Ceremonia de encendido de antorchas en el Monte Herzl de Jerusalén (Foto: Amit Shabi)
Incluso si hay momentos en los que creemos que nunca hemos estado peor, incluso si la situación política es una fuente de pesimismo para muchos, deberíamos recordar, una vez al año, que la realidad en que vivimos es muy superior a todos nuestros sueños y expectativas.
El Estado de Israel es un milagro. Sí, hay problemas. No sólo tenemos ladrones judíos, sino que también hay corrupción judía y racismo judío. Todavía hay quienes desean levantarse y destruirnos. Pero para entender realmente dónde estamos hoy, deberíamos entrar en una máquina del tiempo durante un momento o dos.
El pesimismo se instaló hace sólo una década, en 2005, tras años de una intifada asesina. No pasaba un mes sin un ataque terrorista mortal. La disputa sobre la retirada de Gaza parecía estar allanando el camino hacia una guerra civil. Eden Natan-Zada llevó a cabo un ataque contra ciudadanos israelíes en Shfaram; y dos semanas más tarde, un segundo terrorista judío, Asher Vizgan, asesinó a cuatro palestinos en Silo. El potencial para el surgimiento de una jihad judía provocó gran preocupación.
¿Y qué acerca de hace dos décadas – en 1995? Un sinfín de ataques terroristas también, y también una brecha alarmante entre sectores, y el asesinato de Yitzhak Rabin. Pensamos que nuestra democracia se estaba derrumbando. Hace tres décadas, en 1985, la inflación alcanzaba cientos de por ciento por año. Amenazaba con derrumbar a la economía israelí. Nadie sabía qué traería cada día.
Hace cuatro décadas, en 1975, en respuesta al ataque terrorista en el Hotel Savoy en Tel Aviv y la bomba refrigerador en Jerusalén, la ONU decidió que el sionismo era racismo.
En 1965, el Partido Nacional Religioso amenazaba con liberarse de la autoridad del sistema judicial; y en 1955, cuando los recursos eran escasos, el Estado entregaba cupones para alimentos y decenas de miles vivían en campamentos de refugiados que eran llamados «campamentos de tránsito». Muchos temían que Israel ni siquiera celebraría su décimo cumpleaños.
Uno puede seguir y seguir. En cada década, parece que pensamos que el sueño sionista está en peligro, que nos caemos a pedazos y nos desmoronamos. Sin embargo, ha ocurrido lo contrario. Aparte de los terribles años del ascenso al poder de los nazis y el Holocausto, el sueño sionista no sólo se ha materializado, sino que cada década, de hecho, ha traído una mejora. En este punto en el tiempo, la amenaza árabe contra Israel es casi inexistente. ¿Quién hubiera creído hace dos décadas que este sería el caso? La jihad global está realmente intensificándose, pero está dirigida principalmente contra musulmanes.
Israel es líder mundial en un determinado campo – autoflagelación. En general, la crítica es legítima. Israel es una democracia rápida y furiosa. ¿Alguien puede comparar la libertad de expresión en las década de 1950 y 1960 con la libertad de expresión de hoy en día? A menudo, sin embargo, y muy a menudo, incluso, no hay crítica, sino autoengaño. El índice de violencia anual muestra que, contrariamente a nuestro auto-lavado de cerebro, la sociedad israelí es cada vez menos violenta. Incluso el índice Gini muestra una disminución de las brechas en la última década, mientras que el PIB per cápita continúa aumentando.
En contra de los titulares, la emigración desde Israel está en declive; y aún no hemos mencionado la caída constante de la tasa de mortalidad infantil y el aumento constante de la esperanza de vida. Sí, Israel está entre los 10 más altos del mundo. Se habla de las exportaciones de armas, por lo general, intentando condenar a Israel, pero eso, también, es engañoso – una parte importante de las exportaciones son de naturaleza defensiva. Suecia, que no conoce guerras, cuya existencia no está bajo amenaza de nadie, no está detrás de Israel en este campo.
Por lo tanto, cuando nos acercamos al Día de la Independencia, deberíamos dejar nuestra auto-flagelación por un momento. Deberíamos recordar que Israel es una superpotencia en los campos de la alta tecnología, desalinización del agua e innovaciones médicas y científicas. Deberíamos recordar que Israel invierte más en I+D que cualquier otro país del mundo, en términos relativos. Deberíamos recordar que incluso la ONU considera a Israel como un modelo a seguir, un líder mundial en el campo del reciclaje de agua. Deberíamos recordar que la mayoría de los judíos llegaron a Israel de Europa Oriental o de países musulmanes donde la democracia nunca existió, pero hemos establecido aquí una gloriosa democracia. Deberíamos recordar que a pesar del excesivo alboroto acerca de «tensiones étnicas», la mayoría de los miembros de la generación dorada tienen nietos «mixtos».
Dentro de dos días, regresaremos a la autoflagelación. Hoy, recordaremos con tristeza a los que dieron su vida por nosotros; y mañana, recordaremos con orgullo que las hijas y los hijos de Israel están sosteniendo este divino mandamiento con una exposición de grandes logros – y, sobre todo, que dentro de otros 10 años, a pesar de las apariencias, hay una posibilidad de que las cosas aquí serán aún mejores. Feliz Día de la Independencia.
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4649829,00.html
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
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