Noticias de Israel​

Antes se pensaba que la lucha contra el mal de Alzheimer debía concentrarse en combatir una proteína destructiva que desencadenaba el desarrollo de placas en el cerebro. Ahora se sabe que esta proteína, en apariencia dañina, es fundamental para que el cerebro funcione  con normalidad.

Uno de los indicadores de las enfermedades neurodegenerativas se manifiesta cuando las neuronas dejan de comunicarse entre ellas o dejan de funcionar.

Los últimos descubrimientos en la Universidad de Tel Aviv demuestran que las células gliales ( grupo de células especiales a las que por mucho tiempo se consideraba no más que el “pegamento” entre las neuronas), tienen, de hecho, un papel muy importante a la hora de asegurar una comunicación saludable. En calidad de semáforos cerebrales, controlan la transferencia de la información entre las células nerviosas y, tal vez, ofrezcan pistas importantes sobre por qué se detienen las señales cerebrales o simplemente fallan.  Como parte de un gran emprendimiento conjunto, dos estudiantes de diferentes disciplinas combinaron sus conocimientos para obtener información pormenorizada sobre cómo funcionan las células gliales y sobre la función que éstas tienen en la aparición y el avance de las enfermedades neuro- degerativas.  Al analizar las células gliales desde una perspectiva teórica, el doctorando en ingeniería Maurizio De Pittà desarrolla el primer modelo computacional de grupos de células gliales y de las señales cerebrales entre ellas.

Este modelo se podría implementar en microchips y programas de computación que imiten las redes cerebrales y es posible que ofrezcan  información novedosa sobre trastornos cerebrales como el mal de Alzheimer y la epilepsia, entre otros.

La estudiante Linoy Meshulam adopta un enfoque más aplicado.  Al combinar sus conocimientos en física, biología y nanociencias, emplea la tecnología de imágenes ópticas para grabar a las neuronas y las células gliales en el cerebelo. Ese estudio se centra en los cambios que se manifiestan en la actividad de las células gliales en  casos de ataxis telangiectasia (AT), desorden neurodegenerativo mortal. En el futuro, Meshulam espera ofrecer una solución innovadora para reparar el ADN dañado en pacientes que sufren de cáncer o de AT.

Ziv Nevo Colman

Llego a la ciudad portuaria canadiense para abrir una exposición  de Shoá y me tropiezo con un musulmán antisemita.

Es mi primer invierno en Canadá. Ya viví, a causa de anteriores misiones, en sitios donde el invierno es crudo como Praga, París o Tokio y, también, recuerdo días de nieve en Jerusalén. Pero,  hay algo no comparable al frío canadiense. En esos días, no es fácil convencerme de salir de mi despacho. Tampoco  volar. Pero,  la función obliga…

Aterrizo en Halifax, la ciudad portuaria atlántica y capital del distrito de Nueva Escocia. Hasta ahora la conocía como el primer punto continental del extremo oceánico. De aquí salieron las fuerzas de salvación para rescatar a los sobrevivientes del Titanic y traer los cuerpos de los náufragos (en el Museo Marítimo de la ciudad se encuentra la colección más grande del mundo sobre objetos del barco).

Halifax está no solo vinculada a ese rescate sino, para mayor pesar, a la destrucción. En 1939, desde aquí partió de regreso a la Europa nazi el barco “Saint Louis”, con una tripulación cercana a los 1.000 refugiados judíos después que ningún puerto, ni en Estados Unidos, Cuba ni Canadá, aceptara darles la autorización para  bajar en  sus costas.

Llego aquí a fin de inaugurar la exposición “El valor de recordar”, organizada por el Centro  Wiesenthal y exhibida en la ciudad en conmemoración por los 70° años de la liberación el campo de  Auschwitz, en cooperación con la comunidad judía local y el Museo de la Inmigración canadiense. El Museo está localizado en el Pier 21, el lugar al cual  llegaron los inmigrantes a Canadá y desde el cual fue enviado a la ruina el Saint Louis.  El Museo de la Inmigración incorporó a la muestra algunos paneles propios, que no ocultan su vergonzosa negativa a absorber a los refugiados judíos. Hoy, Canadá es uno de los mejores amigos de Israel en el mundo pero, durante la Shoa, es recordada la expresión del funcionario de inmigración canadiense que sostuvo “None is too many” (“Ninguno es demasiado”).

Desde lo personal, para mí,  tiene un valor muy simbólico. Mi padre es un sobreviviente de la Shoa y, al término de la guerra, le fue ofertado a toda su familia un permiso de inmigración a Canadá. Ellos optaron por emigrar a Israel. Hoy arribo al Pier 21 con todo su simbolismo, no como un refugiado carente de todo sino como representante oficial del Estado de Israel, para inaugurar una exposición en memoria de los millones asesinados.

El emotivo evento es ensombrecido por un incidente antisemita, muy raro en Canadá. Un musulmán local, dueño de un stand de venta de salchichas, es detenido por la policía, por  averiguación de antecedentesalgunas horas antes porque, en su cuenta de Twitter, se registraron referencias ofensivas contra las víctimas de la Shoa. No quiero volver a las terribles expresiones escritas pero era una especie de sumatoria patológica de Hitler, judíos y hornos.

Se burlaba de los muertos en los atentados del 11 de septiembre de 2001, en un intento por “probar los límites de la libertad de expresión” y el por qué es posible mofarse  del Profeta Mahoma, pero está prohibido hacerlo de los judíos”.

Muchos periodistas llegan a la exposición y esperan la respuesta de John Goldberg, presidente de la comunidad judía. Al otro día, soy interpelado sobre ello,  en una entrevista al programa matutino del canal “Global”. Invito al joven antisemita a recorrer la exposición y destaco que si así piensa promover su stand de salchichas, es una suerte que sea vegetariano.

Algunas horas después, me reúno con el ministro de Agricultura del distrito. El objetivo del encuentro: la invitación al ministro a la exposición de Agritec en Israel y el reforzamiento de la cooperación agrícola. Los canadienses  están interesados en promover las famosas industrias de Nueva Escocia: langostas y pieles. Quizás aquí no sea el lugar para volver a decir que soy vegetariano…

En el almuerzo del Club Masada de la comunidad judía, los jubilados de la comunidad, (compuesta en los mejores tiempos por 2000 personas), absorben sedientos toda información sobre Israel. Recibo de ellos una bufanda y una kipa con los colores del distrito y con el lema escocés que lleva el nombre de: “Nova Escocia”, La Nueva Escocia. Canadá, para quien lo haya olvidado, es parte de la unión de pueblos británicos.

En mis otros encuentros, con el presidente del Fondo industrial israelí-canadiense y con la Secretaria de la Universidad de Dalhousie, que volvió llena de entusiasmo por la visita en Israel, organizada por nuestra embajada en Ottawa, para los vicepresidentes de investigación de 15 universidades líderes en Canadá, aprendí que son muchos los aspectos de la cooperación entre Nova  Escocia” y varias universidades de Israel. El distrito pretende aprender de nosotros en temas como innovación y ayuda a empresas.

La vivencia más emotiva quedó para el final de la visita: una  Noche de Honor a Israel de la organización evangelista “Puentes de Paz”. Más de doscientos creyentes cristianos  rezando a favor del Estado de Israel, que nos abrazan – a mí y a los representantes de la comunidad judía-  con mucha calidez.

Son las 5 de la mañana. Nieve pesada, pero eso no molesta al movimiento de vehículos en la autopista. El vuelo de regreso a Montreal despega, de manera exacta,  a las 6.20 horas  y aterriza, a tiempo,  en su destino  con un frío por debajo de 20°. Los canadienses saben cómo vivir en el invierno.

Ziv Nevo Colman es el Cónsul General de Israel en Montreal y el este de Canadá.

Fuente: MyNet

Actualmente, junto con los drones, el ejército israelí cuenta con automóviles y buques sin pilotos y  teledirigidos pero, todavía, no posibilidades limitadas.

Dentro  de veinte años habrá avances muy significativos. Entonces, la técnica controlada por robots podrá realizar de forma efectiva todas las tareas para proteger a las personas de los riesgos que pongan en peligro su vida.

Un  desarrollo en la Universidad Hebrea de Jerusalem y el Centro Médico Hadassah podría hacer la vida más fácil para los que se enfrenten con una aguja.

Los niños tienen la desventaja de que muchas veces la inyección a través de catéteres intravenosos (IV que produce, a menudo, dolor porque sus venas son aún muy pequeñas y la localización suele fallar.  Para hacer frente a esta necesidad, los estudiantes de la Universidad Hebrea y del Centro Médico Hadassah, en un programa denominado Biodesign, crearon un dispositivo manual semi-automático para la inserción rápida y segura de inyecciones. Denominado “Sagiv”, el dispositivo utiliza miras infrarrojas y sensores eléctricos para identificar las venas, insertar la aguja en el lugar correcto, y retirarla en un solo movimiento rápido, robótico.

El  prototipo creado por el grupo, desarrollado por el graduado de ingeniería, Lev Lavy, fue probado con éxito en los niños de la sala de pediatría del Centro Médico Hadassah. Los padres piden que se utilice el dispositivo.

Biodesign es un enfoque multidisciplinario, basado en el equipo de Innovación Médica, creado por la Universidad Hebrea y Hadassah, en colaboración con la Universidad de Stanford. El programa reúne  a excelentes médicos, expertos de la bioingeniería y estudiantes de posgrado de negocios.

El Curso Innovación Biodesign se imparte en dos semestres de un curso académico e instruye en el diseño de un dispositivo médico, desde el análisis de necesidades y la creación a través del diseño, las pruebas, las patentes y la financiación.

En promedio, los israelíes viven 10 años más que los palestinos e Israel gasta 10 veces más dinero en atención sanitaria que la Autoridad Palestina. En Israel, las tasas de mortalidad de las madres y bebés son más bajas, y hay muchos más profesionales de la salud.  Estos son los resultados de un nuevo informe de la organización “Médicos por los Derechos Humanos” en Israel.

Muchos hospitales palestinos carecen de equipos sofisticados, que se utiliza para detectar cáncer y otras enfermedades. Ningún hospital palestino cuenta con un escáner PET, maquina utilizada de rutina en los hospitales israelíes.

Israel, asegura,  hace todo lo posible para ayudar a los palestinos a obtener el tratamiento médico, facilitando  el traslado de enfermos palestinos. La Autoridad Palestina paga por el tratamiento de sus ciudadanos en hospitales israelíes.

La asistencia sanitaria en la Franja de Gaza (1,8 millones de palestinos)  es  peor que en Cisjordania. Hay 13 hospitales del gobierno, pero muchos carecen de equipo básico y medicina. Debido la crisis entre Hamas en Gaza y la Autoridad Palestina en Cisjordania, la mayoría de los funcionarios médicos palestinos en Gaza no recibieron sus salarios durante varios meses.

Arqueólogos israelíes, después de una tormenta, debieron actuar, con rapidez realizando una excavación de emergencia, cuando quedó al descubierto varios artefactos históricos en una playa, entre ellos, una antigua maceta bizantina.

La maceta mide  1,5 metros de profundidad. Se la llama  dolium. Está datada entre el siglo IV y el VI.

El descubrimiento se produjo en el sitio arqueológico Gan Yavnem, situado dentro del parque nacional de la playa Palmahim, 14 kilómetros al sur de Tel Aviv.