Estimados lectores:
Como no estoy en la televisión pública hago pública a través de Internet cosas que no se dicen para equilibrar o rebatir el poder de los medios de comunicación que maneja el gobierno.
Basta con andar temprano por todos lados para que te ofrezcan gratuitamente ”El Argentino”, en el que se refleja que vivimos una etapa maravillosa del país, o basta con mirar 6,7,8 para saber que todo es según el cristal con que se mira o mejor dicho te hacen mirar.
Es que la gente que trabaja para comer no es la misma gente que edita y publica lo que los vuelve millonarios porque están alineados con el gobierno.
Y basta también con sintonizar a Víctor Hugo Morales, un desperdicio de ex inteligencia y cultura al servicio de la obsecuencia.
En términos generales lo que sucede es que se repite la fórmula que la microsociedad actúa como reflejo de la macrosociedad.
Si la Presidenta de la Nación usa la cadena nacional de radiodifusión para delatar a los enemigos, les pone nombre y apellido o señala en forma directa o a través de los “Moreno” para intimidarlos; si no se hace cargo de su vicepresidente procesado con quien comparte el poder; si no habla públicamente para aclarar esta grave situación, en este laberinto de mentiras ¿qué se puede esperar de sus fieles seguidores?
El ejemplo es el periodista Pedro Brieger que actúa como eslabón de esa cadena que demoniza al Estado de Israel pero armoniza a Iran acusado de matar a 85 argentinos con el cual tenemos una foto de nuestros dos cancilleres sonriendo.
Primero que todo, este ex niño criado como judío no tiene reparo de usar las mismas técnicas que su gobernanta y demostrar que acusar es el mejor método populista para llegar al público consumista de la propaganda estatal y convertirlo en su aliado quien se nutrió siempre de la propaganda facilista y repetitiva hasta transformarse en pegadiza.
El odio, es un instrumento muy poderoso para despertar venganza y bronca entre la gente que depende de las dádivas partidistas para sobrevivir. Movilizó siempre a las masas a las que manteniéndolas en la ignorancia le es sencillo venderle ese producto empaquetado y vacío de contenido que ha llenado muchas Plazas de Mayo en nuestra historia. Algunas de las cuales nos avergonzamos.
Pedro Brieger se hizo muy famoso en estos días al justificar el asesinato de tres civiles adolescentes con una frialdad que congela el alma. Irrumpe con sus opiniones solo antiisraelíes ya que es parte del modelo que mantiene a D´Elía como ladero de la política reinante y a algunas Madres de Plaza de Mayo que certifican casas que no construyen y que profieren que los culpables son los capitalistas a ultranza.
Es en ese encolumnamiento que Pedro Brieger como empleado del Estado es otro obsecuente más que prefiere el lugar que le da su partidismo más que su origen y los valores en los que fue criado. En los “campos” este tipo de personajes tenían su nombre propio.
A su análisis le faltó la música de fondo de Wagner y la dirección de orquesta dirigida por Daniel Barenboim, quien creyó que estando del lado de los palestinos le iban a hacer un monumento en vida.
Pedro olvida siempre nombrar que Israel instaló la cúpula de hierro que protege a sus ciudadanos de los cohetes. Pedro olvida siempre nombrar que Israel instaló la cúpula de hierro que protege a sus ciudadanos de los que caen sobre su población civil como blanco permanente para protegerse de los que como a él atacan a los que consideran sus enemigos.
Y subestima a tantos independientes que formamos cada día una cúpula intelectual más permeable pero no menos noble para combatir desde donde podemos a los Goebbels de turno encarnados en los Brieger de siempre.
Desde la tv publica la moneda de cambio para obtener un micrófono es el alineamiento y la obsecuencia.
Muy tibio este comentario, muchas palabritas suaves, y muchos rodeos A Brieger para decirle la cosas que merece