Como los de la corrección política se han hecho un lío con el fenómeno islamista, se agarran cual garrapatas al insulto/acusación de moda, y es así como tildan de islamófobo a cualquiera que incumpla las cinco leyes del buen progre, que son las siguientes:
Primer precepto: no usarás la palabra islamista para hablar de los islamistas, no fuera a ser que la gente descubriera que el islamismo no es la religión (que es otra cosa), sino una ideología radical que tiene como objetivo el dominio del mundo. De ahí que necesiten sinónimos que «les suenen más de izquierdas». Segundo precepto, diremos diez veces al día que el islam es muy bueno y, a la par, recordaremos cada vez lo malo que es Occidente. Así quedará intachable nuestro paternalismo etnocéntrico que no sabe que el islam y sus bonitas dictaduras tienen alguna culpa, que el islamismo mueve mucho dinero, y que no estamos lidiando con el tercer mundo. El tercer precepto es fundamental: cada vez que hablemos de yihadistas y fundamentalistas, diremos que Estados Unidos e Israel son culpables de todo, y que el yihadismo es una reacción a la maldad imperialista de yanquis y sionistas, y así nos quedará más progre el análisis. El cuarto es un clásico: si mentamos al islamismo y a sus maldades, tenemos que recordar las cruzadas, como si no hubieran pasado siglos, no hubiera existido la Ilustración y no existiera la civilización moderna. El catolicismo debe ser equiparado al islamismo a la primera que sale el tema, y si se dice algo crítico del islam es obligada la coletilla estilo «todas las religiones son malas».
Y finalmente, el quinto precepto, que encabeza el artículo: todo aquel que incumpla los cuatro primeros es un islamófobo de aúpa que alimenta el estómago de la extrema derecha. Ergo o se cumple el catecismo o somos blasfemos de la religión correcta.
Si me permiten, es bastante cansino. Especialmente para quienes, como servidora, llevan muchos años defendiendo a hombres y mujeres musulmanes que son víctimas del totalitarismo islamista y cuya voz es silenciada en aras de la corrección política. Por supuesto que existe la islamofobia, y la que se cuece en el fuego de la extrema derecha es indiscutible. Pero también existe una tontería supina de izquierdas que no acepta ninguna crítica al islamismo, y menos al islam, que todo lo necesita leer con las gafas del antiamericanismo -y del furibundo antiisraelismo- y que usa la palabra islamofobia como si fuera agua corriente. Esa tontería pijoprogre hace mucho daño a un análisis crítico de lo que está ocurriendo, y es miel sobre hojuelas para los ideólogos integristas, encantados del buenismo que encuentran por estos lares. Así lo definió Ayaan Hirsi Ali: «Quienes, desde la izquierda, defienden a los agentes del islam en nombre de la tolerancia y la cultura, hacen un discurso de derechas. O aún peor, lo hacen de extrema derecha».
¿Será islamófoba
Islamofobia eso no existe si ellos son los verdugos de todos lo que hay es judeo fobia , cristianó fobia pero islamofobia eso no existe