Según un video de Hosni Mubarak, cuando todavía era presidente de Egipto, se han cumplido las estrategias de las que acusa a la Hermandad Musulmana. Lo que sigue son las palabras de Mubarak en una conferencia en Egipto (fecha desconocida, traducción del autor):
Así que [la Hermandad y asociadas] se aprovecharon de la situación económica entregando dinero, a un hombre 100 libras egipcias, o alrededor de $30 dólares, [diciendo:] «Aquí tome esta bolsa de glicerina y arrójela aquí», o haga esto o aquello, para crear un estado de inestabilidad en Egipto. Y estos grupos – nunca crean que quieren democracia ni nada parecido. Explotan la democracia con el fin de eliminar la democracia. Y si alguna vez gobernaran, será una dictadura horrible. …Una vez un extranjero [probablemente un occidental] me dijo: «Bueno, si ese es el caso, ¿por qué no los deja formar partidos?» Le dije, «se atacarán unos a otros». Él dijo: «Déjelos atacarse unos a otros». Llegué a entender que pensó que al decir «atacar a los demás», quise decir a través del diálogo. Durante años hemos tratado de dialogar con ellos, y seguimos haciéndolo. Si el diálogo se limitara a palabras, bien. Pero cuando el diálogo va de las palabras a las balas y bombas… [Mubarak niega con la cabeza, y luego brinda anécdotas de la policía y la seguridad egipcia asesinados por la Hermandad y asociados, incluyendo cómo fueron asesinados 104 policías en 1981, y como le dispararon a un oficial que trataba de salvar la vida de un niño]. El punto es que no nos gusta el derramamiento de sangre, ni a nuestros soldados ni a nuestros oficiales. Pero cuando veo que me estás disparando, tratando de matarme, bueno, ¡tengo que defenderme! Entonces las agencias internacionales de noticias van a estos grupos [islamistas] para obtener información, y ellos les dicen, «¡nos están matando, nos están matando!» Bueno, ¡¿no los ven ustedes [las agencias de noticias] matando a policías?! Les juro, ningún policía quiere matarlos, ninguno de nosotros. Entonces dicen, «Así que, Sr. Presidente, ¿dio órdenes a la policía de abrir fuego indiscriminadamente?» – No puedo dar esa orden, en lo absoluto. Contradice a la ley. En algún momento podría ser juzgado [por ello].
Sea lo sea que uno piense de Hosni Mubarak – y su afirmación final sobre sí mismo es especialmente profética – ciertamente entendía bien a la Hermandad y sus estrategias. Considérense especialmente los siguientes tres puntos que hizo acerca de ellos y cómo todos probaron ser ciertos:
-Mubarak: “Y estos grupos – nunca crean que quieren democracia ni nada parecido. Explotan la democracia con el fin de eliminar la democracia. Y si alguna vez gobernaran, será una dictadura horrible». Muy cierto. Aunque de boca para afuera hablan de democracia, una vez que la Hermandad llegó al poder, bajo el ex presidente Mohamed Morsi, se volvieron abiertamente tiránicos: el propio Morsi se arrogó poderes sin precedentes para un presidente egipcio, nombró a miembros de la Hermandad en todos los puestos gubernamentales importantes «Hermanizando» Egipto (como lo llaman los egipcios), y rápidamente forzó una constitución pesadamente Sharia. Bajo el año de gobierno de Morsi, muchos más cristianos fueron atacados, arrestados y encarcelados por «blasfemia» que bajo los treinta años de Mubarak.
-Mubarak: “Entonces las agencias internacionales de noticias van a estos grupos [islamistas] para obtener información, y ellos les dicen, «¡nos están matando, nos están matando!» Bueno, ¡¿no los ven ustedes [las agencias de noticias] matando a policías?!” Ahora que la Hermandad ha sido derrocada y está promoviendo el terrorismo en Egipto – especialmente contra su minoría cristiana – tratando de empujar a la nación a una guerra civil total, están, de hecho, alimentando a los medios de comunicación internacionales con la vieja mentira de que son inocentes víctimas pacíficas, con el fin de ganarse la simpatía occidental.
-Mubarak: «se aprovecharon de la situación económica entregando dinero». Financiado por los ricos estados wahabitas, las organizaciones islamistas compraron su camino dentro de la sociedad egipcia y el poder. Antes de las elecciones les pagaron – es decir, sobornaron –a egipcios para que los voten; y después de su derrocamiento, están pagando a gente (además de golpearlos y obligarlos) para estar con ellos en Ra’ba al-Adawiya, lo que les da cantidades para fines prácticos y propagandísticos.
Por último, considérese el intercambio de Mubarak con «un extranjero», probablemente un estadounidense o europeo, que instantáneamente interpretó al Mubarak de «se atacan unos a otros» en términos políticos occidentales de «diálogo». Esta costumbre de proyectar los enfoques occidentales a los islamistas – que irónicamente representan la antítesis de occidente – es uno de los principales problemas que causan que occidente sea ciego a la realidad, que siempre debe ser articulada a través de su propio paradigma, uno que insiste en que la violencia es siempre un producto de la opresión política y que los islamistas son víctimas perpetuamente incomprendidas.
En Egipto, sin embargo, pronto se aprende que, cuando el «diálogo» no va por camino de los islamistas, se vuelve al terrorismo. Esto requiere un enfoque más realista o, en palabras de Mubarak, un hombre que, al igual que sus predecesores, especialmente Gamal Abdel Nasser, está íntimamente familiarizado con la Hermandad: «cuando veo que me estás disparando, tratando de matarme, bueno, ¡tengo que defenderme!»
Raymond Ibrahim es autor del Crucificado Nuevamente: Exposición de la Nueva Guerra del Islam contra los Cristianos (publicado por Regnery en cooperación con Gatestone Institute, abril de 2013). Es un Shillman Fellowen el David Horowitz Freedom Center y miembro asociado del Middle East Forum.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusion: porisrael.org
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