David Mandel
Mi Enfoque #445, Noviembre 30, 2012,
Una de las frases favoritas de un tío mío (que en paz descanse) era «aún si tuvieses (lo que fuere) pero te faltasen cincuenta centavos, no tendrás suficiente para comprar un boleto en el ómnibus». Adecuando la frase a las circunstancias actuales, podríamos decir «Aún si Abu Mazen logró que la Asamblea General apruebe a Palestina como Estado no miembro, pero no negocia la paz directamente con Israel, no le será suficiente para un Estado verdadero».
Ayer jueves, 29 de noviembre, 2012 (exactamente 65 años después de que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobará el plan de partición, aceptado por los judíos y rechazado por los árabes residentes en Palestina ?en esa época aún no se auto identificaban como «palestinos»? y por los países árabes vecinos), Abu Mazen, Presidente de la Autoridad Palestina solicitó de la Asamblea General que aprueben su pedido de considerar a Palestina como Estado no miembro de las Naciones Unidas.
138 países votaron a favor, 41 se abstuvieron, y 9 votaron en contra (Estados Unidos, Canadá, Israel, Panamá, la República Checa, las Islas Marshall, Micronesia, Nauru y Palau).
El hecho de que la Asamblea General aprobó la partición el 29 de noviembre y en la misma fecha, 65 años después, designó a Palestina como Estado no miembro, no es coincidencia. Los palestinos escogieron deliberadamente esa fecha para sus propios fines.
Ciertamente la frase del clérigo inglés Charles Caleb Colton (1780-1832) «Imitación es la forma más sincera de admiración» no se aplica en este caso. Es sencillamente un intento palestino, similar a intentos anteriores de los árabes de apropiarse cínicamente de la historia de Israel. El Monte del Templo, donde estuvieron situados el Primer y Segundo Templo lo convirtieron en el tercer lugar más sagrado del Islam, a pesar de que no está mencionado en el Corán. Jerusalén, proclaman los palestinos, «es su eterna capital» (copiando la expresión judía) cuando nunca fue capital de un Estado palestino nunca existente, pero si fue capital de un Estado judío durante mil años. Jerusalén misma no fue mencionada ni una sola vez en el Corán (cientos de veces es mencionada en la Biblia judía).
La emisora oficial de la Autoridad Palestina anunció el resultado de la votación con la siguiente declaración:
Hoy el mundo entero reconoce la criminalidad de la ocupación. Debemos terminar la ocupación y recobrar nuestra tierra, desde Gaza a Nablus, Jerusalén, Haifa y Afula (ambas ciudades israelíes), toda Palestina. ¡Hermanos de Haifa, Yafo (parte de Tel Aviv), Gaza, todos hoy hablamos con una sola voz!
El acto de Abu Mazen ha violado la esencia misma del Acuerdo de Oslo: el Estado Palestino se establecerá unicamente como resultado de negociaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina, que darán fin al conflicto.
La proclamación de «Estado no miembro» no da fin al conflicto. Al contrario le da la posibilidad a los palestinos de manifestar su hostilidad a Israel, denunciando al Estado Judío en la Corte Internacional de Justicia de la Haya por «crímenes de guerra».
Si ese es el propósito de Abu Mazen, el tiro le saldrá por la culata, ya que es debatible que las acciones de Israel, bombardear edificios vacíos, matar a terroristas en proceso de disparar, avisar a la población palestina que tome precauciones, y destruir almacenes de cohetes y morteros, puedan ser consideradas «crímenes de guerra», mientras que no hay duda de que las acciones de los palestinos, (ciudadanos del Estado palestino): disparar cohetes a zonas pobladas con el objeto de matar a civiles, y enviar suicidas bombas para que asesinen a gente inocente en buses y cafés, son para cualquier juez, por más prejuiciado que sea, evidencia prima facie de crimen de guerra.
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