Karin Kloosterman
De Israel21c
Mientras los estadounidenses presentan solicitudes a Senadores estaduales para que legalicen la marihuana médica y los holandeses simplemente van a un café de Amsterdam para auto-medicarse, miles de israelíes están integrados a un programa regulado de uso de la marihuana con fines médicos.
El avance israelí hacia la legalización del cannabis para alivio del dolor y para tratamiento de enfermedades terminales se apoya en las investigaciones pioneras del Prof. Raphael Mechoulam, del centro de Investigación del Dolor de la Universidad Hebrea de Jerusalem
Ya en 1964, trabajando con paquetes de hashish capturados por la policía local, Mechoulam aisló el compuesto activo del cannabis, el THC. Llegó a convertirse en consultante confiable sobre el tema para varios gobiernos e individuos –incluso para un Senador de EEUU que estaba preocupado porque su hijo usaba marihuana en clubes de jazz- y urgió que compuestos derivados llamados canabinoides se legalizaran en Israel para propósitos médicos.
El trabajo de Mechoulam inspiró a generaciones de investigadores de todo el mundo a estudiar el uso de la marihuana para aliviar afecciones médicas, desde las náuseas inducidas por la quimioterapia hasta dolores crónicos. Su trabajo llevó al descubrimiento de las ananamidas, producidas de manera natural en el cerebro a partir de compuestos similares al THC.
Recientemente Mechoulam recibió el Premio Rothschild de Ciencias Físicas y Químicas en reconocimiento a sus contribuciones. Con la ayuda de sus esfuerzos Israel comenzó a desarrollar políticas dirigidas a que la marihuana médica sea accesible para quienes más la necesitan.
Reduciendo la necesidad de utilizar opiáceos
El laboratorio de Mechoulam fue una de las paradas en un reciente recorrido de las instalaciones de investigadores israelíes de la marihuana por parte de la celebridad mediática estadounidense Montel Williams, quien dijo a los reporteros que los EEUU podrían aprender varias cosas del abordaje israelí del tema.
Williams, a quien en 1999 se le diagnosticó esclerosis múltiple (EM), aboga a favor de investigación y educación sobre nuevas direcciones en los tratamientos, incluyendo la marihuana médica, a través de su Fundación de Esclerosis Múltiple. Williams dice que la marihuana médica ayuda a aliviar su dolor neuropático, y está trabajando para que se la legalice también en EEUU.
Mechoulam reconoce que probablemente el bordaje israelí es el más avanzado del mundo teniendo en cuenta el número de pacientes que reciben marihuana médica en programas supervisados.
“Actualmente entre seis y siete mil personas la reciben, por varias razones, como dolor crónico o cáncer, y está mejorando la sintomatología del cáncer al poderse reducir la cantidad de opiáceos que los pacientes deben recibir”, dice Mechoulam a ISRAEL21c. Se espera que la cifra de pacientes aumente a unos 40.000 hacia 2016.
“Las personas que sufren grandes dolores y que están tomando opiáceos realmente dejan de ser funcionales. El tomar THC como marihuana médica, o en su forma pura, significa que puede reducirse la dosis de opiáceos y, por lo tanto, la persona tendrá una mejor calidad de vida”, dice.
Filtros rigurosos
El Ministerio de Salud comenzó lentamente el programa en 1994, pero en realidad comenzó a funcionar plenamente en 2002 bajo la dirección del Dr. Iehuda Baruch del Hospital Abarbanel, una institución psiquiátrica de Bat Yam.
Pacientes de todas las edades pueden solicitar ser aprobados para ingresar al programa a través de su propio médico personal o del Centro Médico Sheba, y luego pasar por un riguroso proceso de “filtrado”. Las personas que se aceptan incluyen pacientes de cáncer que estén recibiendo quimioterapia, pacientes de cáncer con tumores en etapa final, pacientes registrados en un centro de VIH israelí, y personas bajo tratamiento por dolores crónicos, enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, esclerosis múltiple y stress post-traumático.
Cuando se la administra adecuadamente, bajo supervisión médica, la marihuana médica muestra una tasa muy baja de abusos, dice Mechoulam.
Mechoulam, quien aún trabaja como investigador, recibe pedidos periódicamente para que determine los niveles de THC en marihuana cultivada por israelíes que tienen licencia oficial para ello. Y aunque está contento con el progreso del país dice que se necesita más investigación sobre estandarización de las dosis e incorporación de elementos faltantes en la variedad médica utilizada en Israel.
“Básicamente, Israel se está moviendo en la dirección correcta. Es necesario cuantificar mejor el THC. Y el canabidial, un potente agente anti-inflamatorio, debe estar presente en las dosis utilizadas en Israel”, dice. El canabidial alivia posibles efectos laterales indeseables del THC.
Aparte de esos puntos a solucionar, “Israel es uno de los líderes en el mundo en investigación de los canabinoides. Hay unas dos docenas de grupos trabajando en eso, y viene gente de todo el mundo para ver lo que estamos haciendo”, concluye Mechoulam.