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| lunes diciembre 23, 2024

Operación «Peñon firme»: Estrategía y Resultados


Según el nombre en hebreo, la Operación se llamó «Peñón Firme», pero en inglés se la llamó «Operation Protective Edge», y en español «Operación Margen Protector».

El nombre que le dio Hamás fue «El grano consumido», palabras finales de la sura 105 «El Elefante» capítulo del Corán relacionado con el fracaso de los grandes ejércitos de la historia. El J´ihad islámico utilizó otras palabras del Corán, «Frente Unido». Los medios de comunicación titularon «Conflicto Israel-Gaza», «La Guerra del Sur», «La guerra de los 50 días».

Pero muchos la recordaremos por las decenas de miles de personas que dejaron sus casas, interrumpieron sus ocupaciones, y que sin conocerlos personalmente ni siquiera saber sus nombres, acompañaron a su última morada a los soldados muertos denominados «solos», sin familia en Israel, lamentando las vidas que se sacrificaron por nosotros sin permitir que la despedida sea solitaria . ¿Es esto lo que hace invencible a este Pueblo?

A tan solo un mes de interrumpida / concluida la reciente operación militar que se prolongó por 50 días (8.7 – 26.8), los círculos habituales de expresión de la opinión pública están a pleno vapor. Apenas iniciada la operación, una larga lista de estrategas amateurs, políticos desubicados, académicos aburridos, periodistas desorientados y expertos circunstanciales, vertieron – en paneles promedio de 4 participantes – durante unas 15 horas diarias, su sabiduría y entendimiento por los tres canales israelíes de televisión – en suma, unos 9,000 comentarios improvisados que reemplazaron los programas habituales. La preocupación era muy intensa, la desorientación fue la tónica, la desinformación era inevitable.

Esta descripción no incluye a los voceros oficiales del gobierno y de las fuerzas armadas, en particular Primer Ministro y Ministro de Seguridad – y directores de expertos organismos de investigación que medían sus comentarios con mucha cautela y precisión.

Para intentar resumir conclusiones, se convocó un seminario en el que participaron 26 analistas – militares, militares retirados, académicos, dirigentes políticos, periodistas, investigadores – encabezados por el Ministro de Seguridad MK Moshé Yaalón. Tocaremos aquí sólo uno de los temas que se analizaron en el concurrido encuentro.

A tan solo un mes de interrumpida / concluida la reciente operación militar que se prolongó por 50 días (8.7 – 26.8), los círculos habituales de expresión de la opinión pública están a pleno vapor. Apenas iniciada la operación, una larga lista de estrategas amateurs, políticos desubicados, académicos aburridos, periodistas desorientados y expertos circunstanciales, vertieron – en paneles promedio de 4 participantes – durante unas 15 horas diarias, su sabiduría y entendimiento por los tres canales israelíes de televisión – en suma, unos 9,000 comentarios improvisados que reemplazaron los programas habituales. La preocupación era muy intensa, la desorientación fue la tónica, la desinformación era inevitable.

Esta descripción no incluye a los voceros oficiales del gobierno y de las fuerzas armadas, en particular Primer Ministro y Ministro de Seguridad – y directores de expertos organismos de investigación que medían sus comentarios con mucha cautela y precisión.

Para intentar resumir conclusiones, se convocó un seminario en el que participaron 26 analistas – militares, militares retirados, académicos, dirigentes políticos, periodistas, investigadores – encabezados por el Ministro de Seguridad MK Moshé Yaalón. Tocaremos aquí sólo uno de los temas que se analizaron en el concurrido encuentro.

ESTRATEGIA

Gral Nimrod SchefferLa mesa redonda dedicada a analizar los objetivos y los alcances estratégicos de la operación militar, se inició con el Gral. Nimrod Scheffer, Jefe de la División de planeamiento del Ejército de Israel (egresado en Geofísica y Ciencias Planetarias de la Univ. de Tel Aviv y Master en Administración Pública de Harvard University) quien se refirió a los objetivos estratégicos de la operación. Señaló que el propósito fijado por el rango político era preservar el status quo existente – «tranquilidad se retribuirá con tranquilidad» y no se requirió «aniquilar a Hamás». Esto significa un reconocimiento del Hamás como la autoridad soberana de la Franja de Gaza, lo que delineó las características de la guerra: se quiso evitar una crisis de liderazgo y de administración una vez terminado el conflicto. Israel quiso evitar tener que quedarse en territorio de Gaza para restablecer el orden y tener que administrarlo.

Las críticas insisten que Tzahal actuó sin horizonte, sin firmeza: según las directivas del gobierno, se utilizó no más del 10% de la capacidad operativa de la fuerza aérea y del ejército – lo que prolongó innecesariamente las operaciones; la zona de acción fue muy restringida – una franja de un par de kilómetros a lo largo de la línea fronteriza. Acompañaron a esas limitaciones las contemplaciones humanitarias frente a un opositor que actuó sin reparos. Se luchaba a la par que se abastecía a la población palestina con alimentos, medicinas, productos energéticos, servicios médicos – incluso se habilitó un hospital de campaña del lado israelí para atender a los palestinos civiles heridos. ¿Quién provee alimentos y medicinas al enemigo mientras se desarrollan los combates?

Pero Israel demostró determinación militar, política y social, destacó el Gral. Scheffer, determinación que para sorpresa de muchos no se debilitó durante las siete semanas del conflicto. Esto dio prueba contundente que Israel puede soportar estos desafíos bélicos cuanto sea necesario, sin limitaciones de tiempo. El nivel político fijó sus prioridades y objetivos con claridad y precisión; el ejército actuó dentro de los marcos fijados; la población civil comprendió lo complejo del momento y apoyó las acciones emprendidas.

Lo más delicado fueron los matices humanitarios: se actuó en zonas densamente pobladas, el enemigo se protegía en instalaciones civiles – residencias, escuelas, hospitales, etc. Hubo necesidad de utilizar métodos que ningún ejército jamás ha utilizado: panfletos, llamadas telefónicas, instrucciones precisas para reducir las víctimas innecesarias – y aplicar tecnologías contundentes de fuego preciso.

La novedad fue el peligro de los túneles, que requerían intervención directa de unidades militares en lugares desconocidos – había que ubicar los túneles, estudiarlos, conocerlos, destrozarlos. Al principio se estimó que sería objetivo rápido, pero lamentablemente requirió mucho más tiempo, y en estos casos «tiempo» significa «heridos y muertos». No nos amedrentamos, no dudamos: todos los túneles localizados en la franja de las operaciones fueron aniquilados.

¿Por qué se prolongó tanto? No hubieron aquí resoluciones o imperativos del Consejo de Seguridad como veces anteriores. Las exigencias de Egipto como factor central fueron muy determinantes. Para los egipcios el Hamás no era «parte de la solución» sino que la razón de los males – además que el Hamás estaba dividido en fracciones según sus dirigentes y sus pasiones individuales, según la tónica de sus influencias (políticas, militares, ideológicas), según su lugar de residencia (Gaza, Qatar, Europa). Egipto exigía tratar sólo con la Autoridad Palestina, con la gente de Abu Mazen, a pesar que éstos no podían asegurar ni capacidad operativa ni futuro conciliador.

En definitiva, y a modo de resumen, tres fueron los factores que permitieron el cese del fuego:

a) la firmeza de la población de Israel, la convicción de lo correcto del enfrentamiento militar y la disposición a soportar las dificultades;
b) se demostró que no nos asusta el terror y sus tácticas operativas, podremos contra él tanto en los campos de batalla como en las callejuelas de las zonas densamente pobladas;
c) los componentes de seguridad demostraron su eficiencia, muy por encima de lo que se suponía. Las tecnologías desarrolladas, el adiestramiento de nuestros soldados, la conducta de la población civil – todo ello convencieron a todos nuestros vecinos que las posibilidades de amedrentar a Israel son ínfimas.

¿Se pudieron utilizar tácticas diferentes? Después de tres semanas de guerra en «Plomo Fundido» en 2008; después de una semana de guerra en «Pilar Defensivo» («Columna de Humo») en 2012; ¿fue oportuno lanzar otra guerra en el verano de 2014 durante la cual Israel absorbió 4,600 misiles y atacó 6,230 objetivos terroristas en Gaza, 10,600 construcciones fueron dañadas, un 40% destruidas por completo, 32 túneles fueron desmenuzados?.
Israel tuvo 72 muertos, 2450 heridos (de ellos 1620 soldados). La población de Gaza registró 2,200 muertos, la mitad terroristas y 11,000 heridos. Entre 300 y 500 mil palestinos, quedaron desplazados al perder sus viviendas.

ADECUAR ESTRATEGIAS A CAPACIDADES

Dan MeridorEl ex Ministro de Justicia (1988-1992) y de Asuntos de Inteligencia (2009-2013) Dan Meridor consideró que antes de fijar planes estratégicos, hay que conocer a fondo las capacidades existentes. No tenemos más frente nuestro a ejércitos árabes ampliamente equipados y adiestrados, ningún país de la región tiene capacidad militar para enfrentarnos, los campos de batalla no son espacios precisos, la tecnología borró las distancias. Las pantallas de televisión traen la información simultáneamente a los sucesos; las imágenes del sufrimiento de los sectores civiles de la población son estridentes; y si sumado a todo ello Israel no registra gran cantidad de víctimas propias, la paradoja resulta aplastante.

Debemos ajustar nuestras acciones, sus objetivos y sus métodos a las nuevas realidades. Utilizamos términos no adecuados, no convincentes: ¿para qué hablamos de «bloqueo a Gaza» en forma genérica, cuando los abastecemos de alimentos, medicinas, materias primas, fuentes de energía? La inercia de la semántica es negativa: se puede hablar de querer bloquear el paso de armamento y la capacidad de fabricarlos (cemento, hierro, maquinaria, etc.) pero no generalizar la terminología y promover una falsa imagen de hambre, sufrimiento, enfermedades y muertes. Esto debilita a Israel.

 
PENSAR CON AMPLITUD

Yaacov AmidrorEl Gral. ® Yaacov Amidror, ex Jefe del Consejo de Seguridad Nacional, apuntó que debemos precisar cuales son nuestras amenazas. Existen países que padecen de tragedias naturales – huracanes, terremotos, erupciones – nosotros padecemos del terror y lo debemos enfrentar en forma determinante. Además, debemos puntualizar qué hacer con la Franja de Gaza, como habremos de convivir con ella en el futuro. El Hamás es el primer organismo terrorista con territorio propio – ¿debe ser parte de las negociaciones de entendimiento entre israelíes y palestinos? ¿Acaso es más conveniente ignorarlos y que se diluyan en sus propios problemas?

Tres eran las posibilidades que tenía el Gobierno israelí para elegir – guerra prolongada con acuerdos concertados al final; o conquista de Gaza y control como en Judea y Samaria; o preferir «operaciones de limpieza» en Gaza, matando a quien sea necesario hacerlo, arrasando lo que se nos antoje y dominando sin Hamás.

Por lo tanto las resoluciones del Gobierno y del equipo de consulta encabezado por el Primer Ministro y conformado por el Ministro de Defensa y el Jefe del Comando Mayor, merecen el mayor de nuestros elogios: se delineó la estrategia y se la mantuvo durante todo el tiempo, sin titubeos, sin rendirse a las presiones de diversos sectores importantes de la política y de la sociedad. La claridad de los conceptos esbozados por el Primer Ministro Netanyahu fue definitoria, y en consecuencia el ejército actuó bajo lineamientos claros y precisos.

DEFINICIONES E INTERESES

Guiora EylandEl Gral ® Guiora Eyland, ex Jefe del Consejo de Seguridad Nacional, señaló que para analizar la estrategia del reciente operativo militar, es necesario definir cuáles son los esquemas participantes y cuáles son los intereses que se procura defender.

País plenamente definido: Solemos distinguir, erróneamente, entre Hamás, organización terrorista que domina la franja de Gaza, y 1.8 millones de civiles inocentes que requieren capacidades de supervivencia y que no apoyan al Hamás. Esta descripción no se ajusta a la realidad. Gaza se convirtió de facto en un país: posee territorio demarcado, las fronteras son precisas, existe un solo gobierno, el régimen es resultado de la libre elección de los ciudadanos. En definitiva, es un país hostil al cual debemos reconocer y con el cual debemos concertar modus vivendi. De lo contrario, estamos proveyendo de alimentos, medicinas, materiales, combustible a un país enemigo.

Intereses: Simultáneamente, debemos aclarar cuáles son nuestras prioridades e intereses, y el precio que estamos dispuestos a pagar por ellos. Con respecto a Gaza tenemos solamente intereses de seguridad, que no nos ataquen y que no puedan hacerlo. No tenemos intereses territoriales, ni tenemos intereses políticos, ni siquiera intereses económicos.

En estos momentos se conserva el cese del fuego resultado de un «empate» – y las hostilidades pueden reiniciarse en cualquier momento. Debemos intentar dos vías complementarias:
1. «silencio» prolongado y reconstrucción de la Franja de Gaza;
2. desmilitarización completa y habilitación de un puerto propio con un régimen portuario adecuado a las inquietudes israelíes.

De esta manera se lograrán varios propósitos:
a) tiempo – reconstrucción y un puerto llevarán años;
b) acuerdo – no habiendo amenazas de fuego se adoptarán normas de convivencia;
c) control de la situación.

Al margen de lo señalado, se elevaron muchas consideraciones, tanto en cuanto al ejército israelí como a la conducta y orientación del gobierno. Se habló de falta de determinación, de haber sido muy susceptibles a las críticas tanto internas como internacionales, de haber actuado con gran derroche de equipo y de recursos humanos, de deficiencias de los servicios de inteligencia en particular en referencia a los túneles, de no haber considerado el impacto económico – había que haber roto el equilibrio organizativo del Hamás de manera que no retorne al ejercicio del poder.

Todas estas críticas, sean erróneas o no, hacen que la apreciación de «quién fue el triunfador» está muy polarizada. Para Hamás, el haber enfrentado al poderoso Ejército de Israel durante 50 días y seguir conservando su capacidad de fuego, es símbolo de su victoria. Consideran que afectaron a la economía de Israel; desalojaron a la población de la línea fronteriza provocando dudas en cuanto al retorno; paralizaron el contacto aéreo de Israel con Europa durante un par de días; siguen siendo el interlocutor para conservar el cese del fuego.

Para Israel tal vez la victoria sería la aniquilación completa del Hamás y la ocupación del territorio de Gaza hasta una reorganización concertada. No hubo, ni destrucción ni ocupación. Muchos hablan de un «empate estratégico».

Lic. Samuel Leillen – 6 de octubre 2014 (41 años del inicio de la Guerra de Yom Kipur).

* El. Lic. Samuel Leillen es Estadígrafo, Asesor financiero, Publicista, Conferencista. Miembro Honorario de la Cámara de Comercio Israel América Latina y de CEVI – Cámara de Economía Venezolana Israelí. Miembro de la Comisión de Ética de OLEI – Organización de Latinoamericanos en Israel.

 
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