Egon Friedler
La Republica. Uruguay
24.6.2013
La agencia de noticias France Presse en un cable fechado el 19 de junio en Ginebra brinda detalles del informe anual presentado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados. Según el documento firmado por el Alto Comisionado de la organización internacional, Antonio Guterres, una persona debió huir de su hogar el año pasado cada 4.1 segundos. La cifra total de refugiados llega a los 45.2 millones, de los cuales 28.8 millones fueron personas desplazadas en sus propios países, 15.4 cruzaron fronteras mientras 937.000 son solicitantes de asilo. La causa principal del alto número de refugiados es la guerra. Un 55% de ellos debieron abandonar sus hogares en países como Afganistán, Somalia, Irak, Sudan y Siria. El número mayor de refugiados procede de Afganistán, una situación que no ha cambiado en los últimos 32 años.
En lo que respecta a Siria, la violencia ha llevado a que el número de refugiados que a fines del año pasado era de 650.000, haya aumentado este año a 1.6 millones sobrepasando el año pasado el total de todos los conflictos. La afluencia masiva de refugiados sirios ha creado serios problemas a los países vecinos como el Líbano, Jordania, Turquía e Irak.
Si las cifras de refugiados son inquietantes lo son más aún las de muertos. Según las Naciones Unidas, hacia fines de abril la cifra de muertos por la guerra civil en Siria se calculaba entre 93.000 y 100.000 muertos, de ellos 6.561 niños.
Ninguno de los informes señala un hecho notorio: que la mayoría de los conflictos tienen como protagonistas a países musulmanes y que se deben principalmente al agotamiento de la paciencia de los pueblos con gobiernos tiránicos o a enfrentamientos de carácter sectario.
De hecho, todos estos conflictos tienen un gran telón de fondo : la guerra santa (Jihad) que libran diferentes fuerzas fanáticas para imponerse tanto en la confrontación interna en el Islam como en la puja por la supremacía mundial con el mundo de los infieles (todas las demás religiones además de agnósticos y ateos).
No pasa un día sin muertos en esta lucha sobre la cual no existen números precisos. En cambio sí se han contabilizado los ataques de terror islamista desde el atentado a las Torres Gemelas en Nueva York el 9.11.2001 : son 21.083. Es la reacción brutal del mundo tribal contra el mundo moderno.
Contrariando las necesidades de incremento del pensamiento científico y tecnológico que exige el mundo globalizado de hoy, los mayores países musulmanes del Medio Oriente han virado dramáticamente hacia el islamismo, o sea la aplicación dogmática y combativa de una religión del siglo VII. No es casual que el viraje hacia el islamismo en Egipto y en Turquía haya despertado la reacción de la juventud y de los sectores más modernos de sus sociedades. Lamentablemente parece estar desvaneciéndose la esperanza de una conciliación verdadera (no cosmética como en Irán) entre el islamismo y la democracia.
Un ejemplo elocuente de esto es Egipto donde el presidente Mohammed Morsi nombró 17 nuevos provincianos el domingo pasado, 7 de ellos integrantes de su Hermandad Musulmana.
Uno de los nuevos jerarcas es Adel Assad el Khayat, un miembro del arma política de la islamista Gamaa Islamiya, un grupo insurgente que combatió al régimen del depuesto presidente Hosni Nubarak. En 1997, la Gamaa Islamiya admitió su responsabilidad por lo que se conoció como la masacre de Luxor ; en la antigua ciudad sureña de Luxor, uno de los sitios turísticos más célebres, 58 turistas y 4 egipcios fueron asesinados.
Las compañías turísticas llamaran a una huelga de protesta por el nombramiento de el-Khayat. En lugares donde hubo duras confrontaciones con manifestantes durante la época turbulenta que precedió a las elecciones, como Port Said e Ismailia, Morsi designó como gobernadores a militares y policías ligados a la represión. De acuerdo a un vocero de la oposición, Khaled Daoud, citado por la agencia italiana Ansa, “En lugar de enviar señales de distensión, la Hermandad Musulmana agrega combustible a la hoguera.
La oposición, que llama a realizar manifestaciones el 30 de junio reclamando la renuncia de Morsi, ha reunido 15 millones de firmas reclamando nuevas elecciones presidenciales. Según el Centro Egipcio de Investigación de la Opinión Pública, el presidente ganaría solo el 30% de las elecciones si éstas se realizaran ahora, mientras un 50% dijo que votaría contra él.
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