En un lote baldío lo suficientemente cerca de las zonas residenciales que pretende proteger, se ubica la batería antiaérea, preparada para enfrentar cualquier amenaza. Junto a ella, con la bandera de la Fuerza Aérea israelí flameando, se monta un campamento con algunas decenas de soldados. Todo el sistema y el campamento puede montarse en un camión y trasladarse por todo el país, de acorde a las necesidades y las amenazas del momento.
Una única misión : ser el escudo de defensa de Israel en los cielos
Shay Kobninsky
El comandante de la batería, Shay Kobninsky, es el responsable sobre el buen funcionamiento y la organización de los soldados que la emplean.
“Estar a pocos kilómetros de las ciudades que protegemos, nos hace entender porqué estamos aquí. No es una simulación, cuando actuamos, estamos salvando vidas” nos cuenta el comandante Kobninsky. Cuando se disparan cohetes contra el territorio israelí, Shay se encuentra en el centro del comando siguiendo la trayectoria estimada del proyectil para asegurarse de neutralizarlo a tiempo.
“Mis soldados trabajan duro y están preparados para cualquier situación”, dijo Kobninsky. Durante la Operación Pilar Defensivo, en noviembre del año pasado, la tensión en la región estaba en su apogeo. En tan solo 8 días de combates, Hamás, ha lanzado cientos de cohetes. Más de 400 cohetes que amenazaron áreas residenciales israelíes fueron interceptados por el sistema Cúpula de Hierro. Durante este período de crisis, el trabajo entre el ejército israelí y los servicios de emergencia fue crucial. “La policía estaba presente físicamente con nosotros para mantener alejados a los curiosos que querían ver el sistema de defensa antiaérea en acción. Eso nos ayudó mucho”, afirmó Shay .
Ley para proteger a su familia y amigos
Algunos soldados toman esta responsabilidad más a pecho, ya que su familia y amigos se encuentran dentro del rango de alcance de los misiles enemigos, por lo que la batería antimisiles es esencial para su protección. Este es el caso del Sargento Tom Cohen, un residente de Ashkelon, que desde adolescente ha querido formar parte de la unidad encargada de la Cúpula de Hierro. “Mi familia y amigos viven en constante amenaza por el lanzamiento de cohetes y yo quería protegerlos”, dice.
“La primera vez que vi al sistema neutralizar un cohete fue en el comienzo de la operación Pilar Defensivo. Yo, y los otros soldados de la unidad, nos emocionamos muchísimo al saber que fuimos directamente responsables por salvar tantas vidas. Es todo un orgullo”.
Los soldados de la unidad de Cúpula de Hierro no pueden darse el lujo de bajar la guardia en ningún momento. Incluso en tiempos de calma, se enfrentan a una presión constante. “Hace dos semanas, fueron disparados cohetes desde Gaza que, por suerte, esta vez, explotaron en un campo abierto. Es importante nunca bajar la guardia”, dice el sargento Daniel Baro, que su familia en Beer Sheva, se ve constantemente amenazada por los cohetes de Hamás.
En este ambiente tenso, los soldados se las arreglan para hacer su servicio ameno y más agradable. “Encontré aquí más que amigos. Nos enfrentamos a los desafíos juntos y nos convertimos en una familia”, dice uno de los soldados. “Prefiero no tomarme vacaciones, defender a mi familia y a todo el pueblo de Israel, es mi prioridad”, nos confiesa con sus ojos llenos de alegría.
La defensa de los más de ocho millones de ciudadanos israelíes depende de jóvenes soldados como estos. Sin el compromiso y la determinación de nuestros soldados, esta misión, la más importante, no podría ser cumplida.
Ustedes, soldados de Israel, son la mano que sostiene la espada del Rey David, orgullo para el pueblo judío y esperanza de una Paz que quizas llegue algún día. Hinei ma tov umanaim, shevet ajim gam iajad.-