Ha sido dicho que la infancia es la verdadera patria del ser humano, que es en la infancia donde comienzan a acrisolar los valores que de adultos regirán nuestra conducta.
Si miro los primeros años de mi existencia, están llenos de vida, de risas, de ternura y amistad, que surgieron en el colegio, entre aquellas niñas con las que compartí frutos tan deliciosos como el del respeto a la diferente idiosincrasia.
En las aulas y patios del colegio de mi infancia, niñas cristianas, judías y musulmanas tejíamos un hermoso tapiz de convivencia, que conservo como algo sustancial de mi afectividad.
Puedo decir y siempre he dicho, requerida por la ocasión, que en aquellos años infantiles forjé sentimientos, aún conservados, de amistad con niñas judías en Ceuta.
No había nada que disimular en una ciudad en la que también imagino problemas por aquellos años, pero muy acogedora en el sentido indicado.
Quizás sea insuficiente, pero al pueblo judío lo he llevado de una u otra forma apegado a los sentimientos más arraigados e íntimos, pues todos aquellos recuerdos me ligan a través de sus hijos con ese fino y resistente hilo que es la gratitud.
Como criaturas de Dios y vástagos de la estirpe del padre Abraham, el pueblo de Israel tiene para mí la consideración que se da a la familia y, sobre todo, a la que resulta más próxima.
Cuántas veces he soñado bajar del avión en el Ben Gurión de Tel Aviv y anhelado besar las piedras de Jerusalén; subir a la florida Galilea, estremecerme en el desierto de Negev y bañar mis pies en las playas de Hadera.
Tengo el presentimiento de que Dios me recompensará pronto con un viaje tan deseado, una visita a la familia en su tierra.
Algunos, o muchos, sentirán extrañeza por expresar estos sentimientos una mujer musulmana, porque el guión político y una historia conflictiva obligan a ideas y actitudes preconcebidas.
Siempre hay que aprovechar la oportunidad de rebelarse contra el estrecho y oscuro túnel de la fatalidad, para estrechar entre los brazos la esperanza de la justicia para tan largo conflicto y su superación no puede venir del odio, sino del acercamiento y el reconocimiento mutuo.
DE ACUERDO CON LAS PROFECÍAS BÍBLICAS, ISRAEL SOLAMENTE COMENZARÁ A VER A JESÚS COMO EL MESÍAS, CUANDO COMIENCE QUEDARSE SOLO, CUANDO COMIENCE A SENTIRSE QUE SOLAMENTE PUEDE MIRAR HACIA ARRIBA, CUANDO LOS GOBIERNOS DEL MUNDO (COMO ESTADOS UNIDOS Y LA ONU) COMIENCEN A MOSTRARLE LO MISMO QUE EN SU MOMENTO LE MOSTRÓ EGIPTO ANTE LA INVASIÓN DE NABUCODONOSOR. HERMANOS, SI USTED VE A MUCHOS JUDÍOS CONVIRTIÉNDOSE EN MESIÁNICOS, COMIENCE A PREPARAR SU MALETA!
Israelíes se preguntan: «¿Es tiempo de aceptar a los judíos mesiánicos?
http://noticias.antesdelfin.com/noticias-adf-israelies-se-preguntan-es-tiempo.html
¿Qué sucede con un judío que muera ahora, pero sin Cristo?
http://www.antesdelfin.com/resp0155.html