No en nuestro nombre

octubre 31, 2014

Categorías: Israel, Sociedad

Los que reciben estos artículos editoriales, conocerán ya de sobra el carácter iracundo e indignado de mucho de ellos. Como es lógico, a lo largo del tiempo, han sido muchos los lectores que han respondido a estas columnas: en general con muestras de apoyo e identificación, pero algunos en sonoro desacuerdo con lo expuesto. No suelo responder, más que nada por cuestiones de tiempo, que prefiero invertir en el colosal desafío que supone sacar adelante un medio tan transversal y universal en sus limitaciones como el nuestro.

Sorprendentemente (al menos para mí) no todos nuestros seguidores lo hacen por amor, interés o curiosidad por el judaísmo, algunos por todo lo contrario, como aquel que nos acusa de defender en nuestra programación la existencia del pérfido y genocida Estado de Israel. Y, dentro de esa categoría de críticos, me he topado en más de una ocasión con judíos que se han tomado la molestia de escribirme para dejar claro que no debemos hablar en nombre de los judíos si defendemos la existencia de Israel. “No en mi nombre” es su lema más habitual y el que resume su postura en contra del sionismo. Quiero aprovechar este espacio para responderles.

Primero, reconoceré sin ambages la acusación: defendemos la existencia de Israel. Faltaría más. Nuestra humilde iniciativa mediática surge justamente de esa necesidad ante la falta de equidad en los medios nacionales: prensa, TV y radio, siendo un órgano de comunicación de la Federación de Comunidades Judías de España. Seguramente habrá en nuestro país judíos que no compartan esta visión, pero no están agrupados en ninguna organización en la que se verifique que los que así se llaman realmente son judíos. En otros países sí existen organizaciones de judíos anti-sionistas (los más conocidos y “populares” en los noticieros de todo el mundo son los ultra-ultra-ortodoxos de Neturei Karta, que negocian incluso con grupos terroristas como Hamás, aunque su rotunda oposición al sionismo no nace de ninguna de las razones esgrimidas por los progresistas del mundo, sino del mesianismo más radical e intransigente).

En cualquier caso, dichas organizaciones son minoritarias en todos los países donde los judíos tienen libertad para expresarse (un ejemplo de lo contrario: los judíos de Irán). De allí que el “No en mi nombre” pierda todo su sentido más allá de la pataleta individual; la misma que puede darle a cualquier ciudadano de un país democrático que haya votado a un partido con resultados minoritarios ante las decisiones del gobierno. La inmensa mayoría de las organizaciones judías del mundo son sionistas, es decir, defienden el derecho de los judíos a tener un estado propio: el que Naciones Unidas votó por crear en 1947 y reconoció al año siguiente. ¿Que si se puede criticar a Israel? Por supuesto que sí: igual que a Francia, Ruanda, Vietnam o Uruguay. Eso sí: sin poner en duda el derecho de israelíes, franceses, ruandeses, vietnamitas o uruguayos a disponer del estado que han decidido crear en algún momento de su historia.

Estar en contra de este derecho sólo para el caso de los judíos está tipificado hace tiempo como judeofobia o antisemitismo. A esa discriminación, la mayoría del mundo judío respondemos: “No en NUESTRO nombre”. Viva la diferencia

www.radiosefarad.com

jordi

noviembre 1, 2014 at 0:30

¿porque este sitio defiende y apoya a netanyahu y a los colonos en general?…..yo soy pro-israelí pero no pro-netanyahu (esto no me convierte en un antisemita).Como dijo un alto funcionario estadounidense, netanyahu es un cobarde que solo le preocupa mantenerse en el poder. En un país en donde el precio de los alimentos es alto al igual que de las viviendas, netanyahu prefiere gastar el dinero en mas edificaciones para sus amigos los colonos.La cereza del pastel es las enormes trabas y casi monopolio del rabinato para las conversiones que hacen que los inmigrantes rusos que tienen ancestros judíos pero que según la ley judía no son judíos, abandonen el país. Es tiempo de que las basas seculares de los partidos desplacen a los religiosos que están hundiendo el país.

Iaacov Weiss

noviembre 3, 2014 at 11:36

Miro y leo, veo que practicamente nadie le contesta, no percibe usted que los judíos pacientes no le hacen ni caso? Y sabe porque? No nos gusta que se metan con nuestra Nación, solo con decir que es pro-israelí ya lo dice todo, aquí hay una democracia, para bien o para mal.

Podría poner el ventilador y “el tú más”, ya me entiende, ser un ciudadano de un estado fallido y corrupto, no es agradable, le entiendo.

Sabe usted porque los territorios que usted llama ocupados se llaman Judea y Samaria?

Le doy dos consejos, aplicable a otro forero femenino: “Vigila cuando señales a otro con tu dedo, no olvides nunca que hay tres que te señalan a ti siempre”

El otro, vigile su cartera le quedan 6 días para que este vacía del todo, a buen entendedor sobran palabras.

Joel

noviembre 1, 2014 at 2:14

Como manda el Talmud, hay que discutir y discutir hasta el ridículo, para comprender mas profundamente la esencia del asunto. Muchos afirman que el Pueblo Judío es una religión, otros afirman que es una nación y otros afirman que es una forma de vida. Pues bien, ya tenemos una base sólida para empezar la discución, que es?

Pero debemos detenernos por un instante y tomar consciencia de la creencia psicológica de que no somos como creemos que somos, sino que somos como nos ven los demás. Partiendo de esa base, tendríamos que asumir que debemos ser muy horrendos, porque tenemos mucha contra en todas las cosas que hagamos que hasta parecería, siguiendo esa forma de pensamiento que todo lo hacemos mal. Hay un gran dilema por resolver, ser o no ser, esa es la cuestión. En el caso del judío, no es, devolver el pasaporte y salir del aprieto en que algunos creen que están, se es desde que se nace hasta que se muere y cosa curiosa, muchos judíos se enteraros que lo eran, ante las cámaras de gas de de aushwitz, que curioso, verdad, tuvo que venir alguien a decirle ‘ tu judío ‘. Lo que indica que nadie elije ser judío, el Pueblo Judío lo elige a uno, discutible? o no?

Esto no es ‘ paren el tren que me bajo ‘, esto es, si estoy en este tren, trataré de viajar lo mejor posible, es lo que los Sionistas esperan y sacrifican sus vidas y familias por aquellos que ni siquiera saben que son del pueblo singular y único entre las naciones. Entonces hay una contradicción aquí, y el ‘ no en mi nombre ‘ , no es tan válido como para demandarlo, se podrá hacer, sin embargo en algún momento, aparecerá un dedo acusador que no reconocerá ese deseo, así que porqué negarlo?

Rita Susana Lustrom

noviembre 1, 2014 at 5:18

en mi nombre si!

esther

noviembre 1, 2014 at 9:44

a) estoy de acuerdo con respecto a que podemos descentir y discutir; y a que todos tenemos derecho a pensar distinto.
b)en mi nombre no a aquellas opiniones de judios e israelies que que sean antijudias y antiisraelies

simon

noviembre 1, 2014 at 12:06

Si,en mi nombre.

David Waintraub

noviembre 1, 2014 at 13:06

Como vivo en Israel, puedo afirmar que los que escriben en el periodico Haaretz y avidamente copiado por los medios anti israelies del mundo, definitivamente no escriben en mi nombre. Lamentablemente con el sistema electoral israeli no veo a nadie que me represente en la Knesset, que se ha convertido en un Club Exclusivo para politiqueros de cuarta, ya estadistas de la altura de Beguin, Ben Gurion, etc… no hay. Con respecto al negocion de la religion organizada en Israel, tampoco me representan ni hablan en mi nombre, tenemos Grandes Rabinos (dos a falta de uno) que no sirven para nada, Rabinos Municipales, Comisiones religiosas zonales, etc,etc,etc…sin olvidarnos de los Rabinos fanaticos, Rabinos que hacen negocio adivinando tu futuro y supuestamente curando enfermos (solo para hacer plata), ni de los Rabinos metidos en el negocio de la politica que lo unico que quieren es dinero, tampoco faltan los Rabinos pedofilos, basta ver cuantos Rabinos estan en la carcel para saber el calibre de gente que son., no todos, pero si una gran parte de ellos. Es necesario cambiar el sistema electoral para tener en la Knesset gente que nos represente y no solo quienes representan a sus patrones politicos. Pero como el manejo de ello esta en manos de los politiqueros de siempre que no vanj a matar a la gallina de los huevos de oro no veo mucha esperanza de cambio. Suerte que tenemos una ciudadania patriotica y sionista que lleva el Pais adelante, a pesar de ser expoliado por la clase politica y sus asociados, a pesar de que comprar una vivienda ya este fuera del alcance de las parejas jovenes y que los insumos de primera necesidad esten por las nubes, lastima que la ciudadania sea tan patriota pero tan apatica cuando se trata de defender sus derechos basicos.

Benjamín Abeliansky

noviembre 1, 2014 at 13:20

En mi nombre, SI !!!!!

Julio Espinoza Vega

noviembre 1, 2014 at 13:44

No te preocupes Jorge: Siempre ha habido oposición a Israel. Reconstruir un país, una nación asentada en su territorio no es fácil. Pero es un orgullo por un gran logro.

¿Cuantos países han destruido, por ejemplo los musulmanes, en este último tiempo? Libia, Siria, Irak, Gaza, Sudán. ¡Qué horror!

¿Y los comunistas o izquierdistas (como se autodenominan hoy) ? ¿ Cuantos países trataron de destruir? Y siempre empezando por el alma: Polonia, Hungría, tratando destruir su catolicidad.
¿Y no trataron de destruir España, dividiéndola en cien pedacitos, devolviéndosela a los musulmanes y aboliendo el cristianismo?

Por todo esto, elogio a Israel y su pueblo, que no cesa de progresar. No estamos solos en este elogio: Hay una mayoría silenciosa que admira a Israel. Y parodiando Cervantes: Los perros ladran, Sancho, señal es que cabalgamos.

Una gran nación siempre será objeto de envidias: Lo fue Roma, lo fue España, lo fue Inglaterra y lo está siendo EEUU.

Saludos, JEV

Jacobo Gryngras

noviembre 1, 2014 at 14:06

Es lamentable que haya gente que mire las cosas de una manera relativa. Yo considero que lo que se escribio, perfectamente puede ser EN MI NOMBRE, aunque pueda haber algun detalle que no comparta, pero, como somos mas de uno, es logico que haya matices en las opiniones, pero, en general, comparto los conceptos, ADELANTE ISRAEL, y lo digo viviendo en ISRAEL, y no desde la comodidad de otro pais.

Pierre Elie Mamou

noviembre 1, 2014 at 15:28

Elie Wiesel dijo hace años en la televisión francesa: No critico Israel fuera de Israel.
Viviendo en galut, defiendo siempre la política de Israel y de sus dirigentes, pues
no puedo darme cuenta de la situación real. Solo sé que se trata de un Estado intentando sobrevivir
y esto concierne a todos los judíos. Algunos judíos viviendo fuera de Israel (no hablo de la secta Neturei Karta), tienen este deathwish, esta judeofobia que contaminaba a Marx, a Hanna Arendt y hoy, a Noam Chomsky y a cuántos más que acabaron en los hornos, pues los nazies, o los isies y hamases no hacen diferencia entre unos y otros.

Guillermo

noviembre 1, 2014 at 15:33

Defendere y vivire hasta mi ultimo aliento la existencia del judaismo, del Pueblo Judio todo y de la Nacion Judia , inclusive a los Naturei Karta. Pues es mi Pueblo , con algun dequiciado mas menos.Pero basicamente es mi Pueblo en su gran mayoria justo , relevante por mis hijos y por mis ancestros. Aunque a puertas cerradas deba apalear verbalmente a alguna oveja que ademas de hablar hace alguna cosa contra su sangre. Pero si hay algun idiota es victima de la naturaleza humana, No quiero ser biblico pero nadie es perfecto. Pero nadie en el mundo tiene el derecho o la eliminacion el holocausto , a mancillar la casa de los mios o ponerla en duda. El que este libre de culpa que tire la 1ra piedra……… y que me la tire a mi !! Pues la devolvere multiplicada por mil !! Pues no lucho solo por mi corazon o ideales , sino por el derecho ianalienable a la justicia y contra cualquier forma de Xenofobia.

Félix Guttmann

noviembre 1, 2014 at 16:55

Primeramente, «sí en mi nombre».
Mis padres no me pidieron permiso para traerme a este mundo y mucho menos me aclararon, antes de ser engendrado, que nacería en un hogar «judío». Mis padres son descendientes del Holocausto, gran parte de sus familias terminaron sus existencias en alguno de esos campos de concentración, por ser «judíos». Otros murieron en esos campos no por ser «judíos». El proceso que experimentaron los «judíos», por enfocar a los «judíos», antes de ser asesinados en esos años nazistas no suelen tenerlo en cuenta aquellos que si son «judíos» se creen dignos al resaltar que «no en su nombre» se proclame la existencia de Israel, y tienen razón porque a ellos no se les debe la existencia del actual Estado de Israel. Esos «judíos» confunden los aciertos y desaciertos de los políticos israelitas con la razón de ser de la nación israelita ante la historia acontecida desde los días de Yacob y delante del devenir. Muchos líderes israelitas o «judíos» de la época del «Tanak» erraron, no «hicieron lo bueno a los ojos del Altísimo», sin embargo los descendientes de Yacob continuaron sus existencias hasta los días presentes y continuarán viviendo no solamente hasta que descienda «Shiloaj» (Bereshit 49.10), o el «Mashiaj», sino después. Esta advertencia no tiene que ver con judaísmo ni con religión. Entiendo que no existe una «nación judía», aunque así lo acuñen algunos, sino un Estado para los «judíos» y para los israelitas, porque no todos los israelitas somos «judíos»… los hay levitas e incluso palestinos (!).
Esperar que no surgan opositores israelitas contra las políticas de los gobiernos israelitas es imposible. Desde hace 66 años muchos israelitas están participando en la reconstrucción del Estado de Israel, aun cuando entre esos millones han habido y los siguen habiendo malos y «buenos» ciudadanos. Siempre ha sido así y lo será. Pero entre esos malos y «buenos» tenemos a los que dieron sus vidas para que exista un Estado en el que viven los malos israelitas y los «buenos» e incluso los perversos. Esos malos, «buenos» y perversos han hecho posible el desarrollo de esa nación. Los «judíos» que se creen dignos y por ello no incluyen sus nombres en el desarrollo del Estado de Israel, siendo «judíos», no son más que unos desenfocados ante la realidad, obviamente desconsiderados y sin derecho siquiera a exigir que no se les incluya sus nombres, como si fuesen importantes. Esos insensatos no tienen necesidad de exigir lo que ya es una realidad, que sus nombres no están en ese listado de esos «judíos» o de esos «sabras» o de esos inmigrantes que sí están inscritos en el libro de la Vida de Israel. Que el Estado de Israel tenga enemigos, eso no es novedad, porque el ser humano se inventa enemigos o se hace enemigos. Colombia, por ejemplo, lleva más de 50 años experimentando asesinatos entre colombianos, unos en la guerrilla y otros en las fuerzas del orden. Los mexicanos se asesinan entre sí. ¿Qué no han hecho los rusos contra los rusos? ¿Acaso los chinos no han asesinado a chinos? En estos días se están asesinando entre islámicos. Ni Mahoma los entiende!
Cuando me he encontrado con «judíos» o con israelitas antisionistas, solo me producen lástima, porque se nota que no tienen sus nombres inscritos en la historia de Israel. Quizás ni los conozcan en sus familias y si los conocen es porque hacen bulto. Esos «judíos» que exigen que «no en su nombre» piden algo real, que no se les incluya porque ante la realidad israelita ellos no tienen «nombre». Ellos no forman parte de la existencia de Israel, aunque sean «judíos»; al fin y al cabo a ellos sus padres tampoco les preguntaron si querían siquiera nacer en este mundo.

Marcelo

noviembre 2, 2014 at 7:33

Sí en mi nombre, y en el nombre de los millones de judíos que murieron asesinados por los nazis por no tener un país que los protegiera y recibiera, es decir, un Estado Judío.