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| miércoles diciembre 11, 2024

El Big Bang y la Gran Pregunta: ¿Un Universo sin Dios?


Las investigaciones científicas acerca del origen del universo nos dan permiso para creer en Dios.

Lawrence Kelemen

Aishlatino.com
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universo-dios

Hasta principios del siglo veinte, los astrónomos sostenían tres posibles modelos de universo:

1-El universo puede ser estático.

De acuerdo con esta teoría, aunque las atracciones gravitacionales mutuas pueden mantenerse juntas en forma de sistemas solares y galaxias, cada uno de estos grupos estelares-terrestres se deslizan a través del espacio con su propia trayectoria al azar, sin relación con el curso que llevan los otros grupos de estrellas y planetas.

El modelo estático es compatible con ateos y creyentes. Un universo así, pudo haber sido creado por Dios en algún momento en la historia, pero también pudo haber existido por siempre sin la necesidad de un Dios.

2-El universo puede estar oscilando.

Puede ser un balón cósmico expandiéndose y contrayéndose alternadamente. Por algunos billones de años se inflaría, expandiéndose hacia un vacío absoluto. Pero la atracción gravitacional de cada estrella y planeta tirando entre sí, eventualmente detendría esta expansión hasta que todo el proceso se revierte y el balón regresa hacia sí mismo. Todo lo existente eventualmente se estrellaría en el centro del universo, liberando inmensas cantidades de luz y calor, explotando todo hacia afuera en todas direcciones y empezando la fase de expansión otra vez.

Un universo así también pudo haber sido creado por Dios, o pudo haber existido siempre sin un Dios.

3-Finalmente, el universo puede estar abierto.

El universo puede ser un balón cósmico que nunca se reduce. Si toda la atracción gravitacional de las estrellas y los planetas no pudiera parar la explosión inicial, como en el modelo oscilatorio, el universo estaría desbordándose hacia la nada por siempre. Eventualmente las estrellas se agotarían y una cortina de oscuridad congelada cubriría toda la existencia. Un universo así nunca podría volverse a la vida por sí solo. Existiría en un momento de la historia, brillaría gloriosamente y pasaría a una irrevocable oscuridad.

Este último modelo propone que antes de la explosión (única), toda la materia y la energía del universo estaban contenidas en una singularidad, en un punto pequeño que estuvo quieto en el espacio eternamente hasta el momento anterior a ser detonado.

Este modelo propone una paradoja: Los objetos en descanso – como la singularidad inicial – quedan en el mismo estado, a menos de que actúen bajo una fuerza externa; Entonces, ya que el punto inicial contenía toda la materia y la energía, y nada (al menos nada natural) existía fuera de esta singularidad ¿qué pudo haberlo causado que explote?

La resolución más simple de la paradoja es que algo sobrenatural hizo que el universo exista. El modelo abierto del universo implica un creador sobrenatural – un Dios.

La Teoría de la Relatividad

En 1916 Albert Einstein difundió su primer borrador sobre su teoría general de la relatividad, y el mundo científico se conmovió notablemente. Parecía que Einstein había revelado los secretos más profundos del universo. Sus ecuaciones también causaron algunos problemas – dilemas técnicos, problemas matemáticos – pero no el tipo de cosas que le interesarían a los periódicos o a las revistas científicas más populares.

Dos científicos notaron los errores. Más tarde en 1917 el astrónomo danés Willem de Sitter, revisó la teoría de la relatividad y le respondió detalladamente a Einstein, recalcándole el problema y proponiéndole una solución radical: la relatividad general sólo podría funcionar si todo el universo explotara, dirigiéndose en todas direcciones, desde un punto central.

Einstein nunca respondió a la crítica de Sitter. Después, en 1922, el matemático soviético Alexander Friedmann llegó independientemente a la conclusión de Sitter. Si Einstein estaba acertado – Friedmann predijo – el universo debería estar expandiéndose en todas direcciones a una alta velocidad.

Mientras tanto, el astrónomo Vesto Slipher fue testigo del movimiento explosivo del universo. Usando el telescopio del observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona, Slipher descubrió que docenas de galaxias en realidad estaban esparciéndose desde un punto central.

Entre 1918 y 1922, Sitter, Friedmann y Slipher, independientemente compartieron sus descubrimientos con Einstein, pero extrañamente él se resistió a su solución – como si, en su mente, se hubiese dado cuenta de las implicaciones teológicas de un universo en explosión.

Inclusive Einstein escribió una carta a Zeitschrift fur Physik, una renombrada revista técnica, llamando a las sugerencias de Friedmann «sospechosas» y respecto de las de Sitter, Einstein dijo: «Esta situación (de un universo expandiéndose) me irrita». En otra nota, Einstein tranquilizó a uno de sus colegas diciendo: «Todavía no he caído en las manos de los sacerdotes» – una referencia clara hacia Sitter, Friedmann y Slipher.

El Descubrimiento de Hubble

En 1925, el astrónomo norteamericano, Edward Hubble le dio al modelo estático del universo un golpe muy grande. Utilizando hasta ese entonces el telescopio más grande del mundo, Hubble reveló que cada galaxia dentro de las 6 x 1017 millas alrededor de la tierra estaba retrocediendo.

Einstein se rehusó obstinadamente a reconocer el trabajo de Hubble. Continuó enseñando el modelo estático por otros cinco años hasta que viajó de Berlín a Pasadena para personalmente examinar la prueba. En la conclusión del viaje, Einstein admitió: «Las nuevas observaciones de Hubble… hacen parecer que la estructura general del universo no es estática».

Einstein murió en 1955, modificó un poco su posición pero no estaba completamente convencido de que el universo se estaba expandiendo.

El Sonido del Big Bang

Diez años después, en 1965, Arno Penzias y Robert Wilson estaban calibrando un detector súper sensitivo de microondas en los laboratorios Bell de Nueva Jersey. No importaba donde los dos científicos apuntaran, el instrumento sonaba siempre con el mismo tipo de sonido – regular, con tres grados Kelvin (3K). Los dos empleados del laboratorio leyeron un escrito sobre la relatividad general de un estudiante de Alexander Friedmann. El ensayo predecía que los residuos de la explosión más reciente del universo deberían ser detectables en una forma de microondas débiles, más o menos con «5 grados Kelvin».

Los dos científicos se dieron cuenta de que habían descubierto el eco de la explosión más grande de la historia: «el Big Bang». Por este descubrimiento, Penzias y Wilson recibieron el Premio Nobel.

El descubrimiento de los «3k» descartó el modelo estático del universo. Sólo quedaban dos modelos más: uno que funcionaba con Dios y uno que lo hacía sin Su presencia.

El último punto a tratar fue: ¿El universo inicial ha explotado una infinidad de veces (el modelo oscilatorio) o sólo una (el modelo abierto)?

Los investigadores sabían que este punto podría ser tratado determinando la densidad promedio del universo. Si el universo contenía el equivalente a un átomo de hidrógeno en un espacio de 10 pies cúbicos, entonces la atracción gravitacional entre las partículas sería lo suficientemente fuerte como para detener y regresar la expansión. Eventualmente, habría una «gran implosión» (big crunch) que llevaría a otro big bang (después a otro big bang, etc.). Pero, si por el contrario, el universo contuviera menos que esta densidad, entonces la fuerza explosiva del big bang, sobrepasaría todas las fuerzas gravitacionales y todo se esparciría por siempre.

El Pánico y Su Resolución

Curiosamente, la muerte del modelo estático, inspiró pánico en muchos círculos del mundo científico. Matemáticos, físicos, y astrónomos unieron fuerzas para probar la eternidad del universo.

El Dr. Robert Jastrow, posiblemente el mejor astrofísico del momento y director del Centro Nacional Goddar de Aeronáutica, Administración y Estudios Espaciales, fue nombrado jefe de investigación del proyecto. Por quince años, Jastrow y su equipo trataron de demostrar la validez del modelo oscilatorio, pero la información demostró resultados diferentes.

En 1978 Jastrow publicó el reporte definitivo de la NASA, impresionando al público con el anuncio de que el modelo abierto era probablemente correcto. El 25 de junio de ese mismo año, Jastrow escribió sobre sus descubrimientos en la revista New York Times:

«Este es un desarrollo por demás extraño, inesperado por todos, menos por los teólogos. Ellos siempre han aceptado la palabra de la Biblia: «En el principio Dios creó el cielo y la tierra…». Para el científico que ha vivido con su fe en el poder de la razón, la historia acaba como un mal sueño. Ha escalado las montañas de la ignorancia; estaba a punto de conquistar el punto más alto; y mientras se empujaba para llegar a la roca final, fue recibido por una banda de teólogos que han estado allí sentados por siglos».

El Dr. James Trefil, un físico de la Universidad de Virginia, independientemente confirmó el descubrimiento de Jastrow en 1983. Los doctores John Barrow, astrónomo en la Universidad de Sussex, y Frank Tipler, un matemático y físico en la Universidad de Tulane, publicaron resultados similares en 1986.

Génesis Confirmado

En la reunión de la Sociedad Astronómica Americana en 1990, el profesor John Mather de la Universidad de Columbia, un astrofísico que sirve como miembro del Centro Goddard de la NASA, presentó «la prueba más grande» de la existencia de un universo abierto.

De acuerdo con el reportero del Boston Globe que cubría la conferencia, el profesor Mather fue recibido entre grandes aplausos, lo que llevó al presidente de la reunión, el Dr. Geoffrey Burbridge a comentar: «Parece muy claro que el público está a favor del libro de Génesis – al menos, el primer versículo parece haber sido confirmado».

En 1998, los doctores Ruth Daly, Erick Guerra y Lin Wan de la Universidad de Princeton, anunciaron a la Sociedad Astronómica Americana: «Podemos afirmar con un 97.5% de seguridad que el universo se va a expandir por siempre».

Más tarde en ese año, el Dr. Allan Sandage, un renombrado astrofísico del equipo de la Instituto Carnegie de Washington, fue citado en el The Time New Republic diciendo: «El big bang es mejor entendido como un milagro desencadenado por algún tipo de poder trascendental».

El columnista de la revista Newsweek, George Will empezó su columna del 9 de noviembre de 1998 con el siguiente título: «Próximamente, la Unión Americana de Libertades Civiles o algún grupo similar de litigantes seculares, va a presentar un pleito contra la NASA, culpándolos de que el telescopio espacial Hubble, inconstitucionalmente le da bienestar a los religiosos».

Permiso Para Creer

Ese mismo año, la revista Newsweek reportó un giro inesperado en la opinión de los «alguna vez apasionados agnósticos»: «cuarenta por ciento de los científicos americanos ahora cree en un Dios personal – no necesariamente un poder inefable presente en el mundo, sino una deidad a quien le rezan».

Es claro que hay matemáticos, físicos, astrónomos y cosmólogos que prefieren no creer en Dios. Por una variedad de razones, prefieren creer en que nuevas leyes naturales van a ser descubiertas, o que una nueva evidencia va a aparecer y revertir el modelo actual de un universo abierto y creado.

Para muchos, en la comunidad científica, la evidencia es persuasiva. Para otros, la cosmología moderna les ofrece un permiso para creer.

 
Comentarios
DANIEL MARÍN

¡Oh Dios Omnipotente!
(Solo los ciegos tropiezan en lo que no ven…)

¡Oh Dios, infinita Sabiduría y Amor!
¡Cómo no creer cuando TODO ALREDEDOR HABLA DE TI!

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