Lo más suave que se puede decir acerca de Saeb Erekat, el jefe «negociador» palestino, es que sufre, o finge sufrir, de delirios o fantasías. ¿De qué otro modo se puede explicar su declaración del 31 de enero de 2014, en una conferencia en Múnich, cuando especificó la razón por el rechazo palestino a aceptar a Israel como un estado judío? Hacerlo, dijo, sería «pedirme que cambie mi narrativa».
Esa inventada narrativa palestina de victimización, ha urdido comentarios hiperbólicos e inexactos acerca de la historia de Medio Oriente y las políticas israelíes. Erekat la ha empleado, como muchos otros críticos y boicoteadores de Israel lo han hecho, con fines políticos.
La afirmación de Erekat que «Soy el orgulloso hijo de los cananeos que estaban allí 5.500 años antes de que Joshua Ben Nun incendiara la ciudad de Jericó». La idea central de su afirmación es que los palestinos son descendientes de estos cananeos, y por lo tanto son la verdadera población nativa de la zona. Los judíos, sostiene, entraron en la zona en un período posterior. De alguna misteriosa manera, los cananeos se han convertido en los antepasados de los palestinos. Además, contrariamente a todo entendimiento, la narrativa palestina promueve la idea de que Jesús era un palestino, en lugar de un judío. El Consejo Mundial de Iglesias, la Iglesia Presbiteriana y el Consejo del Cercano Oriente podrían tomar nota.
La declaración de Erekat necesita ser corregida. En primer lugar, sus citas de referencias bíblicas no son precisamente exactas. Fueron los sacerdotes, tocando cuernos de carnero (o trompetas, en el recital de Louis Armstrong) y los gritos de los israelitas, lo que hizo que los muros de la ciudad de Jericó se derrumbaran. Sólo más tarde, después de que el daño real estaba hecho, el resto de la ciudad se incendió.
La autobiografía personal de Erekat es engañosa. Él no puede ser considerado como un hijo de los cananeos y no tiene ninguna reivindicación histórica sobre Palestina. Si bien es cierto que desde 1996 ha representado a Jericó en el Consejo Legislativo Palestino, no proviene de Jericó, sino más bien de Abu Dis, una aldea de las afueras de Jerusalén. Esa aldea está ahora en la Zona B de la Margen Occidental y está bajo la jurisdicción civil de la Autoridad Palestina.
Esa no es toda la historia. Aunque Erekat no aborda su historia familiar, es probable que su familia sea parte de la tribu Huwaitat, que se originó en la región noroeste de Arabia Saudita y llegó a la zona de Palestina y a la zona de Jordania recién en el siglo XX.
Más importante es la completa inexactitud histórica de Erekat. Aunque él y muchos otros palestinos niegan o minimizan las históricas raíces judías en Palestina, la evidencia de una presencia judía en la zona durante miles de años es abrumadora, anterior a la conquista árabe de la zona en el año 634 dC. De hecho, cerca de la propia Jericó hay una sinagoga que se remonta al siglo I aC. Los historiadores pueden diferir en las fechas exactas, pero la realidad es que los primeros árabes se trasladaron a las zonas en disputa más de 1.600 años después de que David se convirtiera en rey de Israel.
Igualmente reveladora, en la crónica histórica, es la realidad de que los descendientes de la mayoría de los árabes de la zona se establecieron allí mucho más recientemente. Por ejemplo, en Ramallah, ahora la capital administrativa de la Autoridad Palestina, los ancestros de la mayoría de las familias llegaron en el siglo XV desde la zona que ahora es Jordania. Los estudios demuestran que la mayoría de las familias árabes que vivían en las aldeas cercanas a la costa mediterránea, las zonas que ahora forman parte de Israel, se originaron en otros lugares, en lo que ahora son Sudán, Libia, Egipto y Jordania.
Un libro reciente, “A Quién le Pertenece esta Tierra: Un Nuevo Examen del Corán”, del Profesor Nissim Dana, de la Universidad Bar-Ilan, cuestiona la narrativa palestina de la historia de una manera inusual. Dana argumenta que hay diez pasajes en el Corán que manifiestan que Allah legó Palestina al pueblo judío que heredará la tierra. También afirma que no hay pasajes legando la tierra a ningún otro pueblo – ni a los musulmanes, ni a los árabes ni a los palestinos. Dana dice que en el Corán, los judíos son mandados por Allah para conquistar y tomar la tierra de los pueblos que habían profanado a Allah adorando ídolos.
Es poco probable que muchos comentaristas adopten el análisis del Corán de Dana como base del vínculo histórico del pueblo judío con la zona de Palestina. No obstante, su análisis puede ayudar a desacreditar la falsa narrativa histórica presentada por Erekat y otros. Si se quiere que haya genuinas negociaciones de paz entre Israel y los palestinos, no sirve a ningún propósito útil que los llamados negociadores palestinos hagan falsos reclamos territoriales políticamente motivados. Incluso el historiador palestino Rashid Khalidi, en su libro Identidad Palestina, advirtió que hay una tendencia «a leer de nuevo en la historia de Palestina durante los últimos siglos, e incluso milenios, una conciencia e identidad nacionalista que son, de hecho, relativamente modernas».
Desgraciadamente, esta no es la primera vez que Erekat ha efectuado declaraciones inexactas y temerarias. La más preocupante de sus afirmaciones se refirió a la Operación Escudo de Defensa israelí de abril de 2002. La operación se produjo en respuesta a los ataques contra civiles israelíes por parte de grupos terroristas que operaban fuera de la ciudad de Jenin. Erekat declaró, y rechazó negar su acusación, que la operación israelí fue una masacre y un crimen de guerra en la que más de 500 palestinos inocentes fueron asesinados. De hecho, el número de muertos palestinos fue de 54, casi todos los cuales eran miembros de grupos combatientes o terroristas, mientras que Israel perdió 23 soldados.
Las diferencias sobre los territorios en disputa permanecen. Esas diferencias no se resolverán negando todo derecho de Israel a esos territorios, ni insistiendo en que Israel está ocupándolos ilegal o ilegítimamente. El compromiso es esencial para solucionar las cuestiones relativas a los territorios y sitios especiales. Después de todo, la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, del 22 de noviembre de 1967, llamó a «retirar las fuerzas armadas israelíes de territorios conquistados», no de toda la tierra que posee.
Michael Curtis es autor de Judíos, Antisemitismo y Medio Oriente.
http://www.americanthinker.com/2014/02/yes_mr_erekat_jesus_was_a_jew.html
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
No hay lider Arabe Palestino que no padezca del extraño sindrome , de la narrativa inventada. Cualesquiera de ellos con mas de 6 decadas de vida deberia recordar que si bien los unia su tirria contra estos Judios que obtuvieran su estado por mandato de la ONU , ellos no se llamaban a si mismos Palestinos.Tampoco ellos recuerdan que ignoraron ese mismo mandato que les daba luz verde para hacer lo que hoy piden como limosna.Tampoco recuerdan que al dia siguiente de la declaracion del nuevo estado Judio fueron los paises limitrofes ya constituidos los que declararon la guerra contra Israel y que ellos figuraban entre las filas de esos paises pero no como ´´futuros ciudadanos´´ del futuro estado Palestino.Tampoco parecen recordar que antes de fundarse el mitico pueblo Palestino , otra de las plagas contra las que debió luchar el joven estado Judio , fueron los Fedayyines al mando de un Egipcio llamado Arafat….Conclusion si no se acuerdan lo ocurrido hace menos de 70 años como pueden fabricar historias de 5500? En fin estos lideres Palestinos , no solo no parecen muy estables con su narrativa , sino que ademas la olvidan!