Las últimas tres plagas son enviadas sobre Egipto: langostas devoran todas las cosechas y vegetales; una oscuridad tangible envuelve a la tierra; y todos los primogénitos de Egipto son muertos en la medianoche del 15 de Nisan.
Di-s ordena la primera Mitzvá (precepto) a Israel: establecer un calendario basado en el ciclo mensual lunar. A los Israelitas también se les ordena ofrecer un “Sacrificio pascual” a Di-s: un cordero o un cabrito que debía ser degollado y parte de su sangre debía ser salpicada sobre las jambas de las puertas de cada casa Israelita, para que Di-s las saltee cuando venga a matar a los primogénitos egipcios. La carne asada de la ofrenda debía ser comida esa misma noche junto con matzá (pan ácimo) y hierbas amargas.
La muerte de los primogénitos finalmente rompe la resistencia del Faraón y literalmente echa a los Hijos de Israel de su tierra. Tan rápido parten, sin tiempo para que sus masas leuden, que las únicas provisiones que tienen son sin leudar. Antes de irse, piden de sus vecinos egipcios oro, plata y ropas, vaciando a Egipto de su fortuna.
Los Hijos de Israel reciben el mandamiento de consagrar todos los primogénitos y observar el aniversario del Éxodo cada año a través de deshacerse de todo alimento leudado durante siete días, comer matzá, y contar la historia del Éxodo a sus hijos. También se les ordena ponerse Tefilín (filacterias) en el brazo y la cabeza, como un recordatorio del Éxodo y su compromiso para con Di-s.
EL DESAFÍO DE ISRAEL
Di-s ordenó a los Hijos de Israel que el día 10 de Nisan tomaran un cordero y lo prepararan para ser sacrificado el 14 del mismo mes. Los egipcios, entre sus numerosos dioses tenían al cordero. Al ver a los animales atados, preguntaban a los Hijos de Israel por qué mantenían atado a lo que ellos consideraban un dios, y los judíos no tenían ningún temor en decir: “Di-s nos ordenó sacrificar dentro de cuatro días a estos animales”. No temieron, no vacilaron, simplemente obedecieron la orden de Di-s con una entrega total.
Ahora, que estamos en los últimos días de este galut, ¿qué esperamos para mostrar esa misma fe, ese mismo valor, para cumplir lo que Di-s nos ordena?
CONMEMORANDO EL ÉXODO
En la parashá Bo, mientras los judíos se preparan para el Éxodo de Egipto, Dios designa el mes de Nisán como el primer mes del calendario judío. Esto presenta una dificultad para comprender, ya que comúnmente nos referimos a Rosh Hashaná – el primer día del mes de Tishrei – como el año nuevo que indica la Creación de la humanidad.
La explicación es la siguiente: generalmente la gente acepta la idea de que Dios es el Creador, pero suponen que después de la creación, Dios dio un paso atrás para permitir que la naturaleza continuara su curso. El Éxodo, por el contrario, con todos sus evidentes milagros, nos enseña que el rol de Dios como “Director del Mundo y de la Historia” es aún más grandioso que su rol como Creador. Y es por eso que en el Éxodo, el orden de los meses se vio modificado a fin de conmemorar esta nueva relación entre Dios y la humanidad.
De hecho eso ayuda a explicar otra pregunta: Si Shabat es la conmemoración de los Seis Días de la Creación, ¿por qué sólo los judíos están obligados a observar Shabat?
La respuesta la podemos hallar en el texto que se recita el viernes a la noche en el kidush, en donde declaramos que el propósito de Shabat es: “recordar la Creación y recordar el Éxodo”. Porque a pesar de que Dios creó el mundo entero, fue sólo a través del Éxodo que la humanidad pudo apreciar a Dios como “la mano que guía la historia”.
Leamos las palabras del Profesor Nikolai Berdysev, escritas en Moscú en 1935: “La supervivencia de los judíos, la resistencia bajo condiciones absolutamente peculiares y el fatídico rol que ellos han jugado en la historia es un fenómeno misterioso y maravilloso – ciertamente la vida de este pueblo está gobernada por una predeterminación mística, trascendiendo las normas de la historia”. (www.aishlatino.com)
DEJA IR A MI PUEBLO
En los años 80’, el lema de la campaña para liberar a los judíos soviéticos provenía de esta parashá: “Deja ir a mi pueblo”, le dijo Moshé a Paró. Sin embargo, esa es tan sólo la primera parte de la frase que empleó Moshé. Él continuó: “Deja ir a mi pueblo… para que sirvan a Dios”. En otras palabras, déjalos ir para un determinado fin.
Para el pensamiento judío, la libertad no es intrínsicamente valiosa. Si un hombre es libre y utiliza su libertad para lastimar a otros, para abusar de su cuerpo con drogas o para desperdiciar su vida, ¿acaso tiene algún valor aquella libertad? Sería mejor que fuera un esclavo.
La libertad tiene valor solamente cuando está acompañada de un propósito. Sin un propósito, las personas no estarían más felices siendo libres que esclavas.
El estado moderno de Israel ha enfrentado múltiples desafíos existenciales a través de su historia: guerras, terrorismo, condenas de la ONU. Sin embargo, desde mi punto de vista, la mayor amenaza para Israel hoy en día no son ni Ahmadinejad ni Hamás. La mayor amenaza de Israel es la falta de propósito. Por lo menos un millón de israelíes han abandonado el país. Los jóvenes israelíes están desilusionados. El sucio negocio universal de la política es aparentemente similar en Israel. Hoy en día Estados Unidos es un lugar más seguro que en el pasado y los judíos allí gozan de una libertad sin precedentes. ¿Cuál es el propósito de Israel?
“Deja ir a Mi pueblo… para que sirvan a Dios”. La libertad debe incluir un propósito con sentido.
Y entre todas las naciones, que el pueblo judío carezca de sentido es sumamente irónico. Toda nuestra historia se ha remontado desde siempre a sueños de un mundo mejor y a luchar por ese fin. Desde el inicio del pueblo judío, el concepto de ser una “luz para las naciones” nos ha inspirado y guiado. Y lo hemos logrado. Los valores de nuestra Torá han influido al mundo entero.
Siempre hemos tenido un propósito, y éste sigue estando a nuestro alcance. Si tan sólo nos aferráramos a él. Que una persona se ahogue es trágico, pero que una persona se ahogue estando inmerso en unos pocos centímetros de agua y siendo que todo lo que necesita hacer es levantarse, es terriblemente trágico.
Eso es lo que ocurre con algunos judíos actualmente. Nos estamos ahogando porque los jóvenes judíos no logran encontrar sentido en el judaísmo. ¿Judaísmo sin sentido? Eso es ahogarse en unos centímetros de agua. Es tiempo de que nos levantemos. Y si tú ya estás levantado, entonces ayuda a alguien más a levantarse. (www.aishlatino.com)
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