26 Agosto 2012 10:57
Ricardo Flesler
El desierto del Negev está siendo escenario de un acontecimiento agrícola sin precedentes. La sequía, según se pudo comprobar, no parece afectar a los agricultores de la zona sureña de Ramat Hanegev.
En lugar del riego con agua dulce, expertos en agricultura consiguieron elaborar un sistema que funciona con agua salada, logrando un hecho sin precedentes a nivel mundial: una plantación de olivo, que ocupa una superficie de 1.000 metros cuadrados tuvo una producción cuatro veces mayor de la que se obtiene en un área similar irrigada con agua dulce.
Expertos israelíes también observaron la ventaja del agua salada en el cultivo de tomates y viñedos, y hasta los tilapias – peces de agua dulce – parecen haberse acostumbrado ya al nuevo sistema.
Uno de los pioneros de irrigación con agua salada en el Negev es Yoel Malaj, miembro del kibutz Revivim. Así explicó su éxito: «Ya intentamos en el pasado utilizar agua salada en irrigación, pero fracasamos por falta de conocimientos tecnológicos. Muchos fueron los escépticos en cuanto al éxito que podría tener el riego de cultivos con agua salada, extraída de una profundidad de 300 metros.
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