El año 2013 fue un año muy difícil para el servicio exterior de Israel. Largos meses sin ministro; jurisdicciones transferidas a otros ministerios; protesta sindical y ahora huelga general. Encuestas de opinión pública registran un disconformismo pronunciado en varias áreas: la mayoría considera que no existen principios concertados que orienten al funcionamiento del ministerio y sus representantes; que no se denotan iniciativas de acción y todo es sólo reacción a acontecimientos sorpresivos; que las posiciones israelíes en la arena internacional reflejan intentos de impresionar por la fuerza sin utilizar tácticas diplomáticas profesionales; etc.
Para analizar todo ello se realizó un coloquio organizado por el Centro de Diplomacia Aplicada de la Universidad de Tel Aviv, el fondo «Friedrich Ebert Stiftung» – ONG de la democracia social de Alemania, y el Instituto «MITVIM» para asuntos de Política Exterior Regional. Los participantes intentaron interpretar cómo Israel opera sus relaciones exteriores, cuáles son sus logros y sus debilidades y como se podría mejorar la situación. Se anunció que el Instituto «MITVIM» realizó una investigación sobre estos temas intentando delinear las características básicas y los paradigmas de la política exterior israelí a través de los años.
Moderó el encuentro el Director de la Escuela de Ciencias Políticas de UTA Prof. Yossi Shein y participó también el diputado MK Ronén Hoffman, del partido «Hay Futuro», presidente de la subcomisión de relaciones exteriores y hasbará del parlamento israelí, que funciona en marcos de la Comisión Parlamentaria de Relaciones Exteriores y Seguridad de la Knesset – la comisión más importante del organismo político máximo del Estado de Israel.
En líneas generales, sorprendió la realización del coloquio en momentos de una prolongada huelga del personal de la Cancillería Israelí y asombró las características de los integrantes del panel: un parlamentario y dos académicos: el Dr. Yuval Benziman del Centro Interdisciplinario Hertzliya y el Prof. Joel Peters, de la University of Virginia Tech. Entre los asistentes se encontraban algunos ex funcionarios del servicio exterior israelí, unos pocos en funciones, estudiantes de carreras relacionadas con el tema y público en general.
Se destacaron los siguientes síntomas:
- Sorprende que el plan de trabajo del Ministerio de RR. EE. no incluye temas importantes como la solución de los diferendos con Turquía o las conversaciones de paz con los palestinos – de las que se ocupa la Ministro de Justicia y un alto funcionario de la Oficina del Primer Ministro: la diplomacia israelí no es partícipe directo en temas cardinales para el país. Se desconoce que el Ministerio haya redactado un plan de objetivos de trascendencia nacional.
- El servicio exterior israelí es considerado secundario, la política interna es contundente y así resulta que durante un año hubo «ministerio sin ministro»: los acuerdos de coalición hicieron que durante ese largo lapso – un cuarto de la cadencia gubernamental – el ministro no desplegara sus funciones. (Liberman renunció el 16.12.12 cuando el Procurador General resolvió que fuera juzgado por su intervención en la designación del embajador israelí a Bielorrusia. Al ser liberado de cargo y culpa, Liberman volvió al ministerio en noviembre de 2013…). Se recordaron las recomendaciones de Kissinger que «Israel requiere un Ministerio de Política Interior y no un Ministerio de Política Exterior…».
- Se destacó que las dificultades básicas son resultado de la consideración conceptual y cultural que la diplomacia no es fundamental para atender la problemática de Israel: lo más importante y definitorio son las amenazas de seguridad nacional y las vías de enfrentarlas, disminuirlas y desbaratarlas. En circunstancias especiales, la cancillería debe apoyar a las consideraciones de seguridad y espionaje, que son las primordiales, y generalmente no es consultada para determinar los lineamientos a seguir o fijar prioridades o sugerir alternativas.
- Hay un profundo trauma de desconfianza por el secreto de sucesos, ideas, personas implicadas, etc. que alimenta las agudas sospechas de «filtraciones» totales o parciales, tergiversaciones y malas interpretaciones. Se acusa a los diplomáticos de «divulgadores», de vía de escape de sucesos e identificación de personajes implicados.
- Actualmente la mayor preocupación es desbaratar los intentos de deslegitimar la existencia de Israel, enfrentar las sanciones impuestas por organismos internacionales de diversa índole, superar el aislamiento del país en el concierto de naciones. Los combates en contra de Israel se desarrollan en los campos universitarios, en los foros económicos, en las instituciones globales, en los centros comunitarios religiosos y culturales, etc. – y allí no está presente la Cancillería israelí, no dispone de las capacidades correspondientes y no tiene los presupuestos requeridos para tal desafío.
- Ese orden de prioridades conduce a que no haya coordinación de todos los factores que intentan atender las amenazas o que podrían hacerlo más profesionalmente, y faltando esa integración se eluden oportunidades, se silencia la versión israelí, se facilita la labor de los denigradores y agraviadores, se afirman los logros de los adversarios. Con todo, se entendió que esa integración es propia de tiempos de paz mientras que para Israel eso puede ser considerado un lujo inalcanzable.
- Los expositores destacaron que el presupuesto de publicidad de una empresa de alimentos para vender un solo producto para el consumo infantil, es mayor al presupuesto de difusión del ministerio de RR.EE. Se repitió el conocido lema periodístico que «el costo de un solo avión de combate podría cubrir los gastos globales de difusión y esclarecimiento». Se observó que no se pueden comparar las proporciones y los costos de las oficinas del vocero del ejército con las del vocero de la cancillería.
- Las áreas académicas competentes, que existen en varios establecimientos de enseñanza superior israelíes, no son consultadas por el ministerio y por lo tanto no pueden aportar al análisis requerido que, si se lo hace, resulta empobrecido e insuficiente.
- Así presenciamos que la conducta israelí en el plano internacional es de respuesta, su labor es de reacción a menudo tardía, no toma iniciativas, no es capaz de aportar cambios de conducta u orientación. La única vez que lo hizo fue cuando las tratativas de Oslo iniciadas en 1993, que resultaron fracasando. Las iniciativas israelíes en la arena internacional son generalmente con trasfondo de seguridad: el caso Irán, el caso Turquía, la guerra interna en Siria, etc.
- Con el tiempo, ese desmerecimiento va en aumento, y se acrecienta la desmoralización. Figuras de relevancia prefieren no participar, jóvenes incorporados al servicio exterior procuran alejarse de los compromisos involucrados y la falta de reconocimiento por esfuerzos realizados impone su sello. No se integran valores nuevos, incluso surgen voces que insisten en que toda la cancillería es innecesaria, dado que de todas maneras no le permiten funcionar adecuadamente. Y así se va debilitando la capacidad profesional de los organismos y representantes del ministerio.
DIÁLOGO CON EL PÚBLICO ASISTENTE
A las preguntas del público, en especial ¿qué hacer con este listado?, los expositores señalaron que en los puntos diagnosticados está la llave de las soluciones. Se sugirió también que las funciones y atribuciones de la cancillería deben ser establecidas en la legislación existente para proteger su funcionamiento y lograr una regulación clara y consistente.
Se insistió en que todo gira en cuanto a las aspiraciones del país como tal: ¿Qué parte del mundo queremos ser? ¿Cuál debe ser nuestra participación en el quehacer global? ¿Cuáles son las características del mundo en el que queremos vivir? En todos esos aspectos debemos fijar objetivos, ser promotores de cambios y no dejarnos llevar tras las circunstancias que otros nos imponen.
Distintos sectores de la sociedad israelí tienen distintas perspectivas, intereses y prioridades. El sector económico prefiere las relaciones íntimas con los países de la Unión Europea. La derecha israelí pareciera preferir estrechar relaciones con países menos exigentes en cuanto a nuestra forma de ser: no Europa que presiona pero sí Extremo Oriente – India, China, Corea del Sur, etc. – que tienen posiciones más pragmáticas. La comunidad científica israelí aspira a un mundo abierto y accesible también para Israel.
.Es decir, el tema es cardinal para la orientación del país, y por ello también se dio gran importancia al debate público sobre el tema y la necesidad de estimularlo. De todas maneras, consideramos que la no participación oficial de funcionarios jerárquicos de la cancillería en el coloquio, fue un error de los organizadores que no pueden, ni deben, lanzar tal listado de temas cardinales a solucionar sin que el «enfermo» esté representado y conozca de primera fuente el diagnóstico expuesto – a pesar de la libertad de opinión que nuestra democracia ampara.
Lic. Samuel Leillen, 27.3.2014
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