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| martes noviembre 19, 2024

Parasha Mishpatim-Shekalim


Luego de la revelación en el Monte Sinaí, Di-s dicta una serie de leyes al Pueblo de Israel. Estas incluyen las leyes de sirvientes; las penas por asesinato, secuestro, asalto y robo; penas civiles por daños, las leyes sobre prestamos, las responsabilidades de los «Cuatro guardianes»; y las reglas que gobiernan la conducta de la justicia en las cortes.

También son dadas leyes advirtiendo contra el maltrato a extranjeros; la observancia de las festividades en las diferentes estaciones y las leyes de las ofrendas de la agricultura que debían ser llevadas al Templo en Jerusalén; la prohibición de cocinar carne con leche; el precepto de rezar. En total, la sección Mishpatím contiene 53 preceptos – 23 positivos (que implican hacer algo) y 30 negativos (que implican prohibiciones).

Di-s promete traer al Pueblo de Israel a la Tierra Santa y los advierte para que no tomen los caminos paganos de los habitantes actuales de la misma.

El Pueblo Judío proclama: «Haremos y escucharemos» todo lo que Di-s nos manda. Dejando a Aarón y Jur a cargo del campamento Israelita, Moshe asciende al Monte Sinaí y permanece allí por cuarenta días y cuarenta noches para recibir la Torá de Di-s.

UN ASESINATO ENCUBIERTO

 

En nuestra Parashá se habla del castigo que merece el asesino intencional, pero es evidente que para que se aplique este castigo, la pena de muerte, debe haber un cadáver, un arma y una intención.

Sin embargo hay otro tipo de asesinato que no deja un cadáver, pero es mucho peor, el que se comete con el arma llamada LENGUA. Cuántas veces oímos: “Me dijeron que Fulano…”, “Vi que Mengano…”. Este es el peor de los crímenes, es el asesinato más cruel, pues no sólo la víctima sigue viviendo físicamente, pero destruida moralmente, sino que quien escucha es también una víctima, al igual que el que habla.

Si tanto nos cuidamos de cometer un asesinato físico, ¿por qué no nos cuidamos del asesinato moral?

Shekalim

Cuando el Santo Templo estaba en Jerusalén, cada judío contribuía con medio shekel anual para el Templo.

Los fondos recaudados eran usados en un principio para adquirir ganado para los sacrificios comunales. El dinero sobrante era usado para varios propósitos comunales, incluyendo proveer los salarios de los jueces y el mantenimiento del Templo, sus utensilios y las murallas de la ciudad.

Este impuesto anual, conocido como el Majatzit Hashekel debía entregarse el 1 de Nisan. Un mes antes, el 1 de Adar, los tribunales comenzaban a enviar recordatorios sobre esta obligación bíblica. En conmemoración, la lectura de la Torá del Shabat que cae en o antes de Adar es complementada con los versículos (Éxodo 30:11-16) que relatan el mandamiento de Di-s a Moisés con respecto a la primera entrega del medio shekel.

La haftará de Shekalim (II Reyes 11:17-12:17) continúa con el mismo tema, discutiendo los esfuerzos del Rey Jehoash (siglo 9 AEC) para destinar fondos para el mantenimiento del primer Templo Santo.

«Parashat Shekalim» es la primera de las cuatro lecturas especiales agregadas durante o inmediatamente antes del mes de Adar (las otras tres son Zajor, Pará y HaJodesh).

La lectura de Shekalim también está relacionada con la próxima festividad de Purim. De acuerdo con el Talmud, el decreto de Haman fue evitado en mérito a la mitzvá de majatzit hashekel.


¿Todavía se practica lo de ojo por ojo, diente por diente?

Por Eli Levy

Nunca estuvo vigente en forma literal, ya que este mandamiento es interpretado como un resarcimiento económico y no como una venganza. O sea que una persona que daña a otra debe pagar exactamente el daño ocasionado y no un pago simbólico o una multa universal igual para todos.

Por ejemplo, si en una pelea o un accidente, uno le quita a una persona el ojo (o cualquier otro daño físico) se calculan 5 tipos de indemnización que se deben pagar:

Nezek (daño): Se considera a la persona como un esclavo, y se calcula cuánto valdría en el mercado de esclavos sin ese miembro. Un esclavo con los dos ojos sanos, valdría digamos 10.000 dólares, y con un solo ojo 8.000, entonces se le debe pagar 2.000 en concepto de daño.

Tzar (sufrimiento): Se calcula cuanto estaría una persona dispuesta a cobrar por el sufrimiento ocasionado. Por ejemplo: Se consulta a una persona que se debe extirpar el ojo en forma quirúrgica cuanto estaría dispuesto a recibir para hacerlo sin anestesia, y ese monto se paga al damnificado.

Ripui (curación): Se debe hacer cargo de todos los costos de la curación.

Shevet (lucro cesante): Se debe pagar al damnificado todo el tiempo que perdió de trabajar. Incluso si es un daño de por vida. Por ejemplo: Si la persona con sus dos ojos podía conseguir un trabajo que reditúa 2.000 dólares mensuales, y con uno solo puede conseguir un trabajo de 1.000, la diferencia la debe pagar el que lo daño.

Boshet (vergüenza): Se debe pagar la vergüenza de tener un miembro menos. Esto se calcula según cada individuo, si era una persona cuya imagen era muy importante, como un político o un rey, etc., el monto será mayor. Si era una persona menos importante su vergüenza es menor y el monto también lo es.

Todos estos cálculos se hacían en el Beit Din (Juzgado) y eran considerados Knasot (Multas). Hoy en día nuestros juzgados no son aptos para calcular las multas, por lo que actualmente no se aplican estas indemnizaciones.

(Extraído de www.es.chabad.org)

(Contacto: jabad_esp@yahoo.com.ar)

 
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