¿Nasrallah violará la calma del norte?

Avi Issacharoff

22.2.2013

El suceso que tuviera lugar el sábado pasado, en las cercanías al límite Israel-Siria, solo da cuenta, con mayor énfasis, de lo que las FDI y los servicios de seguridad saben bien: la guerra civil en Siria puede navegar no solo en dirección a Líbano sino, también, hacia las Alturas del  Golán israelí.

El sábado observaron los soldados de las FDI en la zona del Monte de Varda, combates entre rebeldes sirios y soldados del ejército de Bashar Assad, al norte de las Alturas del Golán.

Casi, a diario,  se suceden combates entre elementos de la oposición y el ejército regular, al norte de las Alturas y, también, al sur mientras, cada tanto, son lanzadas bombas de mortero, al mismo tiempo que la batalla regular y disparos de armas o de francotiradores. En las últimas semanas, los elementos de la oposición lograron controlar  poblados mientras, el ejército, mantiene aún a Quneitra y sus alrededores.

En cierto momento del sábado los observadores de las FDI distinguieron un vehículo moviéndose en el sector y acercándose al cerco fronterizo. Las instrucciones de abrir fuego se agravan cuando se trata de cualquier elemento armado que se acerca al cerco si bien no quedaba claro si se trataba de armados. El vehículo frenó y bajaron, uno tras otros, cinco heridos (dos más llegaron en un momento posterior) con diferentes grados de heridas. Tras una revisión regular, según las indicaciones de las fuerzas de las FDI en el sector, quedó verificado que se trataba de heridos (en apariencia elementos de la oposición)  y, entonces, se tomó la decisión de abrirles el portón del cerco y enviarlos, para su tratamiento médico, a Israel.

El martes, nada en la zona daba cuenta del drama vivido el sábado u otros sucesos que acontecen casi, a diario,  en las aldeas sirias cercanas a la frontera. Hacia Quneitra se ve calma como siempre y los hombres de la ONU observan lo que sucede del lado sirio en la zona sur  (a algunos metros de la frontera) donde fue posible distinguir grupos de chicos jugando al fútbol, inmediatamente después de finalizadas las clases. Dos niñas paseaban por las calles conversando. Entre las casas del poblado, de un solo piso, de lejos parecido a un kibutz, se ven pastores que, cada tanto,   se acercan a la frontera. Y solo un soldado armado sobre el techo de la mezquita, quizás indica en algo la rara situación de esos sirios que residen del otro lado del cerco.

El problema, al igual que el incidente de hace un mes y de noviembre pasado, cuando cayeron bombas sirias en el territorio de Israel,  es que los israelíes de este lado de la frontera, pueden verse, a sí mismos, en la misma rara situación. El único y estúpido consuelo para los habitantes de las Alturas del Golán es que no están solos. Los soldados de las fuerzas de la ONU, que actúan en la zona, se vieron involucrados – más de una vez-  en intercambio de fuego entre los seguidores de Assad y sus opositores, y  también los civiles del norte de Líbano. La transportación de las batallas entre los opositores del presidente y sus seguidores hacia la tierra de los cedros, se volvió un tema cotidiano en el que están involucrados un abanico de elementos locales y extranjeros: iraníes, sauditas y occidentales.

Desde hace mucho tiempo, la intervención de Hezbollah en el combate dentro del territorio sirio no es un secreto. Sin embargo parece que la acción de la organización chiita, del otro lado de la frontera, atravesó en las últimas semanas algunas líneas rojas. El Jefe mayor del Ejército Libre sirio, el General Salim Idris, decidió no proteger más el honor de Hezbollah y, el miércoles, puso un ultimátum a la organización: si en 48 horas no terminan todas las actividades de Hezbollah en Siria, el ejército de la oposición  atacará a las fuerzas de Hezbollah,  con todos los elementos a su alcance.

A los fines de la lógica cabe decir que, Hezbollah,  no es el único organismo  extranjero involucrado en los combates en Siria. Qatar y Arabia Saudita, como líderes del sector opositor a Assad en el mundo árabe, financian el rearme de la oposición siria y, en la prensa libanesa, se publican más y más informes sobre la intervención creciente de la inteligencia saudita en los sucesos de Siria y Líbano. Así, por ejemplo sostuvo en la semana uno de los diarios libaneses, que la eliminación en Siria del dirigente iraní, el General Hassan Sattari, que conducía la Guardia Revolucionaria en Líbano, es responsabilidad de los enviados de la inteligencia saudita que libran una dura batalla contra los iraníes en vías a la planificada elección,  en junio próximo.

Mientras tanto, la implicación de Hezbollah en los combates en Siria, los vuelven más sangrientos. Los opositores de Assad sostuvieron que,  por lo menos doce de los hombres de la organización chiita,  murieron por intercambio de disparos mientras, Hebzollah, reconoce que solo uno de sus activistas murió y otros tantos resultaron heridos. Según esos informes, las batallas se acercan al sector de Al Qusayr, cercano a Homs, no alejado del límite entre los dos países. En opinión de la oposición siria, Hezbollah intenta conquistar algunos poblados del lado sirio. Por el contrario, los seguidores de Assad explicaron que, en esos poblados, residen chiitas de ciudadanía libanesa,  que quedaron del lado sirio de la frontera por motivos diversos y, de hecho, Hezbollah los defiende de los ataques rebeldes, entre ellos miembros de una organización sunita extrema, identificada con la ideología de al-Qaeda.

Pero, sin relación a los resultados finales de esas batallas, parece que Hezbollah se prepara en el ámbito militar para el “día después” de la caída de Bashar Assad. Ya no confía en la fuerza del ejército sirio para enfrentar los ataques rebeldes o cuidar del arsenal de Hezbollah que quedara en Siria y,  por ello,  da comienzo a su ofensiva. En primer lugar, su intención consiste en transportar la mayor cantidad de medios de combate al área de Líbano, un momento antes que caigan a manos de los rebeldes, tal como intentaron hacerlo por medio de la misma caravana que fuera atacada desde el aire, no lejos de Damasco. Y, al mismo tiempo, crear para sí puntos de control en lugares clave que le ayuden a mantener el libre movimiento de caravanas de armas desde Siria hacia la Beka´a y, para mayor precisión, entre Damasco y la región de Beka´a.

Para ello, Hezbollah invierte no poco en el plano militar y envía fuerzas regulares a la zona de Homs mientras, al mismo tiempo, tal como fuera publicado en la semana, apura la creación de milicias chiitas, parte de las cuales ya atravesaron entrenamiento de Hezbollah en Irak y actuarán sobre la tierra de Siria en nombre de Hezbollah e Irán.

El segundo plano en el que Hezbollah invierte no poco es el político; aquí también en base a la idea “del día después”. El martes, Líbano tembló a partir de la decisión de las diferentes comisiones del parlamento libanés con respecto a la votación de la “ley de encuentro heterodoxo”, cuyo sentido consiste en el cambio de estilo de elecciones en Líbano. En Beirut, cientos de personas salieron a las calles para manifestar en contra de la nueva ley mientras otros lo hicieron a favor.

El actual método, basado en el de 1961, mantiene  – en cierto modo-  la fuerza de las viejas elites, cristianas y sunitas, a favor de la voz chiita reprimida. Según la nueva propuesta, cada comunidad elegirá solo a sus miembros según una nueva división de zonas y jurisdicciones, de modo de aumentar, significativamente, el peso de la voz chiita y de los aliados de Hezbollah en el sector “8 de Marzo”. No queda claro si esa ley obtendrá la aprobación del parlamento. Los enemigos de Hebzollah, el sector “14 de Marzo”, se le oponen, con firmeza. Pero es claro que Hezbollah intenta, por vías democráticas y no solo militares, mantener su status político, un tiempo antes de que la tierra en Líbano tiemble a partir de la caída de Bashar Assad.

Y aún sobrevuela la pregunta, en presencia de los  últimos acontecimientos que azotan en Líbano y es, de hecho, ¿Por qué debería Nasrallah invertir tanta energía y recursos en el rescate de Assad, cuyo destino es sabido? “Nasrallah me recuerda a un apostador que no puede parar”, dice el Profesor Eyal Zisser, Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Tel Aviv y experto en Siria y Líbano, en entrevista a Walla. Desde hace solo pocos años, tras la Segunda Guerra de Líbano, Nasrallah es considerado un héroe del mundo árabe y de la nación libanesa. Ahora es casi el único aliado – a excepción de Irán- de Bashar Assad, y es objeto de una fuerte crítica, por parte de los políticos en Líbano e, incluso, en la Unión Europea evalúan incorporar a Hebzollah en el listado de organizaciones terroristas; paso que le provocará un significativo daño económico. Si bien no enfrenta un levantamiento popular chiita en su contra, puede convertirse en un ejército de ocupación dentro de Siria”.

El Dr Mathew Lloyd del Instituto Washington, experto en Hezbollah y Líbano, argumenta el abierto apoyo de Nasrallah hacia Bashar Assad, en especial en la influencia iraní. En sus palabras publicadas en la semana, Lloyd dice que el compromiso de Hezbollah con Irán es absoluto citando  un informe de la Cancillería y el Tesoro norteamericano, (que confirma, otra vez, la decisión de sumar a Hezbollah al listado de organizaciones terroristas) determinando que,  Nasrallah mismo, inspecciona  todas las acciones de Hebzollah en Siria. Explica que justamente desde la eliminación de Imad Mughniyeh, jefe militar de Hezbollah, hace cinco años en Damasco, aumentó  la supervisión de Teherán sobre la organización chiita. A su entender, Irán tenía  confianza plena en Mughniyeh, que le permitía una cierta flexibilidad. Sin  embargo su heredero y primo, Mostafah Badr a-Din, ya no goza de la misma libertad de acción dada a Mughniyeh y, de hecho, la supervisión iraní va en aumento.

Lloyd sostiene que, Hezbollah, hizo un abanico de acciones en los últimos meses que dejaron en claro hasta dónde quedó como servidor de los señores de Irán, a pesar de haber afectado los intereses libaneses e, incluso, su propio interés. Así también la intervención de la organización en la eliminación de personalidades políticas en Líbano, acciones terroristas contra Israel en el mundo e, inclusive, la intervención en el tráfico de armas a los rebeles en Yemen.

Por ahora no pareciera que Hezbollah cambie su patrón de comportamiento, salvo que se vea enfrentado a una excepcional confrontación armada contra la oposición siria  mientras el derramamiento general de sangre en la región parece continuar. O, tal como explicara en la semana, el Profesor Piro, experto en Líbano y Siria de la Universidad de Haifa: “El ejército de Siria es lo suficientemente débil como para derribar a los rebeldes y ellos son los suficientemente débiles como para destituirlo”.

La calma que se veía, el martes pasado,  del lado sirio de las Altura del Golán parece transitoria, muy transitoria.

Fuente: Walla
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