Llamando a UNRWA

Richard Baehr

Israel Hayom

Esta semana aparecieron otra serie de pobres informes económicos en los Estados Unidos y más acusaciones y réplicas del Presidente Barack Obama y el presunto candidato republicano Mitt Romney. Una historia que apenas apareció en los medios de comunicación, debido a la atención a la economía y las campañas, fue sobre un intento liderado por el Senador Republicano por Illinois Mark Kirk para que el Departamento de Estado cuantifique el número de “refugiados palestinos originales” que son actualmente asistidos por la Agencia de las Naciones Unidas para el socorro y obras públicas (UNRWA). La solicitud de información de Kirk, sometida como una enmienda a una legislación que aprobó el Comité de Apropiaciones del Senado, solicita al Departamento de Estado que haga un informe al Congreso en el plazo de un año estimando “cuántas personas atendidas por esta agencia de las Naciones Unidas en el último año vivieron realmente en Palestina desde 1946-1948 y fueron desplazados por el conflicto de 1948.”

La reacción a la enmienda de Kirk fue rápida y furiosa. La Secretaria de Estado Hillary Clinton y otros funcionarios del Departamento de Estado, el Senador por Vermont Patrick Leahy, la OLP y el gobierno jordano, todos ellos reaccionaron contra el acta, criticando su enfoque y sugiriendo que Kirk estaba realmente trabajando para cortar el financiamiento norteamericano a UNRWA. La OLP fue más allá amenazando con “serias repercusiones” para Norteamérica si la enmienda de Kirk era aprobada.

De hecho, mientras que los Estados Unidos provee cerca de un cuarto del presupuesto anual de UNRWA (más de U$250 millones por año) y ha proveído ayuda que totaliza más de U$4 mil millones desde que la agencia fue creada, nada en la enmienda de Kirk está relacionado con el financiamiento de la organización.

Sin embargo, la probabilidad de que un informe sobre el número de refugiados sobrevivientes originales, si hubiera uno disponible, podría resultar muy embarazoso para la UNRWA y el Departamento de Estado, y podría conducir a un intento de cortar la ayuda en el futuro, especialmente cuando el presupuesto es muy ajustado.

Durante la Guerra de Independencia de 1948 un número significativo de árabes salieron del área que se convirtió en el nuevo Estado de Israel, que se ganó el reconocimiento de muchas naciones como nuevo país y fue admitido a las Naciones Unidas. Algunos estimados ponen el número que salió entre 600,000 y 750,000. La gran mayoría se movieron a pocos kilómetros de distancia, a tierras árabes vecinas. Muchos se fueron por voluntad propia, para evitar una zona de guerra, o fueron animados a hacerlo por los ejércitos árabes invasores en 1948 después que los británicos renunciaron al control de Palestina. Algunos fueron expulsados durante la lucha. Un número algo mayor de los judíos de los países árabes, estimado en 800.000 a 1 millón, se vieron obligados o presionados para abandonar Irak, Yemen, Egipto, Marruecos, Túnez, Argelia, Libia y otros países. Ellos se mudaron principalmente a Israel y en menor grado a Francia y otros países. En cierta medida la guerra y sus secuelas dieron lugar a un intercambio de población de gran tamaño.

Mientras que la ONU tiene una sola agencia, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR) para lidiar con todas las otras poblaciones de refugiados del mundo, UNRWA sirve únicamente a una población de refugiados, los palestinos. Hay también otro factor único asociado a UNRWA. Mientras otras poblaciones de refugiados siempre declinan en número en el transcurso del tiempo debido a que los refugiados originales son reubicados o fallecen, UNRWA toma en cuenta a los descendientes de los refugiados originales así como los refugiados originales mismos, cuando ello corresponde a la población de refugiados palestinos. Como resultado, el número de refugiados listados por la UNRWA ha aumentado constantemente desde que la organización fue creada por la ONU en 1949, y ahora cuenta con aproximadamente 5 millones de palestinos como refugiados, con cerca de 1,3 millones de ellos viviendo en 59 campamentos en Jordania, Líbano, Siria, la Ribera Occidental y Gaza. La UNRWA es la mayor agencia de las Naciones Unidas, dando empleo hasta a 30.000 personas (la mayoría de ellos como maestros), y más del 99% de ellos son palestinos.

Cuando le propuesta de Kirk salió a la superficie, historias de varios periódicos estimaron que si el Departamento de Estado revelara la estimación de refugiados originales actualmente atendida por UNRWA, el número podría rondar los 30.000. En otras palabras, menos del 1% del número designado por UNRWA como refugiados son refugiados originales y el resto son descendientes – hijos, nietos y bisnietos, así como algunos refugiados adicionales de la guerra de 1967.

Más que cualquier otro asunto, la inflexibilidad del conflicto Israelí-Palestino se debe al status de los refugiados. Los palestinos han demandado un completo derecho al retorno a Israel para todos los refugiados y sus descendientes. Por lo tanto la demanda es por el derecho al retorno para más del 99% de la llamada población refugiada (cerca de los 5 millones) – que no son refugiados de Israel – a un lugar en el cual nunca vivieron. Esa habilidad para agobiar a Israel con palestinos, bajo la apariencia de su situación como refugiados, ha sido un asunto en el cual ningún líder palestino ha mostrado una voluntad de compromiso. Renunciar al derecho de retorno sería visto como una aceptación de Israel. Defender el derecho al retorno es la negación más extrema del derecho de Israel a existir.

Seguramente los presidentes de Estados Unidos y funcionarios del Departamento de Estado son conscientes de la singularidad de las solicitudes de refugio de los palestinos y el tratamiento de UNRWA del asunto. Pero así como la política de EE.UU. a veces parece negar la existencia de Jerusalén (ciertamente dentro de Israel), también se ha evitado la crítica a la UNRWA y al número de refugiados groseramente inflado. En cambio, los funcionarios estadounidenses se limitan a afirmar que los refugiados son un tema del estatus final de las conversaciones de paz (como Jerusalem). En otras palabras, los EE.UU. no toman posición sobre el asunto.

El lenguaje de Kirk amenaza con revelar que el emperador de la diplomacia del Departamento de Estado no tiene ropa. El Senador Demócrata por Vermont Leahy insinuó que el lenguaje de Kirk era una estratagema para ayudar a Israel, no a los EE.UU. Para utilizar el lenguaje de M.J.Rosemberg, Leahy estaba acusando a Kirk de ser un “Israel primero”, de no servir los intereses americanos. Leahy, quien nunca ha sido un admirador de Israel, era una buena opción para llevar el agua a las fuerzas del Departamento de Estado que sólo quieren dejar a los perros acostados y tranquilos, y que nunca se  planteen nuevas cuestiones, que Di-s no lo quiera, puedan parecer que los EE.UU. se pusieron del lado de Israel sobre la cuestión de los refugiados.

Si esta administración y el Departamento de Estado quieren lograr la paz entre Israel y los palestinos, como siempre pretenden que lo hacen, entonces adhiriendo a un número groseramente fabricado de refugiados no servirá a este propósito; esto solamente asegura que el asunto de los refugiados seguirá siendo irreconciliable. La  definición de la UNRWA de refugiados aplicada a otras poblaciones de refugiados daría lugar a números absurdos: 150 millones o más refugiados de la guerra India-Pakistán de finales de 1940, tal vez 10 veces el número de los refugiados originales, la mayoría de los cuales por supuesto que no están vivos. El Departamento de Estado pareciera temer a la transparencia cuando del número real de refugiados palestinos se trata. Gracias a Mark Kirk y otros senadores, el mundo de fantasía de los refugiados de la UNRWA podría ser finalmente descubierto.

Traducción para Porisrael.org: Joseph Gabriel

Att. en ingles: TEU

Difusión: www.porisrael.org