Y, mientras tanto, ¿Qué pasa con Jordania?

Dore Gold

Jerusalem Center for Public Affairs

14.8.2012

En las últimas semanas, la atención de la comunidad internacional se dirigió, en el contexto de los levantamientos en el mundo árabe, hacia Egipto y Siria. Sin embargo, justamente Jordania es la entidad cuya estabilidad interna influirá, de forma directa, en Israel.

En primer lugar, la línea fronteriza internacional más larga de Israel es con Jordania. A pesar de las olas de protesta en la primavera de 2011, el Rey Abdullah logró garantizar la estabilidad del reinado e impedir los levantamientos que hirieron a la mayoría de sus vecinos. En el análisis de las manifestaciones jordanas, realizado por el International Crisis Group, se encontraron datos sorprendentes. Apareció que, además de los jordanos de origen palestino, participaron en las manifestaciones tribus jordanas de la Margen Oriental que, tradicionalmente, fueron foco de apoyo a la Casa Real Hashemita. Ya hace décadas que tiene lugar un proceso gradual de infortunio para esa parte de la población. Durante el gobierno de Hussein fueron premiados por su lealtad muchos de los jordanos residentes en la Margen Oriental con cargos públicos o en los servicios de seguridad, de los que fueron removidos los palestinos que fueron empujados al sector privado. Pero, en los años ´90, a partir de reducciones en los gastos y de la privatización de los muchos sistemas públicos, se vieron dañados – de modo proporcional- los jordanos de la Margen Oriental. Últimamente, se registraron protestas ante la profundidad de los índices de pobreza.

Para los que conocieron el ámbito jordano, considerando esos datos,  no se sorprenderá de encontrar entre las tribus jordanas de la Margen Oriental,  cercanía a las doctrinas jihadistas. Hubo quienes partieron a combatir en Afganistán. Es popular el conocido caso de Abu Musab al-  Zarqawi, proveniente de la tribu Beni Hassan, conocido por su lealtad a los hashemitas y convertido en comandante de Al Qaeda en Irak. Hace corto tiempo, se crearon redes de la Jihad en Irbid, vecino al límite jordano-sirio.  En febrero 2011, los líderes de las 36 tribus beduinas de la Margen Oriental advirtieron al Rey Abdullah que si Jordania no concretaba reformas abarcadoras, podría estallar una revuelta popular. El Rey Abdullah debió hacer magia entre las dos partes de la población jordana; los beduinos que se sienten deprimidos y están interesados en reformas que aumenten sus ingresos y los palestinos aspiran a aumentar su poder político.

Este año, Jordania quedó ante dos desafíos,  que pesan a Abdullah. Los ataques reiterados de Al Qaeda contra la tubería de gas egipcia, que provocaron a Jordania y, también,  a Israel, serios problemas. Al mismo tiempo, los levantamientos en Siria condujeron a la huida de decenas de miles de refugiados a Jordania, lo que generó un nuevo peso sobre sus magros recursos. Con el transcurso de los años, Jordania absorbió olas de refugiados palestinos y casi un millón de refugiados de Irak. El gobierno jordano estima que, solo en el último tiempo, se sumaron al reinado alrededor de 150 mil refugiados de Siria.

¿Qué se puede hacer? A principio de agosto, el FMI aprobó un préstamo por 2,06 mil millones de dólares para Jordania. Eso era necesario para ayudarlo  e cumplir con los objetivos por delante. En el plazo más largo, Jordania deberá reconstruir sus relaciones con Arabia Saudita y los países del Golfo. Los sauditas suministraron 1,4 mil millones de dólares en ayuda a Ammán el año pasado e invitaron a Jordania a sumarse al Consejo de Cooperación de los Países del Golfo. Pero,  desde entonces, las relaciones entre los países quedaron estancadas y la ayuda saudita dejó de llegar.

Cabe destacar que Jordania cumplirá, en el futuro, una función importante en el freno a la invasión iraní. Limita con Irak, cuyo Primer Ministro sirve a los intereses regionales de Teherán. Jordania ya envió fuerzas a Bahréin,  que debió enfrentar un levantamiento pro-iraní. Ese país ofreció a Ammán el ejército yemenita que combatió contra las milicias chiitas pro-iraníes.

Estados Unidos y sus aliados tienen interés en la defensa de la estabilidad económica de Jordania. Esa medida gozará del apoyo de los países del Golfo que, también,  enfrentan la misma amenaza desde el Oriente.

Jerusalem Center for Public Affairs

Att. CIDIPAL