El nombramiento, por parte del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, de una comisión especial para investigar las acciones de Israel durante la última guerra en la Franja de Gaza, parece confirmar el escepticismo que esa organización despierta en muchas personas de América del Norte y Europa.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU reemplazó, en 2006, a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Desafortunadamente, el cambio de nombre no fue seguido por un cambio de actitud.
Sin lugar a dudas, la obsesiva concentración en Israel, en detrimento de muchos otros países donde los derechos humanos son flagrantemente violados, no es de competencia exclusiva de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. La ONU, en general, tiende a dedicar más tiempo a Israel que a cualquier otro país; tanto es así que uno se pregunta qué haría la ONU, con tanto tiempo libre que le quedaría, si Israel no existiera.
El nombramiento de la comisión especial sobre la guerra de Gaza es particularmente extraño.
Para empezar, hay una clara presunción de que sólo las acciones de Israel deben ser investigadas.
Asimismo, presume que Israel ha violado el derecho internacional humanitario, antes incluso de que la comisión haya empezado a trabajar.
Además, la persona designada para dirigir la comisión es el profesor William Schabas, cuyos antecedentes son particularmente hostiles a Israel. Para darse cuenta de eso, basta con observar sus declaraciones sobre Israel y sus líderes. Incluso la noción de ostensible imparcialidad está claramente ausente en su caso. Seamos claros: el profesor Schabas no es crítico de Israel. Es totalmente parcial en su contra.
Más allá de eso, se le cita como habiendo dicho que los llamamientos de Irán a destruir a Israel son meras «opiniones políticas» y no «un llamamiento al genocidio». Siempre he pensado que llamar a la destrucción de un estado soberano, que es miembro de las Naciones Unidas, es algo que va más allá de «opiniones políticas». Realmente, uno se pregunta por qué un experto en derecho internacional no puede encontrar un término jurídico adecuado para definir un llamamiento a la destrucción de Israel, incluso si considera que la palabra «genocidio» es inapropiada.
Además de eso, el Profesor Schabas parece tener problemas para conectar una opinión legal con los hechos históricos. El 12 de agosto, cuando se le preguntó en la TV israelí (Canal 10) por qué pidió que se llevara a Benjamin Netanyahu ante la justicia en la Corte Penal Internacional, respondió que su comentario se adelantó en relación con la Comisión Goldstone. Su observación, subrayó, debe ser vista en el contexto de esa Comisión. La Comisión Goldstone fue creada, tras la Operación Plomo Fundido en 2008, para investigar las acciones de Israel en Gaza. El problema con su observación, sin embargo, es que Netanyahu era entonces el jefe de la oposición, y su nombre ni siquiera se mencionó en la Comisión Goldstone.
Por lo tanto, nombrar a una persona que es claramente parcial en contra de Israel, que cree que un llamamiento a destruir a un estado soberano debe considerarse únicamente como «opiniones políticas» y que justifica su opinión jurídica para llevar a un líder político israelí a la justicia basado en hechos erróneos, si no en su fértil imaginación, es incomprensible.
El legendario ministro de Relaciones Exteriores de Israel, el fallecido Abba Eban, dijo una vez que si países hostiles a Israel presentaran una resolución ante la ONU, estipulando que la Tierra es plana, sólo una minoría de países se opondría a ella.
El Derecho Internacional es demasiado importante para dejarlo en manos de instituciones que lo convierten en una farsa. Si el derecho internacional ha de ser tomado en serio, debe ser formulado, interpretado y aplicado seriamente. La ONU está comprometida en varias empresas loables. Sin embargo, la ONU, y en particular el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, corren el riesgo de trivializar el derecho internacional. Eso sería aún peor que no tener un marco jurídico dentro del cual se gestionen las relaciones internacionales.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
los palestinos nunca han querido dos estados .solo quiere arrojar a los judios al mar . si palestina tuviera el estatus de estado nacional independiente tendria que ser autosuficiente , dejar de depender de la ayuda internacional , y se acabo el negocio . para eso tendrian que trabajar y mantenerse ellos . han visto ustedes alguna vez a un palestino trabajador ………, pue eso