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| domingo diciembre 22, 2024

¿Apartheid? Culpen a la Convención de Ginebra


Boycott-Israeli-apartheid

El tristemente célebre comentario de John Kerry sobre el apartheid sigue creando polémica en Israel y provocando reacciones negativas en algunos sitios sorprendentes, como la columna de Zvi Bar’el en Haaretz del pasado miércoles. Bar’el, a quien nadie puede acusar de ser un apologista de Israel (en su columna afirma que el control israelí sobre la Margen Occidental es incluso peor que el apartheid), señala que, en los casos de apartheid, el régimen legal discrimina entre los ciudadanos de un mismo país. Eso es fundamentalmente distinto de una ocupación, en cuyo caso el régimen legal discrimina entre los ciudadanos de la potencia ocupante y los no-ciudadanos ocupados. Todas las potencias ocupantes han concedido a sus ciudadanos más derechos que a los no-ciudadanos ocupados, desde los británicos en la India a los franceses en Argelia o a los norteamericanos en Irak, señala el autor; pero a ninguno de ellos se le acusó de apartheid. ¿Por qué ha de ser distinto Israel?

Pero Bar’el olvida mencionar un punto importante: la distinción legal que establecen todas las ocupaciones entre ciudadanos y no ciudadanos no es simplemente la veleidad de unos ocupantes racistas; es algo establecido por la Cuarta Convención de Ginebra.

Dicha Convención prohibe en buena parte que los ocupantes apliquen sus propias leyes a la población ocupada, y en cambio les exige mantener el sistema legal preexistente, salvo cuando los cambios sean necesarios para asegurar la seguridad del ocupante. Por ejemplo, el artículo 64 establece: “La legislación penal del territorio ocupado permanecerá en vigor”; el artículo 51 exige al ocupante que mantenga “la legislación vigente en el país ocupado relativa a las condiciones laborales”, y así sucesivamente. Una de las prácticas más discriminatorias de todas es impuesta de forma explícita por el artículo 66, que establece que si el ocupante promulga leyes para su propia seguridad en el territorio ocupado, los infractores de la misma pertenecientes a la población ocupada serán juzgados por “tribunales militares no políticos, debidamente constituidos”.

Israel nunca ha considerado oficialmente territorio ocupado a la Margen Occidental; la considera territorio en disputa, sobre el que Israel posee un derecho válido. Pero, presionado por el resto del mundo, que insiste en que es territorio ocupado, hace ya mucho que accedió a aplicar voluntariamente la mayoría de las disposiciones de la Convención de Ginebra. El irónico resultado de ello es que, en muchos casos, los palestinos de la Margen Occidental tienen menos derechos que los israelíes.

Por ejemplo, la legislación laboral israelí ofrece mayor protección que el puzzle de leyes otomanas y jordanas que estaban en vigor cuando Israel tomó la Margen Occidental en 1967. Pero el mundo considera cualquier aplicación de leyes israelíes al “territorio ocupado” un signo de anexión (véase, por ejemplo, el clamor internacional cuando Israel aplicó sus leyes a los Altos del Golán en 1981). Así pues, ante el temor a desatar protestas mundiales, Israel se ha abstenido de aplicar su legislación laboral en la Margen Occidental.

De manera análoga, las organizaciones pro-derechos humanos vituperan los juicios en tribunales militares por considerarlos inferiores a los celebrados en tribunales civiles, y no sin motivo: la mayoría de países democráticos, entre ellos Israel, tienen leyes que exigen que los civiles sean juzgados por tribunales civiles y no militares. Por eso, los civiles israelíes que cometen delitos en la Margen Occidental son juzgados por tribunales civiles israelíes, no por los militares, al igual que los civiles estadounidenses que cometieron delitos en Irak fueron juzgados en tribunales civiles norteamericanos, no en unos militares.

En resumen, precisamente todos los que insisten en que la Margen Occidental es territorio ocupado son quienes no tienen motivos para quejarse del discriminatorio sistema legal allí vigente, porque se supone que en los territorios ocupados rige la Convención de Ginebra, la cual establece dicho régimen discriminatorio. Que esa gente esté acusando ahora a Israel de apartheid por haberse plegado a sus exigencias de aplicar la Convención es una hipocresía de dimensiones verdaderamente épicas.

Commentary

http://elmed.io/apartheid-culpen-a-la-convencion-de-ginebra/

 
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