El 18 de octubre de 2011, el Sargento Gilad Shalit fue liberado después de cinco años de haber estado en cautiverio de la organización terrorista Hamás. A cambio de Shalit, unos 1.000 presos palestinos fueron liberados. A pesar de la alegría que ocasionó en Israel su regreso, ésto provocó que los intentos de continuar secuestrando soldados se mantenga en un alto nivel desde entonces.
El Mayor G., un oficial de alto rango de la rama operativa encargada de analizar y prevenir secuestros, nos comenta que desde el comienzo de 2013, la ISA (Agencia de Seguridad de Israel) ha frustrado 37 secuestros. A principios de este año, el ejército israelí calificó el secuestro de soldados como “un esfuerzo táctico con implicaciones estratégicas, utilizado por los secuestradores como moneda de cambio para obligar a los que toman las decisiones en Israel a adherirse a sus demandas”.
Por otro lado, los terroristas en Gaza también representan una amenaza significativa. Hamás, por ejemplo, ha hecho un esfuerzo considerable en intentar realizar secuestros a través de su extensa red de terror. Tanto es así, que la organización terrorista comparte sus conocimientos, orientación y fondos con sus simpatizantes en Judea y Samaria.
La información de inteligencia recopilada por la Policía Israelí considera el secuestro de soldados como la amenaza central al lado de otros ataques como lanzamientos de cohetes. “Las organizaciones terroristas en la Franja de Gaza, la península del Sinaí y de la Judea y Samaria, tienen las intenciones de secuestrar funcionarios de seguridad y la población civil”, señala un informe de la Subdirección de Operaciones.
Larga lista de secuestros y tentativas de secuestro
El septiembre pasado, un terrorista palestino llevó al Sargento Tomer Hazan a su aldea palestina de Qalqilya y lo asesinó. Durante un interrogatorio, el terrorista confesó que los planes eran utilizar el cuerpo de Hazan para liberar a su hermano convicto encarcelado en Israel. “Recientemente, hemos observado un aumento significativo en el número de intentos de secuestro. El ejemplo principal es el secuestro y asesinato del sargento Tomer Hazan”, explicó un oficial de alto rango en el Comando Central de las FDI.
Un prominente intento de secuestro fue impedido por la ISA, en las vísperas del nuevo año. Fuerzas detuvieron una célula de la Yihad Islámica, cerca de la ciudad israelí de Kfar Saba, en posesión de pasamontañas, cinta adhesiva, navaja y un arma de fuego. Sus intenciones estaban claras: el equipo fue financiado y entrenado por activistas de Jenin y se preparaba para llevar a cabo un ataque.
En febrero de 2013, las FDI descubrieron infraestructura militar de Hamás en Judea y Samaria, cuyos miembros habían sido entrenados para secuestrar soldados israelíes. Durante el interrogatorio, se descubrió que esta célula estaba en las etapas finales de preparación: estaban preparadas para para golpear a un soldado con un coche o capturarlo a punta de cuchillo, y luego llevarlo en un coche.
Como consecuencia de la creciente amenaza de secuestro en Israel, el ejército israelí advierte repetidamente a sus soldados permanecer preparados y alerta en el camino a sus bases militares. “La intensión para secuestrar soldados es alta”, dice un alto funcionario de las FDI “incluso después de nuestro éxito con Gilad Shalit”.
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