ocupación soviética.

Esa insensible indiferencia por la suerte de más de 200.000 ciudadanos lituanos asesinados, en muchos casos, por sus propios compatriotas, puede parecer sorprendente, viniendo de un representante oficial de la Unión Europea pero, recientes acontecimientos en Lituania, indican claramente la determinación del gobierno de reescribir los libros de historia, encubriendo los crímenes de los colaboracionistas nazis locales. En este sentido, un ejemplo se destaca: una conferencia celebrada en el Seimas (parlamento lituano), el pasado mes de junio, para conmemorar el 70 aniversario de la invasión alemana. El principal objetivo de la conferencia fue el de glorificar al Frente Activista Lituano, un grupo político que colaboró ??con los nazis, con la esperanza de restablecer la independencia lituana, y que llamó abiertamente a la violencia contra los judíos. Esta incitación fue un factor en los generalizados ataques a judíos en 46 comunidades lituanas, aún antes de la llegada de las tropas nazis – un fenómeno bien documentado, cuya existencia fue negada en la conferencia.

Todos los casos anteriores pueden ser mejor descritos como «distorsión del Holocausto» (en oposición a negación), que busca promover el bulo de la equivalencia histórica entre crímenes nazis y comunistas, negando así el lugar que le corresponde al Holocausto como un caso único de genocidio. Tal distorsión también minimiza el altamente significativo papel  de  los colaboracionistas de Hitler de Europa oriental en los crímenes del Holocausto y allana el camino para la rehabilitación de aquellos que lucharon contra los soviéticos, sin tener en cuenta todos los crímenes que hubieran cometido contra los judíos. Es ésta base ideológica la que engendró los cuatro eventos descritos anteriormente.

Este enfoque fue originalmente formulado en la Declaración de Praga del 3 de junio de 2008, que bien puede ser categorizada como el oficial «manifiesto de la distorsión del Holocausto». Los signatarios originales de la declaración – 27 líderes políticos e intelectuales de Europa oriental – advierten abiertamente que Europa no estará unida hasta que «reconozca al comunismo y al nazismo como un legado común», y efectúa demandas prácticas que, si son aceptadas, conducirían a una revolucionaria reevaluación de la historia de la Segunda Guerra Mundial y convertirían al Holocausto en sólo una de muchas tragedias similares. Por desgracia, ya han aprobado resoluciones, apoyando estos principios por amplio margen, en el Parlamento Europeo y en la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.

Es hora de que el gobierno israelí y organizaciones judías de defensa, comiencen a luchar activamente contra esos peligrosos fenómenos, no sea que los logros alcanzados durante las últimas décadas en la conmemoración y la educación del Holocausto, en todo el mundo, sean borrados por los que tratan de encubrir los crímenes de sus compatriotas.

http://www.haaretz.com/print-edition/opinion/don-t-rehabilitate-the-guilty-1.407063

El Dr. Efraim Zuroff es el principal cazador de nazis del Centro Simon Wiesenthal y el director de su Oficina de Israel. Una edición alemana de su último libro, «Operación Última Oportunidad: La Búsqueda de un Hombre para Llevar a los Criminales Nazis a la Justicia», fue publicado el mes pasado por Prospero Verlag.

 

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

Difusión: www.porisrael.org

 
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