Pero el brazo más largo de Israel, no es ese, sino la ayuda humanitaria.
La reacción suele ser casi automática. Se confirman las noticias sobre alguna catástrofe en distintas partes del globo-terremotos, inundaciones, aludes, atentados de gran envergadura- e Israel salta como un resorte a ofrecer ayuda.
Nepal no es por cierto el primer ejemplo.
Israel se ha hecho presente para ayudar tras los atentados de 1998 en Nairobi, Kenya, y en 1999 en Izmit, Turquía, por el terremoto, así como ese mismo año en Gracias por la misma razón y nuevamente en Turquía.En el 2001, instaló un lugar de campaña en India tras un terremoto y en el 2004 rescató a los israelíes atascados en el hotel Hilton de Taba, Egipto, tras un fuerte atentado con explosivos.
En el 2006- volvió a Nairobi, Kenya, por el desmoronamiento de un edificio de cinco pisos que estaba en construcción. En 2010, un potente terremoto mató a un cuarto millón de personas en Haití. En el hospital de campaña establecido por ISrael, fueron salvadas más de 1110 personas.
Al año siguiente se envió ayuda humanitaria a Colombia, a raíz de las inundaciones.El mismo año, fue aquel fuerte terremoto en Japón, con las potentes olas de tsunami, y allí estuvo también Israel, así como lo volvió a estar en 2013 tras catástrofes en Filipinas.
Israel se organiza rápidamente para enviar ayuda humanitaria que en muchos casos consiste en equipos necesarios para mitigar el sufrimiento de la población en el lugar afectado. Y en muchas otras ocasiones, el envío de mantas, agua, alimentos, remedios y mucho más, es sólo un punto en el esfuerzo mucho mayor que se despliega, y cuyas manifestaciones principales son el envío de la unidad de rescate de las Fuerzas de Defensa de Israel y de todo lo necesario -tanto en materiales , equipos y recursos humanos- para instalar en el lugar de la catástrofe, un hospital de campaña de alto nivel.
Llegan al lugar del desastre, se instalan con gran eficiencia, y comienzan a trabajar. Estas misiones humanitarias israelíes suelen ganarse con gran rapidez el respeto y la admiración tanto de las autoridades locales como de la población civil afectada y de otras delegaciones que también tratan de ayudar.
Allí están, trepando entre los escombros, analizando qué hacer de modo profesional, soldados hombres y mujeres jóvenes, junto a oficiales más experientes, con el escudo con la bandera de Israel en el brazo y con la Estrella de David hasta en la prenda que se coloca a los perros entrenados en detectar señales de vida donde el oído humano no los puede captar.
Dos días y medio después del terremoto del sábado último en Nepal, una delegación israelí compuesta por aproximadamente 250 miembros de la unidad de rescate y médicos y paramédicos para activar el hospital de campaña, ya había aterrizado en Katmandú. Y la intención era que salga medio día antes, lo cual se demoró por cuestiones procedurales en Nepal. Seis aviones Hércules de la Fuerza Aérea de Israel llevaron todos los equipos y casi cien toneladas de ayuda humanitaria, que comenzaron a descargar de inmediato en camiones nepaleses.
A ello se agregó otra dimensión: la participación de empresas de rescate israelíes, que lograron trasladar de distintos puntos de la zona afectada, a más de 200 paseantes que se hallaban atascados y sin posibilidad de comunicarse. Algunos de los rescatados comentaron sobre lo que sintieron al ver a sus compatriotas llegar, y sobre la admiración que ello provocaba en mochileros con quienes paseaban, de otros países. El comentario común a todos, según relataron, era que Israel, siempre llega primero a buscar a sus hijos en momentos complejos.
Pero eso siempre va acompañado de la disposición a extender un brazo de ayuda a otros pueblos cuando lidian con serias tragedias. El papel de Israel en ello, es totalmente desproporcional a su tamaño y recursos.
Un motivo de orgullo, sin duda, para los israelíes, en medio de las tragedias.
Grande Israel. Gracias. JEV