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| martes diciembre 24, 2024

 La historia del voto femenino en Israel 


El voto femenino es, hoy, algo sobrentendido tanto en la sociedad laica como ultra-religiosa. Actualmente, cabe recordar, aparece un partido de mujeres ultra-religiosas. Pero, esa realidad, fue muy diferente hace casi cien años.

Sobre los cambios ocurridos en la cuestión, disertará la profesora Margalit Shilo, en el encuentro especial que tratará sobre las repercusiones e influencias de la Primera Guerra Mundial en el mundo judío y tendrá lugar hoy (jueves) en Efrata College, de Jerusalén. Sobre el complejo tema, cuenta la Profesora Shilo, autora del libro: “La lucha por el voto-mujeres del yishuv (establecimiento) y derecho a voto 1917-1926”, determina que, la votación de las mujeres no es, aún, aceptada lo suficiente en el mundo y, por supuesto, menos en la cosmovisión ultra-religiosa.

Los primeros procesos, que condujeron al suceso de la intervención femenina en las elecciones en la Tierra de Israel, la Profesora Shilo lo encuentra en el involucramiento creciente en la conducción del yishuv, en la época de la guerra. “En la Primera Guerra Mundial, en la Tierra de Israel se ven algunas organizaciones de mujeres”, cuenta y recuerda a las que condujeron la preparación de las cocinas de alimentos para miles de carenciados en Jerusalén. “A la cabeza de ese emprendimiento había una mujer, Teresa Dreyfuss”, destaca y agrega que, en ese momento, sobresale más la actividad innovadora de mujeres en el nuevo yishuv. “Había necesidad de brindar ayuda especial a un número no menor de mujeres viviendo en la Tierra de Israel, solas sin familia”. Se trataba de aquellas que llegaron a fin de acompañar a sus hijos en los estudios en el Gymnasium de Hertzlyia y, con el estallido de la guerra, se interrumpieron los fondos de subsistencia desde sus países de origen por lo cual quedaron sin fuente económica.

Esas mujeres fueron denominadas “abandonadas” y obtuvieron la asistencia de una organización especial, encabezada por una mujer, Sara Tun. En la actualidad, una calle lleva el nombre de su marido. La Profesora Shilo afirma que Tun ayudaba a las familias en tiempos de expulsiones de Israel; expulsiones que comenzaron en 1914, cuando fueron enviados más allá del mar todos aquellos que no eran ciudadanos otomanos, sin distinguir si las mujeres de los exiliados quedaban solas. También, en este caso, quien se ocupó de las “abandonadas” fueron mujeres.

La Profesora Shilo recuerda el accionar de Rachel Yanait, “de inmediato, con el fin de la guerra, comenzó organizar a voluntarias interesadas en servir en la unidad hebrea del ejército británico. De las cartas conservadas se sabe que hubo alrededor de 200 jóvenes, que se ofrecieron como voluntarias, al ejército británico. El alistamiento de mujeres es una renovación que tuvo lugar, en especial, durante la Primera Guerra Mundial en algunos ejércitos y Rachel Yanait decía: “¿Por qué, de nuestra parte, rehusarnos?, levantamos la Tierra de Israel como los hombres y queremos combatir por ella”.

Esa organización y quienes la encabezaban, provocaron un suceso que comenzó de inmediato después de la invasión de la Tierra de Israel por los británicos. “En escasos días desde que los británicos invadieron el sur del centro del país comenzaron a organizarse las comisiones locales, al principio en los moshavim y, luego, en las ciudades. En las moshavim y en especial, Rishon Letzion, había autonomías que organizaban sus vidas. Durante los años de la guerra todo estaba silenciado. Luego quisieron reorganizarse y surgió la pregunta sobre el derecho al voto. El primer lugar que comenzó a organizarse fue Rishon Letzion y las mujeres se pronunciaron con una líder excepcional, Nehama Puhashevsky, quien dijo que no se podía vivir sin el derecho a la elección. “Nos corresponde porque aportamos como los hombres y porque en el mundo entero las mujeres obtienen el derecho al sufragio. Más allá, el propio Hertzl determinó, en el II Congreso, que las mujeres tendrían derecho a la elección. Eso fue en los tiempos en que solo en la lejana Nueva Zelanda había votos femenino. Cabe destacar que, en esa área, fuimos pioneras”.

Sobre la respuesta del yishuv o la demanda de libertad de elección para las mujeres, la Profesora Shilo cuenta: “El establecimiento estaba conformado por diversos grupos. Hubo aquellos que pensaban que había necesidad de generar el derecho al voto de las mujeres en el país pero eran muy conscientes que, un porcentaje desconocido de habitantes de Israel, se oponían; se oponían los campesinos en Rishon Letzion que, en forma personal, temían cualquier cambio al que no estaban habituados”, dice y destaca que, en nuestro tiempo, es difícil entender el espíritu de la familia patriarcal en la que el hombre decidía sobre todo, pero el temor consistía en que la independencia de la mujer afectaría el status de la familia en la medida en que quisiera votar contrariamente a su marido”. Esa concepción existió hasta el siglo XX y la revolución que allí tuvo lugar”.

A la par de los opositores con sus temores, había un grupo más, la gente de Mizrahi y los ultra-religiosos. El movimiento “Mizrahi” (oriental) aceptó la decisión por ser parte del movimiento sionista y no expresó su oposición a sentarse con las mujeres pero, dado que la mitad del establecimientoal final de la Primera Guerra, eran parte del viejo yishuv, temían los orientales quedarse sin la sociedad del viejo establecimiento frente a la nueva sociedad laica”. En esa situación la solución era avanzar a cuenta gotas. Mientras los orientales a su manera, durante decenas de años, compartieron sus sillas; los ultra-religiosos sostuvieron, con gran fuerza, que estaba prohibido por ley, por la Tora, y obtuvieron respaldo y apoyo a esa concepción por parte del Rabí Kook, que volvió a Israel justo cuando la discusión tenía lugar”, dice Shilo y afirma que mientras comenzaba la organización de todos los habitantes del yishuv para la conformación de una asamblea de electores que los represente ante los británicos y ante las comunidades de la Diáspora, así se fortaleció y se llevó a cabo la discusión y se convirtió en eco nacional.

En enero de 1926, se realizó la asamblea de electores en la que ya participó un partido de mujeres. Fue declarado el derecho al voto para las mujeres y el precio fue que el viejo yishuv, los ultra-religiosos, renunciaron a la Kneset de Israel. De hecho la dividieron y el movimiento Mizrahi, resolvió que permanecería con el nuevo establecimiento, decidiendo a favor del voto femenino. #tema#

Fuente: Arutz Sheva

 
Comentarios
Eliseo Pardo

El voto femenino en Israel, refleja mejor si cabe que en cualquiera otra democracia participativa, el sentir mayoritario de la sociedad a la que representa, si tenemos en cuenta la notable implicacion que las mujeres israelies tiene contraida, en los diferentes ámbitos de la vida social y politica del pais … constituye pues una referencia de primer órden, a la hora de analizar y valorar la conyuntura por la que atraviesa ese pais …

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