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| sábado noviembre 16, 2024

Antisionismo, claves para distinguir al antisemita actual


antisemitismo

El conflicto de Oriente Medio ha vuelto a sacar a relucir los prejuicios judeófobos que tan extendidos están en algunas sociedades occidentales —a pesar de que en España apenas haya judíos, este país no es una excepción, sino más bien uno de los casos más fuertes—. Sin duda alguna, en ello tiene mucho que ver la actitud de muchos profesionales de los medios de comunicación, profesores de universidad, miembros del autoproclamado «mundo de la cultura» y determinados dirigentes políticos. Como ya explicamos en otras ocasiones, el antisemitismo es un odio que además de responder a un profundo rechazo a la libertad tiene la característica de ser elitista.

Todos estos antisemitas que tienen la capacidad de expresarse en público, y en muchos de los que lo hacen en privado por no disponer de altavoces mediáticos o académicos, suelen negar que son antisemitas. Se justifican diciendo que son «antisionistas», ocultando que el denominado «antisionismo» es la más moderna y políticamente correcta forma de antisemitismo. Ante esto, y puesto que la crítica al Gobierno de Israel o algunas de sus políticas es sin duda legítima, se hace necesario saber distinguir dicha crítica legítima (que puede ser acertada o no) de la judeofobia.

En algunos casos resulta evidente que estamos ante un antisemitismo sin disimulo alguno. Ocurre, por ejemplo, cuando se llama al boicot de «productos judíos» y se ofrece un listado de comercios de lo más variopinto, incluyendo algunos que no tienen entre sus principales accionistas a nadie que profese la religión de Moisés.

En otros casos, sin embargo, no resulta tan sencillo diferenciar. Suele decirse que el mejor modo de determinar cuándo se trata de antisemitismo es el doble rasero. Así, por ejemplo, si se niega la legitimidad de Israel para existir como Estado pero no la de otros países, es judeofobia. Lo mismo se puede decir si se montan todo tipo de acciones de protesta contra la intervención en Gaza mientras se guarda silencio ante las masacres en Siria o el verdadero genocidio de cristianos a manos de los integristas islámicos en Irak. El problema de esta técnica es que, funcionando en muchas ocasiones, nos topamos con que también se emplea el doble rasero con otros países o cualquier otro que genera antipatía por parte de alguien. Entonces necesitamos un método con menos excepciones. Y para eso nada mejor que mirar al pasado.

El antisionismo es la tercera forma histórica de la judeofobia europea (y, por extensión, occidental). Por lo tanto, lo mejor es mirar qué tiene en común con las anteriores expresiones de ese tipo de odio: el antijudaísmo religioso de raíz cristiano (en el caso católico superado oficialmente, aunque queden reaccionarios que no se han enterado, por la declaración conciliar Nostra Aetate, de 1965), mayoritario hasta bien entrado el siglo XIX y con fuerza incluso en el siglo XX, y el antisemitismo racial de los siglos XIX y XX, muy vinculado además a los nacionalismos y que llegó a su apogeo con el nazismo alemán. En contra de lo que pudiera parecer a primera vista, hay una continuidad entre las acusaciones que se lanzan contra los judíos desde esos tres tipos de judeofobia. Y es ahí donde puede radicar la clave que buscamos.

Una de las acusaciones históricas tradicionales de los antisemitas contra los judíos es la de ser un «cuerpo extraño», y por ende dañino, en la que debía de ser una comunidad armoniosa. Así, en la primera etapa eran negadores de Cristo en sociedades cristianas, en la segunda fase eran percibidos como un grupo ajeno a la raza propia de la nación (da igual que fuera la alemana, la francesa, la española o cualquier otra) y para el antisionismo es un Estado artificial inserto en el mundo árabe o islámico por las fuerzas coloniales.

Vinculado con la anterior está la más dura de las acusaciones, la de cometer el peor crimen que la mente humana pueda llegar a concebir. Durante siglos fue el deicidio, en sociedades muy influidas por la religión nada podía ser más grave que asesinar al mismísimo Dios hecho hombre. De ahí se pasó, en un mundo dominado por los sentimientos racistas y nacionalistas, a la acusación de ser traidores a la patria. Así surgió el Caso Dreyfus, al ser acusado dicho oficial francés de religión judía de espiar para Alemania. O en el caso germano, los nazis acusaban a los hebreos de la famosa e inexistente «puñalada» por la espalda que explicaría la derrota en la I Guerra Mundial.

Para las mentes contemporáneas, el peor crimen imaginable es el genocidio. Y de eso se acusa de forma constante a Israel, sin que los acusadores se paren a pensar en que ningún pueblo que sufre un genocidio gana constantemente población, que es lo que ocurre con los palestinos. Se llega al extremo de perversión al comparar a Israel o «los judíos» con los nazis y sostener que cometen un Holocausto igual al cometido contra el Pueblo de Israel. Este último es un genocidio que, sin ser el mayor en términos numéricos (el ucraniano a manos de la URSS o el ocurrido en la China de Mao son peores cuantitativamente), tiene unas características únicas que hacen que para muchos represente el grado máximo de maldad y que, al menos, hacen de él algo históricamente único.

Vinculado a la acusación de cometer el peor crimen posible, no faltaba en el caso nacionalsocialista la acusación de contaminar la pureza racial alemana. Esto es similar a cuando el antijudaísmo cristiano reprochaba al hebreo tratar de alejar a los buenos católicos de la fe en Cristo o cuando el antisionista acusa a Israel o los judíos de comprar voluntades de políticos o creadores de opinión. Esta, la perversión de los no judíos, sería la tercera acusación que nos permite detectar judeofobia.

Una cuarta, también recurrente de forma histórica, es la de manipular en beneficio propio a los gobiernos y los creadores de opinión de todo el mundo. Dicho de otra manera, se reprocha al conjunto de los judíos ser un poder oculto que trata de dominar el mundo y machaca sin piedad a quienes se oponen a sus designios. No era raro que en la Edad Media hubiera clérigos que acusaran reyes y nobles, incluso a obispos o cardenales, de estar manejados por los judíos. En los siglos XIX y XX la acusación se repite, y llega a articularse de una forma muy elaborada en Los protocolos de los sabios de Sión, una obra creada por los servicios secretos zaristas en 1902 a los que algunos todavía dan credibilidad.

En la actualidad no faltan quienes sostienen que Estados Unidos está al servicio de Israel, o que la industria del cine y los grandes medios de comunicación de todos los países están controlados por judíos —a pesar de que resulta imposible encontrar, por ejemplo, un director de periódico o un empresario de comunicación hebreo en España— y responden a los intereses de ese supuesto «lobby». Por supuesto, se sostiene que todas las grandes empresas y los grandes bancos están en manos de judíos. Si para eso hay que hebraizar a los gentiles Amancio Ortega o Emilio Botín, se hace sin problema alguno.

No vamos a decir que todos los que hagan alguna de las acusaciones contra Israel indicadas a lo largo de este artículo sean necesariamente antisemitas —puede tratarse de un mero desconocimiento que facilita la intoxicación—, pero sí están ayudando a extender el odio antijudío. Otros, sobre todo quienes se escudan en el clásico «lo que soy es antisionista», sí son abiertamente judeófobos aunque no quieran reconocerlo abiertamente.

La crítica a un Gobierno, el de Israel o cualquier otro, es algo positivo, pero no la difusión de un odio tan profundamente dañino y contrario a la libertad como la judeofobia. Es bueno tenerlo en cuenta a la hora de analizar la actualidad

 
Comentarios

El repaso pormenorizado que aqui se hace, acerca del origen y las formas adoptadas por el antisemitismo, deja escaso margen a la hora de añadir algo que pueda resultar novedoso o complementario, en relacion a esta cuestion … Lo cierto es que tan ruin «sentimiento» párte de un prejuicio secular del cual se alimenta y justifica …
Inutil pues resultariá a mi juicio, procurar averiguar las «causas profundas» que lo provocan o fagocitan, al no representar todas ellas mas que un compéndio de falsedades, estígmas y elucubraciones varias, a cuales mas desatinadas …
La envidia que sucita en el seno de una sociedad homogenea, la aparicion de un colectivo singular, deriva posteriormente en recelo y rechazo, hasta convertirse en franca hostilidad, ésa podriá ser en su origen, una de las «razones» que expliquen un fenómeno de esta magnitud y perdurabilidad … nada desde luego, que pueda asociarse con la razon púra, el analisis objetivo de las cosas, el respeto por la pluralidad de los individuos, o los valores éticos y morales que deberian distinguir a toda sociedad democráctica …

aunque todo el mundo este en contra de Israel ,Dios seguirá al lado de Israel pro la eternidad ,oro por la paz de jerusalen,que el altísimo bendiga y guarde a israel

¿Soy antisemita por parecerme una monstruosidad que se bombardeen escuelas de la ONU llena de niños?
Paradójicamente a Nelson Mandela lo condenaron por «incitar el odio racial» Es curioso que los propios racistas usan el argumento del racismo para acabar con sus críticos, es lo que hace Israel.
No entiendo como se puede luchar contra el terrorismo bombardeando escuelas y asesinando niños. Que en Ucrania, Siria o Iraq se asesinen a más personas que en Palestina no exonera a Israel de sus crímenes.
Yo SI estoy en contra de la política del Estado de Israel, de los bombardeos y los crímenes de ese estado. Considero que es una evidente política racista y de exterminio, porque matar a niños, mujeres y hombres civiles en edad fértil no es más que eso. No ha sido un «daño colateral», no ha sido un bombardeo accidental de un colegio. Han sido muchos durante varios días.
Me sorprende que en este artículo se diga que no es exterminio o genocidio porque la población palestina crece. ¿Será eso lo que molesta a Israel y lo que se pretenda evitar con los bombardeos es que los palestinos se reproduzcan?
Si, estoy en contra de la política de Israel y no es por razones de raza, cultura o religión. Estoy en contra porque considero que es una política genocida que pretende el exterminio del pueblo palestino.

Para hacer afirmaciones del calibre de las que vierte «Armando» es preciso previamente disponer de todo los dátos, y no solo de la «informacion» maniquea, parcial y tendenciosa que nos brindan habitualmente los médios occidentales, atendiendo a sus particulares hipotécas ideológicas , a sus filias o fóbias …
afirmar como él lo hace, que Israel persigue asesinar niños y exterminar a la poblacion palestina, releva en el mejor de los casos, de la ignorancia, y en el peor, de la mala fé … pues ¿que gana Israel con la pérdida de civiles palestinos? ¿acaso no fueron éstos avisados previamente, del bombardeo que Israel se aprestaba a llevar cabo sobre objetivos militares? …¿tiene Israel la culpa, de que éstos últimos se hayaran ubicados en viviendas ocupadas por civiles, en escuelas y hospitales … por qué no inculpar a quienes alli las situaron con malevola intencion? … critica a Israel, no supone de cierto ser antisemita, sin embargo, les hariá la siguiente pregunta a los que asi lo hacen; ¿Aceptan ustedes la existencia del Estado de Israel? «SI» o «NO» … con esto me basta …
Todas las guerras que ha venido librando Israel desde su declaracion de independencia hasta hoy, han sido de carater defensivo, tanto contra ejércitos (Sirio, Jordano, Egípcio y otros) como contra terroristas fuertemente armados (Hamas y Hizbuláh entre otros) que pretendian «echar los judios al mar» o finiquitar la «obra» inconclusa llevada a cabo por los nazis …
Quiero pensar, que el lanzamiento de cohetes sobre civiles israelies ( niños y gente indefensa) no preocupa mayormente a cuantos «Armandos» señalan como genocida al democrático Estado de Israel …
como tampoco el exterminio de cristianos en Irak y otros muchos lugares, a manos del yihadismo sanguinario y expansionista del que participa activamente quienes pretenden destruir Israel …
esta suerte de «indignacion» popular manifestada solo en ciertos casos (a tiempo parcial) me parece como poco hipócrita, cuando se nutre de la demagógia y se afirma en el prejuicio, sea este antisemita o de cualquier otro género …
La sociedad israeli es diversa plural, y en ella son considerados ciudadanos, todos cuantos participan de su desarrollo, sin atender a origenes ni confesiones ¿podriamos afirmar lo mismo de cualquiera de sus vecinos árabes? … la respuesta a esta pregunta, por óbvia no precisa creo yo comentario alguno …

Impecable contestación para el comentario de Armando. Solo faltaría agregar (y esto es para Armando) que lo que él denomina «monstruosidad por los bombardeos a niños y civiles» la realidad demuestra que la monstruosidad es de Hamas que es capaz de poner a su propio pueblo en los lugares donde hay objetivos a destruir como lanzaderas de misiles, armas, bombas, etc. para que Israel se vea obligado a atacar esos objetivos junto con los palestinos. Y también le digo a Armando que se está «olvidando» de mencionar la red de túneles que Hamas construyó utilizando a su propia gente en su afán de atacar de forma traicionera al territorio israelí en ocasión del próximo Año Nuevo judío.

Victor Alonso

Creo profundamente en el derecho a la existencia del estado de Israel.
Creo profundamente en su derecho a defenderse.
¿Significa eso que yo considere valida la forma en que Israel esta bombardeando Gaza?, Eso nunca.
Nunca considerare valido estrangular una economía como lo esta haciendo Israel con Palestina.
Nunca considerare la justificación de matar decenas de civiles para matar un solo combatiente.
En definitiva, nunca considerare valida la utilización de métodos Fascistas para combatir al terrorismo.
¿Señores, por qué justifican como validos los mismos métodos que en el pasado se utilizo contra ustedes?, ¿acaso no es eso una actuación hipócrita?.
El terrorismo es terrorismo sea quien sea el que lo practique, y sea cual sea su justificación.

Un grupo terrorista ataca a un pais democrático,bombardeando su poblacion civil, y éste haciendo uso del derecho que le asiste, se defiende repeliendo la agresion de la que es victima … ¿Donde se situa la «equiparacion» entre ámbos? …¿Que ótra alternativa sugiere usted, mas allá de jugar con las palabras? …Ninguna vileza mayor a mi juicio, que comparar lo incomparable, o acusar sin previamente analizar y contextualizar …
Dice creer «profundamente» en el derecho a la existencia del Estado de Israel, algo que no comparten en modo alguno quienes desde Gaza se obcecan en agredirle sistematicamente , con el fin de debilitarlo y obligarlo a reaccionar, para posteriormente poder condenárlo como usted lo hace …
Creo sinceramente que carece de informacion, en identica medida tal vez, que le sobra «manipulacion»
me atrevo a pensar que óbra usted por deconocimiento, lo contrario seriá penoso, y requeririá por su parte, un ejercicio de introspeccion que le llevara a replantearse a fondo de los motivos que le impulsan a «argumentar» de forma tan parcial y si me permite demagógica …
Le recomiendo que lea los informes hechos públicos por el Coronel británico Kemp, en los que se hace estado del escrúpulo manifestado en todo momento por el ejercicito israeli, durante su intervencion en Gaza, tendente a preservar la integridad de los civiles, a los cuales se avisó previa y reiteradamente acerca de la imperiosa necesidad de abandonar sus hogares, por constituir estos objetivos militares, tras haber sido detectados en ellos, lanzaderas de misiles, y depósitos de armamento …
Asociar por ultimo el exterminio de 6 millones de seres indefensos, con la cifra de victimas civiles producidas en Gaza tras los bombardeos, releva de la miséria moral mas absoluta, o de una preocupante «disfunccion»de carater intelectual … le compete a usted la opcion de determinarlo …

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