MADRID- La comunidad judía otorgó anoche a Esperanza Aguirre el premio Or Janucá por su «amistad, colaboración y apoyo a la institución» en la III edición de la cena de gala que se celebró en el Hotel Intercontinental de Madrid. Se trata de la segunda vez que se concede este galardón, que el año pasado recayó en el ex presidente del Gobierno y presidente de FAES, José María Aznar. Este reconocimiento distingue a personas o entidades que, sin pertenecer a la colectividad judía, favorecen y contribuyen de alguna manera a su bienestar y desarrollo, en España y en el mundo.
La presidenta de la Comunidad se mostró «muy agradecida» por ser considerada merecedora de este galardón, «máxime cuando es un premio que se otorga en nombre de unos valores en los que creo firmemente», como «la libertad y el legado judeocristiano, que son elementos básicos de nuestra civilización occidental», afirmó.
El premio Or Janucá (Luz de Janucá) se entrega con ocasión de esta fiesta judía cuyo significado rememora la necesidad de construir un mundo más justo, el respeto por las diferencias y el valor de la libertad. Y todas esas cualidades son las que la comunidad judía ha visto en la presidenta de la Comunidad de Madrid. «Janucá es una festividad que conmemora un acontecimiento muy importante para los judíos: la reinauguración y consagración del altar del Templo de Jerusalén tras la victoria de los judíos macabeos sobre los griegos», recordó Aguirre.
La jefa del Ejecutivo regional consideró a su vez que «todos los que no somos judíos podemos y debemos aprender mucho del significado de esta festividad» de los antiguos hebreos como «el valor de la voluntad, de la confianza en el esfuerzo común para remontar las grandes dificultades del presente».
Asimismo, afirmó que «la mejor prueba del aprecio que una sociedad tiene por la libertad es su toma de posición en la defensa del Estado de Israel». En este sentido, la presidenta regional puso como ejemplo la resistencias de los israelíes frente a los que «hoy, como ayer, tienen por único objetivo borrar de la faz de la tierra su Estado, el único Estado democrático de Oriente Medio». Así, calificó a esta nación como una «isla de libertad en medio de una región dominada por regímenes totalitarios».
«No nos engañemos, estamos ante la misma batalla de siempre, nos enfrentamos otra vez a totalitarismos cuyo deseo más íntimo es someter la libertad de todos», apuntó. Aguirre concluyó con que «defender hoy el Estado de Israel, es defender nuestra libertad, es defender las bases de nuestra civilización judeocristiana, defender nuestra civilización occidental».
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