Este es el último artículo que dedico a la tragedia de París y al fenómeno yihadista que lo ha perpetrado. Aunque me temo que no podré despedirme de la materia, porque el reto islamista ha venido para quedarse, está crecido, ha conseguido victorias importantes -como la consolidación de un emirato del Estado Islámico que gobierna a ocho millones de personas-, y nada indica que se debilite. Al contrario, nos debilitamos nosotros, atrapados entre el dolor, el desconcierto y la falta de criterios para enfrentarnos al reto. Cuanto más crece el totalitarismo islamista en todo el planeta, más decrece la solidez de nuestras democracias y, en consecuencia, el miedo avanza. Y ese es el primer objetivo del islamofascismo: sembrar el miedo.
El objetivo a largo plazo es evidente: el dominio del mundo, la creación de un gran califato y la aplicación severa de la charia. Y escribo el enunciado con la sensación de estar explicando un cuento para niños, más propio de películas de inspiración medieval, que no de una ideología del siglo XXI. Pero como los ideólogos de la cosa son explícitos en sus textos y nos dan muchos detalles de su ideario, es inevitable repetir el argumentario que usan. En este sentido, sería aconsejable que todos los interesados leyeran sus textos y sus proclamas, para entender hasta qué punto esto va en serio. Como afirma la Biblia, «si tu enemigo dice que quiere matarte, créelo».
Dominio del mundo a largo plazo -y esperemos que a plazo indefinido-, queda el corto y medio plazo, que es donde se situará el problema durante las próximas décadas. Y sí, hablamos de décadas, porque nada hace prever que el fin de esta locura esté cerca. En este plazo corto-medio, el objetivo es crear una sensación global de inseguridad que afecte a todos los gestos cotidianos de la sociedad, tanto coger cualquier medio de comunicación como salir a comprar, llevar a los hijos al parque, etcétera. Es decir, enviar el mensaje que el objetivo es el ciudadano de a pie, sin ningún otro motivo que el hecho de existir en ese lugar y momento. En este sentido, aquellos buenistas que creen que «si nos portamos bien, no nos matarán» cometerán el mismo error de Chamberlain con Hitler: no hay islas protegidas frente al totalitarismo.
Y, creado el miedo colectivo, el segundo gran objetivo es la erosión de la democracia, azuzada por la necesidad de aumentar la seguridad. El terrorismo obliga a restringir derechos, las libertades se coartan, los distintos colectivos se miran de reojo, los partidos extreman sus discursos y en las orillas ideológicas, los populismos de todo signo hacen su agosto. No pensemos ni por un solo momento que todo esto no va a pasar. Va a pasar, porque ningún indicador nos lleva al optimismo de creer que venceremos pronto a esta ideología de muerte. Y, en el entreacto de vencerlos, la cuestión es si sabremos cómo salvar a la democracia.
Pilar , me llama mucho la atencion en tu articulo si percibo un tono de creer en la falta de fortaleza de la union de las democracias planificando una estrategia de iniciar accion inmediata de contraataque.
Ya vez como Europa unida puede declarar al Hamas de no ser un ente terrorista y ahora preparado el terreno, intentar juzgar a Israel por supuestos crimenes cometidos contra la humanidad lo que implica negar los crimenes del enemigo [Mientras Israel esta bajo constante amenaza de agresion desde el norte hace unos dias, del sur (Hamas que utiliza el cemento que Israel proporciona a Gaza para reconstruir las casas y lo usa para reponer los tuneles que llegan hasta Israel como hace unos meses y no menciono nuestro limite en la franja oriental -tema de tu articulo.
Y los mentores de Iran (que les proporcionan armamento sofisticado tanto a los del norte como a los del sur) declaran permanentemente que el objetivo final debe ser «Borrar a Israel del Mapa».
Ya ves Pilar que Europa sabe unirse , pero si lo que tu percibes en lo antedicho es una especie de cobardia de Europa o «simplemente racismo», como lo demostro en la segunda guerra mundial, entonces puedo estar de acuerdo contigo que el futuro es incierto y no es posible dar pronostico para 2015 sino actualizarlo trimestralmente y lo mismo para Europa.
Quiero modestamente agradecer tus trabajos periodisticos por su vision profesional y personal que siempre me agrada recibir.