Koraj induce a un motín desafiando el liderazgo de Moshe y la entrega de la Kehuná (sacerdocio) a Aharón. Se suman al motín dos enemigos de Moshe, Datán y Avirám, y 250 miembros distinguidos de la comunidad, que ofrecen el santo ketoret (incienso) para probar que son meritorios del sacerdocio. La tierra se abre y traga a los rebeldes, mientras un fuego consume las ofrendas de ketoret.
Una subsiguiente plaga es frenada por la ofrenda de ketoret de Aharón. Su vara milagrosamente florece con almendras para probar que su designación como Sumo Sacerdote es de origen Divina.
Di-s indica las leyes de trumá (ofrendas) de cada cosecha de grano, vino y aceite de oliva, todos los primogénitos del ganado ovino y vacuno, junto a otras dádivas específicas entregadas a los Kohaním.
ENTRE EL ANHELO Y LA ACCION
Y Moshé dijo a Koraj: “¡Oíd, os lo suplico hijos de Levi! ¿No os basta que Di-s os haya apartado para poneros a Su servicio, que también buscáis el sacerdocio?” Números 16:1-10
Moshé les dijo: “Entre las religiones del mundo hay diferentes costumbres, y ellos no se reúnen en el mismo lugar d e culto. Nosotros tenemos un solo Di-s, una Torá, una ley, un Cohen Gadol y un Santuario ¡¿Y vosotros, doscientos cincuenta hombres, deseáis el Sumo Sacerdocio?! También yo lo deseo…” Midrash Tanjumá, Koraj 5
Moshé era la esencia de la verdad. Cuando le dijo a Koraj, quien cuestionaba a Aarón como Sumo Sacerdote, que él también deseaba el cargo, no era una simple frase retórica. Moshé en realidad deseaba el cargo de Cohen Gadol. Entonces, ¿cómo no era culpable del mismo pecado de Koraj y no era castigado como éste y sus 250 acompañantes? ¿Cuál es la diferencia? Moshé DESEABA ser Cohen Gadol mientras que Koraj y compañía quisieron APROPIARSE del cargo. Moshé anhelaba una unión más cercana con el Creador, en tanto que los rebeldes quisieron concretar ese anhelo a través del encendido del incienso, algo prohibido para un no-cohen.
Ya los hijos de Aarón, Nadav y Avihú habían muerto por el mismo motivo, pero esto no detuvo a los rebeldes. Era tanto su anhelo de unirse a Di-s y aunque fuera por un instante ser Cohanim Guedolim, que estaban dispuestos a dar sus vidas por ello.
Por esto la perashá lleva el nombre de Koraj, un pecador impenitente. Pues si bien sus actos fueron pecaminosos, su motivación era meritoria.
De aquí aprendemos que a pesar que nuestras ambiciones pueden ser las más excelsas, no debemos actuar en contra de la voluntad de Di-s. Pero al mismo tiempo, debemos anhelar los ideales más supremos, aun aquellos que en realidad tenemos prohibido alcanzar.
No debemos sentirnos satisfechos con nuestro estado espiritual actual, aunque el Creador lo haya impuesto sobre nosotros.
Cuando llegue el Mashíaj será posible comprender y captar cosas que hoy requieren de fe. En esos días la fe se concentrará en temas mucho más excelsos, acerca de los cuales hoy no tenemos percepción, ni siquiera a través de la fe.
Dos Mujeres
Por Tali Loewenthal
En la lectura de la Torá de esta semana se relata la dramática historia de un serio desafío al liderazgo de Moisés. Koraj, primo hermano de Moisés, provocó una rebelión contra Moisés y Aarón, con el deseo de reemplazar a Aarón como Sumo Sacerdote. Koraj era realmente un hombre muy instruido, y un miembro de la respetada tribu de Levi. ¿Qué es lo que lo llevó a tan absurdo desafío a Moisés?
Koraj tuvo numerosos seguidores, uno de los cuales se llamaba On hijo de Pelet. En el último momento se apartó de la disputa y por lo tanto se salvó de la terrible suerte de Koraj y sus partidarios. ¿Qué lo salvó?
De acuerdo con los Sabios, en ambos casos hubo una mujer detrás de la escena que fue responsable de la suerte de su esposo.
La esposa de Koraj era ambiciosa y dotada políticamente. Ella estaba resentida por el hecho de que su esposo, innegablemente un hombre de gran sabiduría y talento, hubiera sido pasado por alto. Señaló a su esposo que Moisés había elegido para él y su hermano Aarón «trabajos dulces». Koraj también había sido dejado de lado con respecto a otros papeles de liderazgo. Su profundo resentimiento fue transmitido a su esposo. Se convirtió en Líder de una rebelión que terminó desastrosamente para él y sus seguidores, como es descripto en nuestra Perashá.
¿Y qué pasó con On hijo de Pelet? Comenzó como seguidor de Koraj, pero su esposa pudo ver que era el camino equivocado. El Midrash nos dice que ella estaba decidida a evitar que él se uniera al grupo de Koraj. Discutió con su esposo, y lo convenció que no ganaría nada con la rebelión. También tuvo éxito en evitar que los otros líderes de la rebelión obligaran a su esposo a unirse a ellos. Salvó a su esposo y a toda la familia de la destrucción.
Esto nos muestra una dimensión de la femineidad: su poder de persuasión. La historia de Adán y Eva y muchos otros incidentes en la Torá reiteran este tema.
En una sociedad abierta como la nuestra, en la que la gente tiene que ser convencida acerca del camino correcto en lugar de que se le den instrucciones acerca del mismo, este poder se hace particularmente importante. Representa un enfoque diferente de la vida del que predominó en la mayoría de las épocas de la historia. Como tal es muy relevante tanto para los hombres como para las mujeres. En lugar de afirmación de la autoridad, amable persuasión.
Otro aspecto de la femineidad es aun más profundo. Es su habilidad para ver a través de las falsas apariencias y descubrir el camino que es verdadero y bueno. Este es otro tema, expresado en las historias de la Torá acerca de Sara, Miriam, y muchas otras mujeres. Los Sabios nos dicen con respecto a la generación de judíos que eran esclavos en Egipto que mientras los hombres habían caído en una abyecta desesperación que sólo podía llevar a la destrucción, las mujeres tenían esperanza y fe y por lo tanto tuvieron éxito en preservar la existencia del pueblo judío. En mérito a ellas los judíos fueron redimidos.
¿Por qué las mujeres tienen esa sensibilidad extra? «Una medida extra de comprensión fue dada a la mujer» dice el Talmud. Es un don Divino. Las mujeres también tienen un poder espiritual especial. El Lubavitcher Rebe ha dicho repetidamente que, como en la época del Éxodo de Egipto, a través del mérito de las mujeres judías de hoy el Mesías vendrá. ¡Esta es la dimensión final de la femineidad! (www.es.chabad.org)
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