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| miércoles noviembre 20, 2024

‘Normalizadores’ con Israel sufren las consecuencias

Un profesor palestino que llevó estudiantes a Auschwitz es la última víctima de la campaña contra los que promueven la normalización con el 'enemigo'.


dajani

El despectivo apelativo «tatbia» (que se puede traducir libremente como hacer algo natural y normal) se inventó inmediatamente después de la firma del tratado de paz entre Israel y Egipto, hace 35 años. Mientras que los acuerdos se refirieron a una serie de colaboraciones con Israel con el fin de intensificar la atmósfera de paz, el «tatbia» nació para sabotearlo.

Cualquiera que fuera «atrapado» en una relación con israelíes, cualquiera que invitara visitantes de Israel a su casa, cualquiera que fuera visto junto a israelíes en la calle o en un restaurante o aceptara participar en conferencias académicas con israelíes, recibía inmediatamente el despectivo apelativo «mutabia». Una persona que insistiera, por sus propios oscuros motivos, crear la normalización con el «enemigo» israelí.

El fallecido urólogo Prof. Mahmoud Badr vino para una gira profesional de nuestros hospitales sólo después de recibir el visto bueno del palacio presidencial en El Cairo. Fue el pionero de los «normalizadores», y cuando regresó se encontró en la lista negra de los «tatbia» y fue expulsado de la Asociación Egipcia de Urología.

Fue seguido por el escritor satírico Ali Salem quien hizo una visita sorpresa a Tel Aviv, recorrió Israel durante tres semanas y, a su regreso, se sentó a escribir un libro de experiencias que se convirtió en un enorme éxito en todo el mundo árabe, pero el Sindicato de Escritores en El Cairo exigió que se disculpara por la espontánea iniciativa. Cuando insistió en negarse, fue expulsado vergonzosamente y a los medios de comunicación del país se les prohibió emplearlo.

Los castigos «tatbia» también fueron adoptados en Jordania, después de la paz. El rey tuvo que intervenir personalmente para rescatar a un periodista que dio una entrevista a los medios de comunicación de Israel después del tratado de paz y apoyar a empresarios que viajaron a firmar acuerdos y establecer fábricas conjuntas, a pesar de los adversarios de la paz.

El dúo cómico de Amman, Nabil y Hisham, recibió amenazas de muerte durante su visita a Israel. Después de su caso, la asociación de periodistas emitió advertencias y no vacila en castigar a aquellos atrapados participando en el «tatbia».

El absurdo llegó a un nuevo nivel cuando, durante una cumbre, en un ambiente de reconciliación entre el primer ministro israelí, el presidente egipcio y el rey de Jordania, se decidió transmitir mensajes positivos a través de entrevistas con los medios de comunicación. El entonces presidente de Egipto, Hosni Mubarak, concedió una entrevista al diario Yedioth Ahronoth, y el primer ministro Ariel Sharon concedió una entrevista a Al-Ahram. Cuando el entrevistador volvió a El Cairo con la grabación, primero fue convocado a un «juicio a miembros» en el sindicato de periodistas, que amenazó con expulsarlo si no pedía disculpas por su «error».

El «tatbia» es un gran no-no también en Marruecos, y un diplomático israelí fue pasado de contrabando a través de una ventana trasera en medio de una conferencia internacional por temor a ser asesinado.

Un acalorado debate está teniendo lugar estos días en el gobierno tunecino: Ministros están amenazando con expulsar a sus colegas – los ministros que dijeron que están a favor del ingreso de visitantes con pasaportes israelíes con el fin de aumentar los ingresos del país procedentes del turismo. La excusa, como siempre, es que hasta que se establezca un estado palestino, el «tatbia» con el «enemigo» está prohibido.

El Prof. Mohammed Dajani de la Universidad Palestina Al-Quds es la última víctima. El mes pasado, llevó 27 estudiantes a visitar los campos de concentración nazis en Polonia. Escribió acerca de la gira con mucho entusiasmo, publicó fotos de Auschwitz y prometió que si conseguía más financiación llevaría allí otros grupos de palestinos: Estudiantes de secundaria, mujeres líderes, intelectuales y periodistas. Lo llamó un «viaje de estudios», insistiendo en que los palestinos deben ver el precio del horror nazi con sus propios ojos.

La semana pasada, Dajani fue golpeado con una ola de negras sorpresas. Los medios de comunicación palestinos lo llaman un «traidor» y «colaborador», la asociación de profesores anunció que lo estaba expulsando a causa de la «tatbia», y un grupo de estudiantes irrumpió en la oficina del profesor, rompió cosas, espantó a la secretaria y dejó cartas amenazando a Dajani que ni siquiera pensara en volver al campus.

El Presidente Palestino, Mahmoud Abbas, quien condenó el Holocausto en un discurso en Ramallah, no vino a su rescate.

 

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4520270,00.html

 

 
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