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| sábado noviembre 23, 2024

De Una Uruguaya Judía, A Los Refugiados Sirios


Cuando estas líneas estén impresas, ustedes, 42 ciudadanos sirios, el primer grupo que llegará a nuestro país, estarán por arribar a Uruguay. Con temores, seguramente, por lo nuevo y desconocido. Con expectativa, por el deseo de comenzar de nuevo y la esperanza que les vaya bien. Con dolores acumulados, por lo que se vive en vuestro país desde hace ya tres años y medio, sumado a la vida bajo opresión y falta de libertad que siempre han tenido.

Lo primero que amerita decir ahora, es «Bienvenidos». Son ustedes afortunados. Aún antes de saber cómo se sentirán en lo personal en Uruguay, cómo cada uno se arreglará en su trabajo y en la vivienda que los aloje-primero en los Hermanos Maristas y luego seguramente en algo menos «institucional»- ya podemos asegurar que son muy afortunados.

Lo afirmamos sin olvidar que han tenido que dejar la tierra en la que nacieron, en condiciones trágicas. Lo afirmamos sin dudar ni un segundo, porque tras huir de una guerra en la que sirios mataron a sirios sin reparos- corolario de una vida bajo el ojo estricto de las autoridades , que no es por su ciudadanía que velaron nunca- llegan a una tierra bendita que les abre las puertas simplemente para ayudarlos.

Aquí nadie los atacará por pertenecer a tal o cual comunidad, nadie les torturará ni amenazará con matar si dicen lo que piensan. Hay otros problemas, claro, algunos nada sencillos…y es sobre ellos, entre otras cosas, que candidatos a la Presidencia de la República debaten desde hace meses y seguirán haciéndolo por varias semanas más, en una elección libre y auténtica, algo que ustedes jamás han tenido.

Apuestan por una nueva vida, dijo Javier Miranda, Director de Derechos Humanos del Ministerio de Educación, a quien ustedes por cierto ya habrán conocido en Líbano, adonde han tenido que trasladarse por la penosa situación que se vive en vuestro país. Y Uruguay les da la oportunidad de intentar abrirse camino hacia esa nueva vida, que ojalá sea de dicha y desarrollo.

Uruguay abrió las puertas también a mis abuelos que salieron de la Polonia plagada de antisemitismo y penurias aún antes de convertirse en territorio conquistado por los nazis, mucho antes del Holocausto…aunque no sé cuánto sabrán ustedes del Holocausto, porque vuestro gobierno, como lamentablemente varios gobiernos más en el mundo árabe, no lo enseña ni tampoco lo confirma, alegando que es una patraña de los judíos.

Ustedes llegan ahora en avión..De hecho, en el momento en que escribo estas líneas, me consta que vuestro vuelo ya se halla en camino a Uruguay. Años atrás, todos llegaban al puerto de Montevideo. Es que los uruguayos todos, en algún momento, bajaron de los barcos..Toda la ciudadanía que hoy los recibe a través de sus representantes, es descendiente de inmigrantes de alguna parte del mundo: italianos, españoles, sirios, turcos, judíos de diferentes procedencias…todos conformaron el Uruguay de hoy. Todos aportaron a construirlo y desarrollarlo.

Ustedes serán seguramente por mucho tiempo «los sirios» o «los árabes»…vaya uno a saber…quizás dentro de unos años o pocas décadas, nadie pueda distinguir entre vuestros nietos y los de los judíos e italianos y españoles..todos, uruguayos.

Conocí meses atrás a varios compatriotas de todos ustedes, en la frontera entre Siria y Turquía. Llegaban agotados, cruzando campos y montes, con paquetes a cuestas y niños de ojos temerosos, huyendo del horror. Los vi en Reyanil, en Antakia….con temor y esperanzas..Todos hablaban de volver algún día a Siria, cuando todo cambie. En los meses transcurridos desde ese viaje, todo empeoró más aún en vuestro país.

No podemos saber si ustedes quisieran volver si todo mejora o si prefieren desconectarse definitivamente de Siria..Seguramente, parte de vuestro corazón siempre seguirá allí, como es lógico, como me ocurre a mí que hace muchos años vivo en Jerusalem, y al mismo tiempo sigo estando también en Uruguay, como si nunca me hubiera ido.

Les mencioné Jerusalem…capital de Israel…que probablemente para ustedes haya sido presentado siempre como el enemigo del sur. Conocí recientemente a más de un ciudadano sirio en hospitales israelíes, recibiendo atención para sus hijos, algunos por problemas serios de salud, «de rutina», y otros, habiendo llegado heridos de la guerra. Veían que eran tratados por el «enemigo» como seres humanos, con respeto y dignidad…lo que ustedes merecerían también en vuestro propio país.

Pero volvamos a Uruguay…que hoy les da una oportunidad.
Tienen suerte, no hay duda. Llegan a un país donde no todo es fácil, donde hay problemas que antes no existían pero también soluciones que no siempre se conseguían…pero un país de espíritu democrático y amor por la libertad.
Es una tierra bendita que hoy les abre los brazos.
Bienvenidos.

 
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