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| lunes abril 29, 2024

Acabo de descubrir que soy judío ¿Y ahora que hago?


 

Estimado rabino:

Hay veces en que la vida te golpea en la cara con mucha fuerza. La semana pasada visité a mi madre, que se encontraba en el hospital, y me confesó que era judía. Le pregunte por qué nunca me lo había contado antes, pero no quiso explicarme los motivos. Lo que sí me contó fue que sus padres habían sido sobrevivientes del Holocausto. Estaba bastante claro que todo eso no era un invento.

Me puse en contacto con un amigo judío y le conté lo ocurrido, y él me comentó que si mi madre es judía entonces yo también lo soy.

Lo cierto es que la mayoría de mis amigos son judíos. Y siempre me interese en las cuestiones judías. Pero ser judío, es algo completamente diferente. Siento que primero debo averiguar exactamente en que consiste. ¿Por dónde empiezo?

Estimado judío:

Resulta llamativo el hecho de que nadie se sorprende si su madre es coreana, eslovena o incluso originaria de alguna tribu perdida de África, por más interesante que esto pueda parecer.

Por otra parte, no resulta posible enterarse de pronto que uno es musulmán, bahaí o budista, ya que estas son religiones, y si uno no cree en ellas, ¿cómo se es parte? Sin embargo, suele pasar bastante seguido que una persona se despierta un día y descubre que es judía.

Existe algo bastante único acerca de esto. Y creo que es precisamente a lo que te refieres. ¿Qué es tan particular acerca del judaísmo que uno puede descubrir que pertenece no por creencia o afiliación, ni por elección o inclinación, o siquiera por crianza o comunidad de pertenencia? Resulta bastante raro. Uno puede descubrir su judaísmo simplemente porque su madre se despierta un día y dice “¿adivina qué?, soy judía, entonces tu también lo eres”. (Desde luego, se necesitan pruebas fehacientes de esto.)

La respuesta es que los judíos somos una gran familia, todos hermanos y hermanas, todos hijos de Abraham y de Sará, de Itzjak y de Rivka, de Iaacob y de Rajel y Lea. Si tu madre es judía, eres parte de esta familia. (En caso de serlo tu padre pero no tu madre, o si lo es el padre de tu madre pero no su madre, puedes leer el siguiente artículo: Al hijo de padre judío)

Hay quienes dirán, “de acuerdo, pero toda la humanidad es como una gran familia”. A lo que mi respuesta será que los judíos somos una gran familia cuyos miembros están pegados entre sí con un adhesivo superresistente. Un adhesivo divino que dura por siempre. Estamos enlazados eternamente por un pacto eterno y una misión en común que nuestros ancestros asumieron en el monte Sinaí.

El pacto es con el creador de los Cielos y la Tierra, quien nos liberó de la opresión de nuestros amos para que cumpliéramos con su voluntad con amor y alegría, para que heredásemos la Tierra de Israel en paz. Nuestra misión es ser la luz que guíe a las naciones del mundo, para que ellas también puedan cumplir su rol de colmar al mundo de paz, libertad y armonía, conforme su creador lo ideó. Ese pacto y esa misión nos amalgaman en un solo ser, con muchos cuerpos pero una sola alma.

Tanto el pacto como la misión están representados en los cinco libros de Moshé y en el resto de la Biblia hebrea, junto con un compendio extenso de comentarios y debates milenarios, los cuales en su conjunto se llaman Torá, que quiere decir “la enseñanza”. La Torá nos enseña cómo vivir de forma divina aquí en la tierra, en todos los tiempos y en cada situación. Las normas prescriptas en la Torá se conocen como mitzvot. Las instrucciones prácticas se llaman halajá, que significa “el modo”. Y todo esto funciona de forma sincronizada para mantener a toda nuestra familia alrededor del mundo unida en tiempo y espacio.

Transcurrieron casi 4000 años desde que Abraham, el primer judío, comenzó a enseñarle al mundo que Di-s se preocupa por su mundo y sus criaturas. Y han pasado más de 3300 años desde que los hijos de Abraham aceptaron el pacto en el monte Sinaí.

Desde entonces, el pueblo judío ha tenido un impacto inmensurable en la forma en que las personas se piensan a sí mismas y al mundo que habitan, encendiendo la llama con ideas que en su momento fueron radicales y revolucionarias pero que ahora son universalmente aceptadas. Por ejemplo:

· El concepto de libertad (referido en el Éxodo)

· Una visión de la paz mundial (observemos el mural de las Naciones Unidas con la cita de Ieshaiau: “…y tornarán sus espadas en instrumentos para arar”).

· La santidad de la vida humana sin discriminación.

· El derecho de todos los hombres a poseer propiedad privada.

· La necesidad de educar a todos los niños.

· La igualdad ante la ley.

· La supremacía de la ley por sobre la monarquía.

· El deber del gobierno de asegurar el bienestar social.

· La tolerancia para con el extranjero que no comparte tu religión

· El concepto de progreso a lo largo del tiempo, que nos conduzca a un mundo donde percibamos lo divino en su totalidad “como el agua colma los océanos”. Quiera este tiempo llegar antes de lo que imaginamos.

Trajimos estas ideas al mundo no por medio de la espada ni la fuerza ni la amenaza, sino por medio del ejemplo y la perseverancia a través de las mayores dificultades, para que pudieran llegar a muchas personas como un río del que se bebe el conocimiento hasta que forma parte de nuestro ser.

Dicho de otra forma, ciertos pueblos están determinados por su geografía. Nosotros, los judíos, estamos determinados por la Torá y su relato acerca de nuestro pueblo: la historia de nuestros antepasados, del éxodo de Egipto, la entrada a Canaán, los exilios posteriores y la dispersión por el mundo. Pero también estamos determinados por nuestro estudio incesante de la Torá, hasta que podamos ser uno con ella. Del mismo modo que un Italiano es tal porque ha nacido en Italia, un judío es considerado como tal por haber nacido como parte de esa historia (o porque ha ingresado por adopción a esta gran familia, a través de la conversión).

Reclamamos la tierra conforme atravesamos su conjunto en la Torá que estudiamos y en los rezos que decimos a diario. Y dentro de esas extensas fronteras encontramos quienes somos verdaderamente: un árbol que no puede ser consumido por las más feroces llamas de la historia; una luz en la oscuridad que no puede extinguirse ni por los más intensos e incesantes cambios, porque estamos unidos de forma inexorable a nuestra misión divina.

Así que eso somos, y tú eres uno de nosotros, y dondequiera que vayas, sea cual fuere el lugar del mundo, serás parte de esta familia. Puedes ir a cualquier sinagoga o comunidad judía y decir “Hola, recién descubrí que soy judío”, y te recibirán como un hermano perdido hace tiempo.

Y precisamente eso es lo que sugiero que hagas ahora. Acércate a la sinagoga tradicional más cercana. Únete y celebra nuestras fiestas, disfruta de una cena de shabat en comunidad, porque nuestras celebraciones ahora también te pertenecen, y nuestro shabat también es tu shabat.

Cuando comiences a adoptar las practicas judías, deberás hacerlo paso a paso. No se trata de hacer todo o nada. Un buen punto de partida son las diez mitzvot de la campaña iniciada por el Rebe, rabí Menajem M. Schneerson, de bendita memoria.

Y aprende. Puede que no estés de acuerdo con todo lo que aprendas, pero eso no debe impedir que sigas estudiando y cuestionándote las cosas. Porque el estudio y el dialogo en relación con la Torá es lo que, más que todas las otras cosas, nos ha unido en nuestro destino común a lo largo de los milenios. Y es por medio de ella, de la Torá que Di-s nos entregó, que nos descubrimos como un ser eterno.

 
Comentarios
Eliseo Pardo

Ademas de todo esto, reconocete a ti mismo como judio en cualquier circunstancia, sin abdicar de ello jamas, ten presentes los valores que consagra tu condicion, y dan soporte a tu identidad, aceptando como válido el principo segun el cual, existen tantas formas de ser judio como judios hay en el mundo …
Desecha complejos, prejuicio y victimismos, que a nada conducen, sino a mermar tu autoestima, y malbaratar tu camino en la vida …
Sientete partícipe de una historia única, y consecuentemente portador , de un legado que eres llamado a trasmitir, acompasando a él tu linea de conducta, en armónica coherencia …

Mi historia pudiera ser inverosímil pero es mi historia cabe decirles que existen misterios que sangre ni carne los puede revelar pero existe un DIOS que revela los misterios y aun lo mas oculto y desconocido, mi abuelo hijo único criado creyendo en aquellos días que su madre era su hermana, llegada a la madurez de su edad supo que su hermana era su madre y que su padre no le era confesado el nombre ni el apellido de este , solo supo que al parecer era un hombre de buena familia y que parece que no era nativo de este lugar puesto que la abuela murió llevándose este secreto a la tumba junto con todo este misterio lo cual entristecía a mi abuelo por ser un hijo sin padre cuyo apellido era un invento,el abuelo se caso teniendo 4 hijos varones los cuales crecieron sin conocer un abuelo o un miembro de la familia de su padre solo los de la madre y sus allegados bebiendo en la sed de mi abuelo ellos también se lamentan por no conocer quien era aquel que dejo su semilla pero su rastro en el misterio comúnmente confundidos con extranjeros en una tierra que no sentían la suya uno de ellos el segundo de los hijos quien es mi padre me relato que un día una mujer de una familia judía le pidió hablar con el buscándolo le rogó y le propuso a mi padre que el debia regresar a la tierra de Israel con ella pero por la extraña situación y por la poca información de quien era la mujer y la razón por la que lo busco mi papa se negó sin embargo la mujer le señalo tiempo para que lo pensara mejor y al termino de días la mujer regreso pero la respuesta de mi papa se mantuvo por no saber de quienes se tratara ella regreso a Israel con la familia con la que estaba y no se supo mas de aquella mujer o quien seria o porque busco a mi papa algunos años después olvidado esto mi papa se caso con una mala mujer con la que tubo una hija lo curioso del echo fue la manera que la dejo mi padre le hizo repudio la entrego al padre llevándola a la casa de este y la entrego a su padre y la repudio dándole un tiempo lo cual manifestó el adulterio de esta libre de esta mujer mi papa tomo esposa con la que tubo tres hijos varones y una niña ,nacido su hijo varón el primogénito un medico de apellido ferro días le instruyo para llevar a su hijo varón para ser circuncidado a los ocho días lo cual hizo mi papa sin preguntar quien era este y por que el interés de realizar esto ya que este hijo no tenia ningún problema o mal o enfermedad que justificara esto lo lamentable es que aquel medico poco tiempo después murió sin saberse quien lo había enviado o porque esto siendo este el único varón circuncidado ( por que quiso hacer esto con los otros hijos de mi papa pero murió antes de que nacieran y no los pudieron circuncidar ) bueno yo soy este hijo el circuncidado crecí sintiéndome que no encajaba o pertenecía a este lugar no era igual a los hijos nativos de otros niños pero trataba de acoplarme y encajar junto con mis hermanos crecí en una familia que parecía tradicionalmente católica por mi madre y sus padres pero honestamente ni en eso encajaba me parecían ridículas algunas cosas y a mi parecer exageradas y sin fundamento me gustaba cuando nos enseñaban sobre el pueblo de israelí de una manera extraña pensaba que hablaban de nuestro pasado o por lo menos el mio pero ya mas grande me hacían entender que no aun cuando crecí en la misma sed que mi padre y mi abuelo por saber sobre aquel del que no sabíamos pues esperanzados revolvíamos todo buscando algún dato o periódico viejo que nos diera algún indicio información o alguien que pudiera saber pero solo hay cosas que realmente solo DIOS puede revelar pero esto es otra historia este es parte de mi testimonio se quien es mi pueblo pero no se los podre demostrar

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