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| sábado abril 20, 2024

Itzhak Perlman: “Después De Todos Estos Años, Sigo Tocando Cada Vez Como Si Fuera La Primera. Si No, No Tiene Sentido”


“Cita imperdible con  un maestro del violín”, escribió “El Observador”, por dar un ejemplo de la expectativa que crea la visita de Perlman a Uruguay. “Frente a un concierto que, de principio a fin, estuvo atravesado por la excelencia y la abundancia de emociones, es complicado elaborar un comentario que no sea una larga colección de elogios”, publicó La Nación respecto a la presentación de Perlman en Buenos Aires en el Colón en noviembre del año pasado.

Su presentación, declarada de Interés Cultural por el Ministerio de Educación y Cultura, y de Interés Turístico, por el Ministerio de Turismo y Deporte, se debe al gran esfuerzo de la Fundación Tzedaká que a través de iniciativas culturales recauda fondos para su actividad de ayuda a familias necesitadas en la colectividad judía.

“Semanario Hebreo” agradece en especial a Tzedaká la ayuda  que nos brindó para lograr concertar esta entrevista. 

P: Maestro, me emociona tener esta oportunidad de conversar con usted..Y cuando de emociones se trata, le comentaré que me consta la expectativa que su concierto ha generado en Uruguay., la emoción con que lo esperan los amantes de la música, no sólo del violín. Y me pregunto si también usted, con la vasta carrera que ha desarrollado y la cima a la que ha llegado, todavía se emociona antes de subir al escenario…si todavía siente cosquillas en el estómago..

R: Le confieso ante todo que cosquillas en el estómago siento antes de volar a un concierto, porque odio volar, no me gusta y me alegraría  si pudiera tocar sin tomar un avión, apretar algún botón que me traslade de otra forma..Pero claro que no se puede..Pero respondiendo en serio, la verdad es que aún no he estado nunca en Uruguay, será la primera vez y me da mucha curiosidad .Espero ver cómo se da todo. Espero que el público sea bueno. Y siempre es algo especial tocar en un lugar en el que uno no tocó jamás. Espero disfrutar de toda esta experiencia.

P: En Uruguay no ha estado pero sí en otros países de América Latina ¿Verdad?

R: Así es. He estado en Colombia, Brasil, Argentina, Chile, México, Perú…

P: Y ahora llega a Uruguay, un país pequeño entre dos gigantes, hermoso, con un pueblo cálido y querible al que espero en parte alcance a sentir en su corta estancia en Montevideo. ¿Es importante que un artista conozca algo sobre el lugar al que llega antes de ir a tocar?

R: Creo que cuando uno va a tocar en un concierto, lleva la música, que es un idioma internacional. En este sentido, los públicos son todos iguales, aunque está claro que hay sí comportamientos distintos .No se puede comparar un público en Israel con una audiencia en China, Japón, Rusia o Italia. Pero sí hay algo que une a todos los públicos  en el sentido que cuando se escucha una Sonata de Beethoven, pues para todos es una Sonata de Beethoven y por ende en todos los conciertos se habla en el mismo idioma. Me da curiosidad, sí, ver cómo se da todo, pero en principio, no cambio el repertorio por ir a Uruguay, Francia o Inglaterra. El idioma musical es el mismo.

P: Si la Sonata de Beethoven es la misma en todos lados…¿Usted considera que en cualquier lugar del mundo puede tocar corazones de la misma forma?

R: Espero que sí. Es justamente mi esperanza.

P: Usted ha tocado a Gardel fuera de Uruguay..Me imagino que no dejará a los uruguayos celosos de lo que otros lograron escuchar…¿Tocará Gardel también en Uruguay?

R: Eso lo dejo para la parte espontánea del programa. No está planeado. En el programa toco Beethoven, Frank y Tartini  y el resto del programa surgirá en forma espontánea. A veces me piden que toque tal o cual cosa y si lo tengo en el repertorio, lo toco.

P: Es bueno que no le molesta la espontaneidad porque me imagino que habrá músicos a los que eso los amedrenta…

R: A mí no me molesta para nada.

P: O sea que hay que saber fluir también con el público..

R: Exactamente. Pero le aclaro que la espontaneidad a la que me refiero es que si tengo media tonelada de música sobre el escenario, puedo elegir qué tocar. De todos modos depende de cómo yo me sienta, de cómo capto que se siente el público, de la relación que se forma con el público.

P: Y eso de cómo usted se sienta, me recuerda un video interesante que vi en su sitio oficial en la web, en el que le pide a una joven violinista que toque una pieza determinada en forma “más pesada”..y antes había hablado de diferentes formas de tocar, dulce, enojada o elegante…Usted inclusive hacía unas muecas ante los estudiantes de acuerdo a cada enfoque y los hacía reir..

R: Sí, es cierto..

P: O sea que usted también influirá en la relación con el público, porque estará manifestando sobre el escenario el sentimiento con el que está tocando…

R: Así es. Pero además, volviendo al punto que tocamos antes, creo que no se puede planificar demasiado. Tiene que haber espontaneidad. De lo contrario, al hacer música, si no hay espontaneidad  ¿Para qué venir a un recital? Se pone un disco y ya está.  Lo bueno de un concierto en vivo es que es otra cosa, no basta nunca escuchar un disco, hay cosas que cambian..si no, no tendría sentido molestarse en venir.

P: Y cuando uno llega precedido de su prestigio y fama a nivel mundial ¿siento que eso facilita las cosas, dado que le dan crédito de entrada, o quizás también dificulta un poco al colocar mucha responsabilidad sobre sus hombros por la expectativa con la que una y otra vez tiene que cumplir?

R: Claro que siempre tengo que mantener el nivel. Eso es clave. Tengo que cuidar siempre el más alto nivel. Y no me importa dónde toco: en una ciudad grande, pequeña, en una aldea, un pueblito. Eso es indistinto. Intento siempre tocar al mejor nivel que puedo. O sea que no me importa la reputación que me acompaña. Yo hago mi trabajo y siento que la música que ejecuto sobre el escenario merece que le brinde al público el 100% de lo que yo tengo y puedo entregar.

P: Y el 100% de lo que usted tiene es una combinación de muchos años de experiencia y de su talento innato. ¿Cómo dividiría el rol de cada elemento en este mosaico? O sea ¿Cuánto juega el talento con el que nace, los estudios que puede realizar? Quizás la pregunta central sea si acaso la dedicación y estudio durante años, por más esforzados que sean, pueden ser suficientes si no se nació con el don del dominio de la música..en su caso para tocar el violín..y de cada artista en lo suyo..

R: Me cuesta dividir. Claro está que el estudio ayuda y el trabajo y dedicación también, pero evidentemente tiene que haber una cierta base de talento, un don, al menos  en cierto porcentaje. Si no, uno puede esforzarse hasta el infinito sin obtener buenos resultados.

Pero creo que hay otro elemento esencial que hay que mencionar y que es especialmente relevante cuando uno tiene una carrera larga y toca durante muchos años. Hay que tratar de no aburrirse nunca. No hay que tocar los conciertos en forma automática. No debo tocar algo sintiendo que es lo mismo que toqué ayer o hace un mes. Cada día es un nuevo concierto. Esto es lo más importante. Si uno toca así, cada vez como empezando un nuevo concierto, el público también lo siente. No siente que se toca por control remoto, en automático.

Claro que especialmente cuando el músico tiene un determinado nivel, podría ser más fácil tocar sin problema cualquier pieza conocida.Pero si no se lo enfoca como algo nuevo cada vez, se entra en lo automático y no sirve. Por eso yo trato realmente, siempre que toco, de concentrarme a fondo en lo que pasa con la música misma. O sea no solamente tocar como lo hice ayer.

Y cuando uno toca música fantástica, los grandes compositores como Beethoven, Brahms, Mendelssohn, Bach y Mozart, es más fácil, por lo hermoso de la música que nos permite concentrarnos mejor en lo que estamos haciendo, prestar atención a lo que esa música me dice a mí mismo. Y así logro pasarlo al público. No digo que es fácil, pero así me lo ha enseñado mi experiencia. Cuanto más pasan los años, más me concentro en la música que toco.

P: Y con esto yo vuelvo al tema inicial de la emoción…al abordar cada concierto como algo nuevo, creo que también está hablando de lograr emocionarse cada vez, lo contrario de entrar en la rutina.

R: Es verdad, es muy cierto.

P: Usted dedica mucho tiempo en educación a la joven generación…Lo que recién comentó, ese nunca aburrirse, el cómo hacerlo y por qué ¿Es una de las lecciones?

R: Lo que yo le digo a mis alumnos jóvenes es que si tienen la oportunidad de enseñarle a alguien, no la desperdicien. Que nunca rechacen una chance así, ya que cuando uno enseña a los demás, uno se enseña a sí mismo. Esto me lo ha demostrado mi propia experiencia. Yo siento que a mi propia música le ayuda el hecho que yo enseño. Siempre, cada día que enseño algo a alguien, me estoy enseñando a mi mismo. Esto es algo sumamente importante.

P: ¿Cómo se da esta doble vertiente de la enseñanza, a los demás y a usted mismo al mismo tiempo?

R: El estudio significa comprensión. Cuanto mejor uno escucha la música, más la puede entender. Siento que es un poco como abrir rayos x y verla de adentro. Es así al tocar un instrumento y también al dirigir una orquesta. Cuando mejor escucho, mejor hago la música.

P: ¿Y usted también aprende de los alumnos, de sus propias experiencias, por el hecho que como jóvenes tienen quizás otro enfoque?

R: Yo aprendo de los alumnos porque veo cómo trabajan, cómo piensan, cómo funciona su cerebro desde el punto de vista musical. Yo diría que me enseñan más que nada cuando algo no funciona..

P: ¿A qué se refiere?

R: A mí no me gusta hacer demostraciones con el violín sino decirles a ellos qué quiero que hagan y preguntarles qué piensan de lo que están haciendo. Quiero que participen en el proceso. Es algo sumamente importante creo yo en el estudio. Si yo les muestro, muchos alumnos que tienen excelente oído musical, simplemente podrá emularlo, tocar lo que les mostré, pero con eso no me parece que están aprendiendo a fondo sino solamente a imitar. Pero si les digo que piensen qué quieren tocar, cómo quieren tocar, cómo debe ser la dinámica, y si lo hacen sin que yo les haya mostrado antes, me parece que es mucho mejor.

P: Los lleva a una experiencia que ellos mismos protagonizan..

R: Exactamente. Y lo que hacen es porque ellos lo lograron, no porque me vieron y oyeron a mi. Lo vivenciaron ellos mismos.

P: Maestro, me gustaría tocar algo personal, combinándolo también con el tema de la enseñanza..ya que puede ser ejemplo para mucha gente, no sólo para sus alumnos. Al haber sufrido polio de niño, no puede caminar, pero usted no permitió que eso le signifique un obstáculo en la vida para plantearse metas y avanzar en su camino, empujando siempre hacia adelante. Eso también es un gran mensaje..no encerrarse nunca en la limitación y saber lo que uno vale.

R: Tiene razón. Así lo sentí siempre. Pero recordemos que si no puedo caminar, eso no significa que no puedo tocar. Hay gente que trata de juntar todo, de poner todo en un mismo paquete. Pero yo siempre dije-y claro que también  mis padres lo dijeron-que las dos cosas no tienen nada que ver. Tuve polio, eso dañó mis piernas, pero no mis manos, ni mi cerebro, ni mi talento .Yo amaba la música y eso no tuvo nada que ver con la enfermedad.

P: Cuando hablaba del mensaje me refería a lo que va más allá de la parte “técnica”, digamos, de que toca con las manos y no con las piernas…al hecho que uno puede lidiar con un serio problema pero no por eso se rinde sino que trata de dar lo máximo de sí en la vida..

R: Es exactamente así, siempre tuve claro que yo sigo adelante ..De eso no tenía dudas.

P: ¿Recuerda el momento en el que tuvo claro que la música sería el centro de su vida? Quizás no fue “un” momento..

R: No..No exactamente. Fue algo gradual. No podría decir que un día me levanté de mañana  y me dije “¡este es mi camino!”. Siempre fue mi sueño. Creo que todo aquel que empieza a tocar un instrumento, piano, violín, lo que sea, piensa en eso…Todos se dicen “quizás algún día yo toque en una gran sala, con una orquesta famosa y tendré una destacada carrera”…Pero claro está que lo que cuenta es lo que va pasando en el camino. Depende del talento, de la oportunidad..De las chances que uno va teniendo. No es algo que sucede súbitamente. Lo que sí siempre supe, en mi caso, es que amo la música. Pero no es que un día comprendí que la música sería mi vida aunque sí siempre pensé que sería hermoso si así lo fuera.

P: Y después de muchos años en salas de concierto de las mejores del mundo, con las mejores orquestas, habiendo llegado a la cima en lo suyo ¿Siente que aún hay metas que desea alcanzar?

R: Yo deseo, desde el punto de vista musical, seguir disfrutando de lo que hago. Por ahora, lo logré. Después de todos estos años en conciertos, tocando varias veces Beethoven y Mendelssohn, aún toco sintiendo que cada vez es la primera. Este es el desafío .Esto es lo que espero seguir sintiendo. Si no, si llego al momento en el que lamente que tengo que tocar nuevamente tal o cual pieza, terminé mi carrera. Si no, no tiene sentido. Pero si todavía espero ansioso cada concierto, si aún me provoca expectativa tocar esta sonata o la otra, significa que tengo éxito , que logro mi objetivo.

P: ¿Hay alguna pieza que le gusta en especial tocar? O sea ¿tiene una pieza preferida?

R: No, pero lo que sí le puedo decir es que lo que no me gusta, no lo toco nunca.

P: Eso es bueno….Hace unos años entrevisté a Zubin Mehta y él me dijo que el pueblo judío no puede vivir sin música. ¿Concuerda con él?

R: Plenamente. En realidad, creo que ningún pueblo debe vivir sin música. No siempre es así. Pero en lo que al pueblo judío se refiere, es totalmente cierto.

P: Sin duda habrá muchos uruguayos judíos en su concierto en Montevideo. En Uruguay siempre se destaca que la colectividad está muy presente en la vida cultural del país. Le deseo éxito Maestro en su presentación. Muchísimas gracias por esta entrevista.

R: Gracias a usted.

 
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