Egon Friedler
La Republica. Uruguay
29.6.12
El lunes pasado (25.5.2012) la agencia France Presse anunció desde El Cairo que la presidencia de Egipto negó la autenticidad de un presunto reportaje hecho al recién electo primer mandatario egipcio Mohamed Morsi por parte de la agencia semi-oficial iraní Fars. El vocero de la presidencia en El Cairo dijo a la agencia oficial egipcia MENA que “El Sr. Morsi no dio ninguna entrevista y todo lo que esta agencia publicó carece de todo fundamento”. En el reportaje denunciado como falso, Mohamed Morsi habría dicho que su intención es mantener una buena relación con la República Islámica de Irán y que tenía la intención de desarrollar vínculos entre ambos países para crear un balance estratégico en la región. Morsi también habría dicho según Fars, que reconsideraría los acuerdos de Camp David que llevaron al tratado de paz entre Egipto e Israel. Sin embargo, en su primer discurso como presidente electo, Morsi indicó que respetaría los tratados internacionales firmados por su país.
Irán rompió las relaciones con Egipto en 1980 en protesta por el tratado de paz con Israel. Sin embargo, hay una misión egipcia en Teherán y una delegación oficiosa iraní en El Cairo.
El miércoles 27, el diario panárabe de Londres, “Asharq Alawsast”publicó con la firma de su director Tariq Alhomayed un artículo crítico sobre el incidente titulado “Un nuevo escándalo iraní” en el que enfoca otro aspecto de la publicación de la Agencia Fars: un presunto desmentido del dirigente egipcio de que su primer destino en el exterior sería Arabia Saudita. El periodista alega haber oído la entrevista grabada y sostiene que no se trata de la voz de Mohamed Morsi, lo que también habría sido la opinión de la agencia Reuters. Alhomayed señala que pese a los desmentidos la agencia Fars sigue publicando el falso reportaje en su sitio Web en las versiones en persa y en árabe, y que curiosamente la entrevista grabada solo está a disposición de los lectores en idioma persa. Las conclusiones del articulista árabe son inequívocas: “En realidad, este escándalo en los medios de información iraníes no es el primero ni será el último. Existen numerosos precedentes en distintos medios iraníes, particularmente aquellos que se editan en idioma árabe, incluyendo aquellos publicados en Irán, Irak y el Líbano. Es algo común tanto en la prensa escrita como en la televisión. Ello se debe a que la falsificación de noticias es un juego conocido y practicado por muchos órganos de difusión iraníes. Esto suele incluir a lugares en Internet muy vinculados a Hezbollah y otras organizaciones iraníes que difunden noticias falsas masivamente, por lo cual todos los desmentidos suelen llegar tarde y no son eficaces. Las víctimas no son solo países, sino también líderes y altos funcionarios e incluso figuras del periodismo. Además, quien ha practicado este tipo de fraude durante más tiempo, han sido los diarios sirios que responden a Bashar Assad”.
En horas de la tarde del miércoles la BBC de Londres anunció que la oficina del presidente egipcio Mohamed Morsi decidió emprender acciones legales contra la agencia iraní Fars por falsificar una entrevista con él.
¿Qué hay detrás de este incidente? Sin duda, un intento iraní de influir sobre el rumbo de la política exterior egipcia y de imponer al Egipto gobernado por los Hermanos Musulmanes una agenda radical favorable a sus intereses. Pero hay un detalle importante por lo cual esta táctica no tiene perspectivas de éxito. Ambos países aspiran a posiciones de liderazgo y hegemonía en la zona y mientras los nuevos gobernantes egipcios representan a la Sunna militante, la revolución islámica iraní es un intento audaz por reemplazar a los sunnitas en su posición dominante en el Islam.
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