Nonie Darwish
22 de abril de 2013
http://www.gatestoneinstitute.org/3681/muslim-family-next-door
¿Dónde están los artículos de los musulmanes moderados que condenan a los musulmanes prominentes que le piden a Allah que ataque a los infieles con cáncer y enfermedades? Ningún musulmán practicante ha condenado abiertamente tales oraciones o mencionó a los jeques que instan a estas brutalidades.
Los vecinos de la familia musulmana chechena, cuyos hijos fueron responsables del ataque terrorista a la maratón de Boston, dijeron que estaban sorprendidos por la noticia y que esta buena familia musulmana era conocida por su generosidad y amabilidad. Muchos estadounidenses se preguntan a menudo: «¿Qué pasa con la familia musulmana vecina? Son realmente buena gente».
Algunas de las mejores personas que conozco son musulmanes, pero eso nunca debe hacernos perder de vista el comprender los riesgos que asumimos cuando permitimos la construcción de cientos de mezquitas financiadas por Arabia Saudita, así como a millones de musulmanes a emigrar a Estados Unidos en una época de un feroz deseo, si bien sofisticado, por parte de grupos islamistas de difundir el Islam en todo el mundo, y de radicalizar a jóvenes impresionables, atizando la ira contra las naciones, personas y valores occidentales.
La existencia de buenos y educados musulmanes nunca debería hacernos dejar de ver los profundos problemas dentro de la ideología del Islam y sus objetivos jihadistas. Los propios musulmanes reconocen que el Islam es más que una religión – que es, de hecho, un sistema estatal, legal y una institución militar, con el objetivo, como un deber sagrado, de llevar el Islam al resto del mundo, un deseo frecuentemente enclaustrado profundamente en los corazones de los musulmanes.
Aunque nuestro evidente problema es con los musulmanes jihadistas, los así llamados musulmanes «moderados» han sido, frecuentemente, silenciosos facilitadores y defensores, tal vez por inercia, desinformación o miedo a las represalias en contra de ellos, así como amenazas de muerte contra ellos y los miembros de su familia, en caso de que se expresen.
Los terroristas nunca podrían ser tan poderosos, como lo son, sin la prédica y, sobre todo, el apoyo material de las naciones, gobiernos y personas islámicas. Un amigo egipcio musulmán – una de las mejores personas que he conocido – de visita en 1994, estaba llorando delante del televisor, mientras oraba para que el pueblo de Chechenia declare su independencia de Rusia y declare a su país un estado islámico regido por la ley sharia.
Las críticas al Islam de este autor nunca son escritas con el propósito de condenar a las personas; por supuesto, hay personas buenas y malas en todas las culturas. Mi profunda preocupación surge de la ideología del Islam: ha tenido tan oscuras consecuencias en la sociedad islámica, obligando a muchos, por lo demás perfectamente buenas personas, a realizar acciones terroristas inimaginables, mientras otros guardan silencio. El Islam es la única religión que exige a sus seguidores matar a los que no creen en Allah, y tomar venganza en el nombre de Allah. En el Corán, la venganza y la represalia santas son ordenadas a los musulmanes: «¡Oh vosotros que creéis. La venganza es prescripta para vosotros. El que transgreda esto tendrá un doloroso castigo!» [Corán 2:178]. O: «Tomaremos venganza (Muntaquimun) sobre los pecadores» [32:22]. La traducción de la palabra árabe «Muntaquimun», que significa venganza, a menudo es morigerada en la traducción, usando en su lugar la palabra sanción o castigo divino.
Fue frustrante e inquietante oír a la tía de los dos terroristas declarando, desde Toronto, Canadá, que a sus dos sobrinos les «tendieron una trampa», y al padre de los terroristas, Anzor Tsarnaev, afirmando en varias entrevistas con ABC y otras emisoras, primero que su hijo debería entregarse pacíficamente; después que el hijo al que mataron le tendieron una trampa; después que el hijo al que no mataron debe decir la verdad; después advirtió que si EE.UU. mataba a su hijo: «todo el infierno se desatará»
Habiendo crecido musulmana, insto a los estadounidenses a exigir más de los así llamados musulmanes «moderados», en lugar de permitirles su silencio, que parece una defensa cómplice de la jihad. Durante demasiado tiempo, con algunas valientes excepciones, los musulmanes moderados no escuchan ningún mal, no ven ningún mal y no hacen nada al respecto. Permanecen desafiantes, comportándose como si fueran víctimas, mientras que ignoran los gritos de los cristianos que sufren bajo el Islam en Medio Oriente. (La mayoría de los judíos fueron expulsados hace años Como dice el dicho en árabe: “Primero el Pueblo del Sábado, después el Pueblo del Domingo”.
Muchos musulmanes moderados han estado insistiendo en que los ataques con bombas de Boston «no tienen nada que ver con el Islam». Niegan que haya un problema para los apóstatas que dejan el Islam, y no hacen nada acerca de su arresto, las amenazas contra ellos o su asesinato. Se informa que, al menos, 5.000 crímenes de honor ocurren anualmente en el nombre de Allah, pero los musulmanes moderados insisten en que tampoco tiene nada que ver con el Islam, y que es una costumbre tribal vigente, a pesar de que la Sura y los versos que se utilizan para justificarlo [Corán (18:65-81] no sólo no hablan en contra de la práctica, sino que van tan lejos como para amenazar a aquellos que lo expongan. Los musulmanes moderados tampoco tienen nada que decir a los cientos de clérigos islámicos que maldicen a los no musulmanes y alientan a la jihad desde los púlpitos de las mezquitas.
¿Dónde están los artículos de los musulmanes moderados que condenan a los musulmanes prominentes que le piden a Allah que ataque a los infieles con cáncer y enfermedades? Las mezquitas sagradas de La Meca irradian maldiciones a judíos y cristianos por los micrófonos – «Hasta que rueguen por la muerte y no la reciban» – y suplican a Allah que haga la vida de los cristianos y los judíos «rehenes de la miseria; que los cubra con interminable desesperación, implacable dolor y enfermedad sin tregua; que llene sus vidas con tristeza y dolor y acabe con sus vidas en la humillación y la opresión».
Ningún verdadero musulmán practicante, moderado o no, ha condenado abiertamente esas oraciones de los peregrinos en la Meca o ha mencionado a los jeques que instan a estas brutalidades. Pero la mayoría de los musulmanes moderados se apresuran a culpar a la política exterior de Estados Unidos e Israel. Si Estados Unidos coopera con dictadores islámicos, los musulmanes acusan a Estados Unidos de fortalecer a los dictadores, si Estados Unidos elimina a Saddam Hussein para dar a los musulmanes una oportunidad para la libertad, acusan a EE.UU. de interferir en sus asuntos internos.
El día en que Osama Bin Laden fue muerto, un amigo llamó desde Egipto para decir que todo el mundo estaba de luto, triste por la muerte de Bin Laden. ¿Tal respuesta a la muerte de un terrorista proviene del Islam moderado, del Islam radical, o del Islam?
Nonie Darwish, Autor de «El Diablo Que No Conocemos», y el Presidente de Ex Musulmanes Unidos
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
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