Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber’, solía decir el físico Albert Einstein, a quien se recordará este lunes, a 132 años de su natalicio, ocurrido el 14 de marzo de 1879.
Aunque Einstein se naturalizó estadounidense, el genio científico vio la primera luz en la ciudad alemana de Ulm, cerca de Stuttgart, en el seno de una familia judía.
Fue el primogénito del matrimonio Hermann Einstein y Pauline Koch, quienes después concibieron a Maya, hermana y única compañía de la infancia de Albert.
Según sus biógrafos, su infancia de vio marcada por la soledad que él mismo buscaba, pues no se sentía identificado con los niños de su edad, por lo que pasaba mucho tiempo pensando en cosas distintas, incluso Albert demostró ser una persona muy lenta en su aprendizaje, situación que preocupaba a cierta gente.
La escuela no lo motivaba a pesar de ser excelente en matemáticas y física, no se interesaba las demás asignaturas; a los 15 años, sin tutor ni guía, emprendió el estudio de cálculo infinitesimal.
A los 16 años, renunció a su nacionalidad alemana e inició sus trámites para la naturalización suiza; poco después, Einstein entró al Instituto Politécnico de Zúrich, matriculándose en la Escuela de Orientación Matemática y Científica, donde comenzaron sus primeros años en el estudio de física.
En 1898 conoció a la única estudiante de física del Instituto Politécnico de Zúrich, Mileva Maric, de quién se enamoró profundamente.
En 1902, Albert y Mileva tuvieron una hija llamada Liserl, al año siguiente contrajo matrimonio la joven pareja y en 1904 nació su segundo hijo: Hans Albert.
Con un trabajo poco remunerado en la Oficina de Patentes, Einstein sostenía a su familia económicamente viviendo en un departamento sencillo dándose una vida de pocos lujos, aun así insistía en su camino científico.
Poco después finalizó su doctorado presentando una tesis titulada ‘Una nueva determinación de las dimensiones moleculares’, un trabajo de 17 folios que surgió a raíz de una charla sostenida con Michele Besso, haciéndole el joven científico la siguiente pregunta a Besso, ‘¿crees que el cálculo de las dimensiones de las moléculas de azúcar podría ser una buena tesis de doctorado?’.
En 1905 redactó varios trabajos fundamentales de física de pequeña y gran escala. El primero de ellos explicaba el movimiento browniano, el segundo el efecto fotoeléctrico y los dos restantes desarrollaban la relatividad especial y la equivalencia masa-energía.
El primero de sus trabajos le valió el grado de doctor en la Universidad de Zúrich en 1906, y su trabajo sobre el efecto fotoeléctrico, le haría merecedor del Premio Nobel de Física en 1921 por sus trabajos del movimiento browniano y su interpretación sobre el efecto fotoeléctrico; todos estos artículos fueron enviados a la revista ‘Annalen der Physik’, conocidos como los artículos ‘Año extraordinario’.
En 1908, fue contratado por la Universidad de Berna en Suiza, como profesor y conferenciante, dos años después nació su tercer hijo, Eduard, con cuya llegada al mundo, la familia Einstein se mudó a Praga, donde Albert obtuvo una plaza de profesor de Física teórica.
En 1913, justo antes de la Primera Guerra Mundial fue miembro de la Academia prusiana de Ciencias; vivió por 17 años en Berlín, en ese tiempo el emperador Guillermo le invitó a dirigir la sección de Física del Instituto de Física Käinser Wilhelm.
En febrero de 1929 se divorció de Mileva, meses después se casó con su prima Elsa Loewenthal, quien padecía de esquizofrenia.
En los años 20, Einstein era reconocido a nivel mundial por sus teorías, pero la más debatida fue su teoría de la relatividad, la cual era tratada por científicos en conferencias populares y textos.
Ante el ascenso del nazismo y la llegada al poder de Hitler en la década de los 30, Einstein decidió dejar Alemania en 1932, marchándose a Estados Unidos, lugar donde impartió docencia en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, agregando a su nacionalidad suiza la estadounidense, en 1940.
En Alemania se vivía un odio a los judíos, por lo que varios físicos de ideología nazi, como Johannes Stark y Philipp Lenard, intentaron desacreditar las teorías de Einstein.
Ante el panorama bélico que vivía el mundo, Einstein decidió ejercer su influencia política mandando una carta al presidente Roosevelt, para promover el proyecto atómico e impedir que los ‘enemigos de la humanidad’ lo hicieran antes.
Durante sus últimos años, el científico trabajó en un proyecto donde intentó integrar las cuatro Fuerzas Fundamentales, tarea que quedó inconclusa.
Einstein padeció una hemorragia interna causada por la ruptura de un aneurisma de la orta abdominal, el físico rechazó la cirugía diciendo: ‘Quiero irme cuando quiero. Es de mal gusto prolongar artificialmente la vida. He hecho mi parte, es hora de irse. Yo lo haré con elegancia’.
Falleció el 18 de abril de 1955, a la edad de 76 años, en el Hospital de Princeton en Nueva Jersey. Durante la autopsia, el patólogo del hospital Thomas Stoltz Harvey, extrajo sin permiso el cerebro de Einstein para conservarlo, con la esperanza de la que la neurociencia sea capaz de descubrir lo que hizo a Einstein el ser más inteligente de la historia.
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