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| martes abril 23, 2024

Daniel Najenzon, cineasta israeli, galardonado en la Cinemateca Uruguaya


 P: Daniel, ante todo, felicitaciones. La película “Perros Salvajes” que presentaste en el 30º Festival Cinematográfico Internacional de Uruguay en la Cinemateca uruguaya, ha recibido junto a una película suiza, el premio a mejor cortometraje. Comencemos pues por esa película concretamente…¿Nos puedes contar un poco al respecto? Yo no he podido ver más que el tráiler de presentación, que muestra un conflicto cargado de emociones en una unidad del ejército ¿Verdad?

R: Muchas gracias. La película se trata de dos soldados, un joven oficial  ambicioso y un soldado veterano, pocos meses antes de la liberación de este último del ejército, quienes fueron enviados  a un ejercicio de  ubicación en el terreno.  Pronto se pierden. El soldado veterano quiere volver a la base,  pero el oficial hará todo lo posible  para no fracasar en la misión. Las relaciones entre ambos se deterioran, y el resultado será desastroso para ambos.

Es un pequeño drama sobre las relaciones de fuerza y la brecha entre nuestras ambiciones; o, para decirlo con otras palabras, entre las ambiciones que gestamos en función de lo que creemos que esperan de nosotros y de lo que realmente  somos.

P: ¿Hay allí algo de tu experiencia personal? ¿Por qué elegiste ese tema?

R: La película está basada en una experiencia personal que tuve en el ejército, cuando, en mis primeros meses como joven oficial, fui enviado con otro  soldado a recorrer y tratar de ubicarme  en zonas hostiles. Nos extraviamos enseguida,  y como suele ocurrir en situaciones semejantes, nuestras relaciones  sufrieron grandes desafíos, y también entonces hubo perros en la noche. Por supuesto que las asociaciones en la película son diferentes y exageradas, y el drama se desarrolla en líneas imaginarias por completo. Pero además de  la situación básica, que ocurrió en realidad, también nos preguntábamos entonces, en el ejército, sobre la necesidad de mostrar la lealtad al sistema al  precio de la seguridad personal, etc.

P: Interesante…hay allí un dilema de fondo..

R: Así es. Te diré que elegí  este tema porque creo que el contraste entre la relación de fuerzas y el sistema de expectativas constituye un problema universal, un conflicto al que las personas se enfrentan en cualquier lugar, ya sea en el trabajo, en la pareja, o entre amigos. La decisión de incorporar el drama dentro del sistema militar, agudizó aún más el tema y le dio una dimensión adicional, debido a su fuerte y significativa  capacidad de influir sobre nuestra propia perspectiva en cuanto a nosotros mismos.

P:  ¿Por qué te parece que la película ganó el premio?

R: Pienso que los conflictos que presenta la película, como lo dije anteriormente, son universales y se elevan por sobre un tiempo y un lugar específicos.  Es fácil conectarse a ellos. Además, las noticias del mundo mencionan una y otra vez al ejército israelí  en sus titulares, y es interesante ver al ejército de Israel a través de los ojos de un cineasta israelí. Y a lo mejor, me gustaría  pensar, que también ganó porque es una buena película.

P: Estoy segura que eso fue un elemento clave! Daniel, ¿Tu te presentaste  como cineasta israelí? O en otras palabras…¿Cuándo participas en un festival internacional, aunque lo hagas por cierto a título personal, con tu creación, sientes que en parte también representas al país?

R: Como director y guionista, yo creo desde mi propio mundo personal  como  ser humano. Parte importante de ese mundo es el país en el que vivo. En la  misma medida soy también judío, y en la misma medida mis raíces son sudamericanas. Esos son los materiales desde los cuales yo creo. A través de  ellos yo cuento cuentos. Soy un director israelí, por supuesto, pero no un  israelí  que es director.

No quisiera representar un país o un pueblo. Me agradaría pensar que mi  creación está más allá de toda frontera y es mi propia creación. La tendencia a ver a los israelíes como grupo es una tendencia nuestra como israelíes y también del mundo.

Todos somos un poco embajadores, sólo que sin recibir   sueldo. ¡A lo mejor es una conspiración del Ministerio de Relaciones Exteriores!

P: Es bueno que lo veas con humor.

  

R: Pero bromas aparte, sin  duda, como israelí, uno es una pequeña sucursal del  Estado, lo quiera o no. Por ejemplo, en mi  película los soldados  no se encuentran con nadie. Y a pesar de eso, en uno de los festivales en que  participé, se me  acerca un joven director iraní, enojado, que  siente que si los personajes de la película hubiesen encontrado un árabe lo hubieran  maltratado.  Y cuál  sería mi  postura  moral sobre el tema…

P: Increíble…Daniel, no me arrepiento de haber comenzado con las felicitaciones..pero habría estado bien quizás también empezar preguntándote cómo te parece mejor que se te presente…¿Cineasta israelí nacido en México, hijo de padres argentinos? Suena muy a historia judía…

R: Por supuesto que mi historia es muy judía. Mis padres dejaron Argentina, yo nací en México, y juntos hicimos aliá; una historia de migración sionista clásica. Viven en Israel, con un profundo lazo con la Diáspora. Mi  padre, escritor, que siguió escribiendo sus libros en castellano desde su hogar en Jerusalén. Mi  madre, trabajó muchos años con comunidades judías de todo el mundo.

P: José y Noemí, a los que tengo el gusto de conocer personalmente desde hace años, cuando no sabía todavía que tendría este contacto contigo. Tu padre es un gran escritor que ha recibido varios premios en diversos países…

R: Es cierto…Una familia desparramada en más de un Continente, y yo crecí en Israel desde los tres años. Dentro de este ámbito, yo creo, mi condición judía es la base sobre la cual  me crié, siempre está en el trasfondo y es parte de lo que hace de mí  un cineasta, pero sin duda, sólo es una parte. Por ejemplo, esta película está influenciada  por mi miedo a los bosques y por el hecho de que aprendí a a tirar con un fusil  antes de aprender a conducir, de manera mucho más directa  que  por mis antecedentes familiares. Todo se combina, yo llevo mi narrativa judía a todas lados, junto con el resto de las historias que me conforman. Pero para ahorrar papel, digo simplemente:
      Daniel Najenson- cineasta

P: Ese es el resumen pues…pero me encantó, además, tu explicación. Daniel, abramos el abanico. El cine israelí vive un gran auge hace ya varios años..No es cuestión de modas ¿verdad? O sea ¿merece el buen nombre que está teniendo?

R: Pienso que, desde hace ya varios años, se produce en Israel  un cine excelente. Películas israelíes, de creadores israelíes se proyectan en todo el mundo,  obteniendo muchos premios. La televisión israelí está floreciendo, y vende series y formatos a  varios países del mundo.  Existen en el país más de diez escuelas de  cine, y hay una necesidad y una pasión por contar cuentos.  El mundo está más abierto y los medios de  producción y distribución son un poco  más simples. Creo que el  cine israelí es hoy  más maduro y  profesional,  y merece el lugar de honor que le da el mundo en este momento.

P: En realidad, creo que no debería sorprender que de Israel salgan buenas películas, dado lo variado del mosaico que compone su realidad…¿Crees que el cine israelí es una buena carta de presentación del país? Aquí, por buena, me refiero a fiel…

R: Pienso que el cine israelí, en su mayor parte, es el ámbito donde  más se  trata  de  presentar  la complejidad de vida de  nuestro país.  En especial en los  últimos años, es muy variado; películas con una profundidad política y social, como en cualquier parte del  orbe. Hay visiones de  mundo que  dan el  tono  en el cine, más que otras.  Los artistas, de  todas  maneras, siempre  se expresan a través de sus ojos, y  su visión de mundo es la que orienta la creatividad. Pero en general, en la creación israelí  hay un deseo de contar cuentos complejos, conflictivos y morales, que muestran distintos aspectos de  la experiencia israelí. Junto a ellos aparecen películas más “simples”, menos  comprometidas política y socialmente, que intentan abrir otro tipo de diálogo, un diálogo de normalidad, de  cine de terror, acción, comedias románticas o  simplemente  buenos cuentos emocionantes. Creo que quien vea la inmensa producción del cine israelí  de los últimos años, recibirá un cuadro bastante auténtico de la vida en Israel, con sus conflictos, y el  intento constante  de  vivir una vida normal  como cualquier país del mundo.

P: ¿Crees que para que una película sea buena tiene que transmitir un mensaje específico?

R: Pienso que las mejores películas que yo conozco, las más emocionantes, y especialmente aquellas que me dejaron  una impronta más profunda, son  precisamente las que trasmiten un mensaje específico, a veces complejo, sean  cintas provocativas, banales o previsibles, pero con un mensaje y  un contenido  coherente y veraz. Al mismo tiempo, hay lugar para un cine más sentimental, entretenido, y  menos exigente.  Hay lugar para todos.

 
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